Epílogo

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Es primavera, la temporada donde las hijas de la naturaleza nacen y abren sus bellos pétalos al mundo, el periodo donde todas ellas se lucen y cientos de campos son adornados con sus pétalos de colores que atraen felicidad para cualquiera que las vea danzar. Ha llegado finalmente la armoniosa y vivaz época donde cierto jovencito que ahora se ha convertido en un adulto recuerda con mucha melancolía y tristeza, pues para él es inevitable no llegar a recordar que fue en éste momento donde todo

lo que alguna vez sintió sembrar en el centro de su pecho inició.



Es la quinceava primavera desde que Sunoo murió, y en ésta, al igual que en las anteriores, las flores del jardín por fin han nacido.



Después de quince años, las flores finalmente han nacido otra vez en el jardín.



- ¡Tío Jay! ¡Tío Jay! -y cómo éste hecho es algo claro para la pequeña niña que sabe desde hace mucho sobre éste evento, no es ninguna sorpresa para los demás que ella se haya lanzado a buscar a su amado tío que está muy segura deba estar en su propia casa, la cual casualmente se encuentra al otro de la calle, justo frente a la suya-. ¡Tío Jay! ¡Tío Jay! -volviéndolo a llamar, entonces ella grita con todas sus fuerzas, su voz que es bastante aguda y tierna para su joven edad llamando la atención del nombrado que al oírla no tarda en contestar.



- ¡YangMi, cielo, estoy aquí!



- ¡¿Dónde?!



- ¡En el jardín! -grita Jay-. ¡Ven pronto o te perderás el atardecer de hoy! ¡SungTae y yo ya estamos casi listos para verlo!



- ¡Ah! ¡Ahora voy, espérenme!



Cuando sabe finalmente dónde es que se encuentra su querido tío, la pequeña y dulce niña sale de la acogedora casa donde él vive, y es que, a pesar de que tal lugar es el primero donde ella lo suele buscar, no puede ni siquiera llegar a imaginar qué sería de el día donde el otro se encontrara dentro y no fuera de éste. Ya que si hay algo que Kim YangMi tiene muy seguro es que el mayor usualmente no suele estar directamente en casa, sino que afuera, en el patio trasero cuidando de un jardín que él le contó desde hace mucho es suyo.



Y también de alguien más.



A Yangmi en general no le suele molestar que su tío pase en ese lugar, pues cuando tiene tiempo libre, después de salir de la escuela le gusta mucho ir a visitarlo. Hacer esto no es algo que sea extremadamente grandioso para una niña de ocho años, pero sí es bastante entretenido y a ella le agrada ir hacia allá. Los momentos que pasa junto al otro allí en realidad son bastante especiales, mucho más cuando Jay se toma el tiempo de explicarle cómo fue que se terminó encargándose de todo, del jardín que hay en casa de sus padres y del otro que hay en la casa de al frente, en la cual desde hace muchos años sabe él vive.



Es divertido.



Quizás no de una forma tan exagerada, pero aún así para ella es muy divertido.



- ¡Tío Jay, ya llegué!



- ¡Yanie!

Ladrón de Flores (Jaynoo) Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora