Uno

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Una llamativa iridiscencia le saludo por el rabillo y paro de empujar el carrito para admirarlos. Lo necesitaba. Rapido giro a ver la mujer adulta que le acompañaba sonriendo a la posibilidad.

—Mami. Me portare bien si me das dinero para comprarme una bolsa de esos dulces.

Su madre le miro con una expresion de "¿en serio me lo estas pidiendo?". Rapido corto su posibilidad con un movimiento tajante de mano.

—Deja eso Tay, tienes 15 años y eres una chica que piensa en su salud dental. Repite conmigo.

—Tienes 15 años y eres una chica que piensa en su salud dental... ¿ahora si?

—Ay, con esta niña. Sabes que si te hago caso deberé hacer lo mismo con Elian... y ya me molesto bastante con esa campera de cuero raro. Venga, aún tenemos que conseguir los lácteos.

La joven Taylor hizo puchero como bien sabía hacerlo. Entrenaba a diario esa habilidad con su padre a quien derrotaba en diez minutos pero con su madre era lo mismo que nada. Miro con dolor la bolsa y les dio un  adiós suave a medida que era arrastrada por Joselyn en busca de los lácteos.

A veces era tan difícil ser una obediente chica de 15 años que piensa en su salud dental. ¡Solo tenia 15 años! Desgracia.

Por una vida mas dulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora