Catorce

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—¿Y cuáles son tus intenciones con mi pequeña?

Marcus miro al hombre delante suyo, vestía a un estilo hípster que le agradaba con esa barbita de chivo y los anteojos de marco grueso. Taylor le sonrio entrando a la casa y tras darle un abrazo de oso a su papá.

—Ninguna señor, solo la traje para explicar que se embarró y por ello tiene ropa prestada, es de mi tia y vivo con dos niñas más si quiere saberlo.

La sonrisa de dientes blancos fue un raro premio. Al igual que la pequeña burla en sus ojos.

—... Si te creo chico. No te pongas asi tan a la defensiva. Elian nos habló de ustedes y puedo saber que son de confianza. Si tienen algún problema cuenten con nosotros.

—Gracias, señor.

—Llámame Gendall.

—... Gendall.

—Supongo que deseas volver con tu familia.

El asintió. En eso escucho algo atrás de Gendall que le era familiar. Se crispó al saber que era un partido. Miro la hora. Tenia pocos minutos. Miro al hombre preguntándose si veria mal que saliera corriendo a su casa rogando alcanzar la emisión.

¿El brillo de diversión estaba aumentando en esos ojos?

—... No llegaras si corres. Entra, el sofa siempre tiene un espacio aparte.

—Yo... bueno...

—Que se apure. Casi termina el medio tiempo... Trae más palomitas Tay.

Aparecio Tay en la puerta tirando puchero a su papá, este sonrió un poco entendiendo y le acarició el cabello antes de entrar a buscar las palomitas para su hijo mayor. Quedaron enfrentados los jovenes.

Ahora la diversión estaba en los ojos de ella y ahí alzo una ceja. Su sonrisa no ayudaba achinando sus ojos.

—Se que deseas verlo Marcus no se cuanto.

Con una risita tiro de su brazo metiéndolo en la casa para sorpresa del joven. Ya cerrada la puerta no había vuelta atrás. Siguiendo el protocolo de visitas amistosas ella le empujó de los hombros casi obligándolo a entrar a la sala donde Elian ya estaba cómodo. Le dio una cabezada de saludo.

Tay le hizo sentar al lado de su hermano mayor y decidio quedarse un rato notando incomodidad en su mas reciente amigo. Al momento que terminó el descanso apareció su padre con el recipiente lleno de palomitas que dejo en la mesita.

Pasaron dos minutos y ya los tres estaban comentando, gritando, alentando. Daba risa el espectáculo. Se fue escabullendo hacia el cuarto de arriba para mandar un mensaje a Monica. Asi no se preocupa de que se atrasase.

Parada frente a la puerta de su cuarto se dio cuenta de algo importante ¡Era la primera vez que traía un amigo! Chillo contenta entrando a su refugio donde salto un poco terminando sobre la cama ¡Punto!

—Ay, el mensaje... celular, celular....

Respingo al primer grito de gol. Hombres. Apuro la búsqueda de su pequeño artefacto hasta meter la cabeza bajo la cama. Ahí estaba. Lo agarro, estaba con pelusas y polvo en señal de absoluto abandono. No era su culpa, resultaba difícil dominar su mente con algo tan... chiquito.

Mandado el mensaje siguio celebrando el tener un amigo, al menos ella lo consideraba asi, en su casa. Una persona que sus padres y hermano aceptaban al punto de ver el partido juntos.

La sonrisa no se le escapaba de su rostro mientras se cambiaba la ropa. Realmente le iba grande. ¿Cuántas tallas de diferencia tendrían?

A la hora, y algo mas, se fue Marcus feliz de lograr su propósito de ver tan increíble partido de futbol. Le agradaban los parientes de Taylor Josie Cocoa, sabían del deporte y lo aceptaron rapido.

Balanceo la bolsa, por lo menos volvió con la ropa de su tia. Cuando llegue a casa le explicaría su tardanza.

Por una vida mas dulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora