Por una vida mas dulce

Quince

Abrio un ojo. Luego el otro. Ese sonido... ¡El timbre!

¿Pero que hora era para tal barullo? Gruñendo entre dientes, Marcus salio a tropezones de su cama, abrió la ventana y miro quien era el idiota madrugador. Un cabello color miel fue la respuesta.

Tay giró y agito el brazo contenta, otra ventana se abrió al costado siendo el de su tía. A ella también le despertó el ruido.

—¿Que pasa PoniTay?... ¿Donde es el incendio?

—Ningún incendio Monica ¡Es el primer día de clases! Arriba, arriba.

Miraron con igual expresión de cansancio. Por el diminuto trazo de luz a la lejanía ni era hora para levantarse. Cuanto entusiasmo por parte de una estudiante adolescente, no es algo que se vea todos los dias. Tampoco que Marcus asome por ahí sin remera.

—Ey, ey... —Observa a su tia quien tenia una sonrisa burlona— Sobrino mío, no muestres la mercancía tan rápido. Ya te abro PonyTay.

—Bieeen —Taylor curioseo lo que pudo de los visibles hombros y torso de su amigo— Eso Marcus, no muestres la mercancía tan rápido.

—¡Vete al demonio!

Cerro la ventana dejando fuera de balance a la chica. Tal parecia que no era una persona madrugadora. Necesita azúcar. A los minutos entro gracias a Monica quien se fijo en su ropa.

—Lindo uniforme. Me agradan tus accesorios en el cabello.

—Gracias. Preparemos el desayuno, es la comida mas importante del dia... y Marcus la necesita si mantiene ese humor tan feo cada mañana.

La pelirroja sonrio, realmente le agradaba el carácter de esa joven, tan ingenua y dulce, de identificarla con un postre seria algo con crema y frutillas. De ser posible ligero y esponjoso... ¿soufflé talvez?

Si tuviera unos años mas de edad su PoniTay o si ella fuera mas joven. No, mejor preparar el desayuno.

Miro el reloj, apenas eran las 6 de la mañana. Sus sobrinas podían dormir un poco mas. Prendio la radio en una estación de música variable y empezó a sacar los ingredientes de la heladera.

—... ¿Desayunaste PonyTay?

—Una manzana, cereal con chocolatada y medio paquete de galletas. También un vaso de naranja.

—Estarás bien. A lo sumo un pequeño emparedado.

—Me lo voy preparando, ocúpate del desayuno.

—A la orden, reina de las sirenas.

Tay rio moviéndose a juntar las cosas. Estaba con algo de hambre pero no pensaba decírselo a Monica, no sera que atrase la comida de su amigo. De entre los dos él la necesitaba más. Tarareo una canción bastante pegadiza en la radio.

En el cuarto de baño Marcus seguia peleando con el sueño ¿Qué clase de ser inhumano se levantaba tan temprano? Apenas eran las 6 am y tenían clases a las 8 am. Abrio la ducha otra vez mojando su cabeza bajo el chorro frio. Endemoniada mujer. Odiaba las mañanas.

Tocaron la puerta. Gruño en respuesta sabiendo que su tia le entendia pero no era el caso volviendo el toque pero mas insistente ¿No seria la loca de Taylor? Conociendo a su tia seguro le indico el baño de su elección. No se podía con ninguna de las dos. Los golpes aumentaron y los comentarios de su amiga. ¿Amiga?

No. Aun no. Esa mujer endemoniada tenia muchas pruebas que superar. Solo era un lapsus, algo causado por su baja presión. Tirando la toalla abrió la puerta aun goteando agua. Ella chillo por la impresión.

—Sigo vivo, no me dormi en la bañera, gracias se donde esta la cocina. Fuera.

—Haberlo dicho antes... casi rompo tu puerta.

—Como si pudieras.

—¿Un desafio? —Sus ojos brillaban por la expectativa.

—No. Ve abajo que ya salgo y me cambio.

—Recuerda que es el uniforme.

Rodo los ojos. Taylor salio del pasillo a saltitos tarareando para si ¿Cómo tenia tanta energia? Agarro sus cosas antes de retirarse a su cuarto. Miro el reloj que reposaba sobre su cama. 6:45 am.

Queria estrangularla.