Rutina, rutina y más rutina.
Había decidido empezar a llevar las notas conmigo en mi maletín para recaudar pistas así que, antes de salir de casa, guardé dentro de éste las tres que tenía por ahora.
No sabía cuánto iba a durar esto, no sabía si mañana se cansaría y dejaría de dejármelas, no sabía siquiera si hoy habría una encima de la silla esperando a ser leída por mí.
¿Cuándo las pondrá? ¿Antes de que yo llegue? ¿Debería llegar dos minutos antes para encontrarla pegando el post-it y decirle "sorpresa"?
No, eso no lo haría.
Al menos, no todavía.
Quería que esto siguiera siendo lo que estaba siendo, que no lo sabía a ciencia cierta, pero era un juego bastante divertido en el que tenía que adivinar quién me mandaba estas notas.
Por ahora iba perdiendo porque no tenía ni idea, salvo ese perfume de hombre que dejaba en las notas, aunque ni siquiera sabía si eso lo hacía a propósito para despistarme o simplemente era "un chico descuidado."
Me reí en la soledad de mi despacho. Sería curioso que firmara una de las notas así, porque siempre lo hacía de la misma manera pero diferente.
Frank entró sin llamar y agradecí por tener a mi mejor amigo de vuelta, pues ayer estuvo bastante extraño aún cuando salimos de la cafetería.
- Creo que tengo una pista sobre la chica de las notas. - Le dije en el ascensor.
- ¿Ah, sí? - Asentí.
- Usa perfume de hombre. - Él se rió.
- Claro, hermano, hay pocos chicos que usan perfume de hombre. - Las puertas del ascensor se abrieron y salimos.
- Sí, pero tiene que ser un chico que lo use por aquí cerca para poder dejarme las notas o que sepa que vamos a la misma cafetería a la hora todos los días. - Miré alrededor pero solo vi a Karla, la mujer que me acosaba, mirándome a lo lejos.
Giré la cara de nuevo sin siquiera saludarla porque si lo hacía podía pensarse que la estaba invitando a una cita o algo por el estilo.
Me había llegado a asustar bastante, pero siempre la vi como una mujer inofensiva y desesperada que lo único que quería era un hombre.
Yo no era ese hombre. O sí, pero ella no era la persona a la cual yo buscaba.
Así que aquí me encontraba de nuevo, despegando la nota, sentándome y mirándola con una sonrisa ante la atenta mirada cansada de Frank.
- ¿Eso no va a terminar nunca? - Dijo y le miré antes de leerla.
- No lo sé, a penas acaba de empezar, ¿por qué va a acabar ya? - Él frunció el ceño.
- ¿Te estás oyendo? - Asentí procesando lo que acababa de decir. - Por favor, no sabes quién es, a lo mejor se están riendo de ti a tus espaldas y no lo sabes. Nunca hay casi nadie aquí, ¿Cómo es posible que te esté viendo leerlas? - Me encogí de hombros.
- No me importa. Me comienzan a agradar, me alegran el día pensando en quién podrá ser. - Frank bufó ignorándome y comencé a leerla soltando una carcajada al acabar.
"¡Hola!
He decidido que te contaré algo sobre mí, más que nada porque no sabia que escribirte ahora.
Todavía no me acostumbro a esto y mucho menos a que las leas, así que persona si no son lo que esperabas.
Aunque pensándolo bien creo que no te esperas nada, pero me gusta cuando sonríes leyéndola porque, precisamente, no te esperas lo que va a estar escrito.
Se me va a acabar el post-it y no te he contado lo que quería.
Tendré que esperar a mañana.
¡Mierda!
Att: Una chica mal hablada.
PD: Perdón por la palabrota :("
- ¿Qué pasa? - Preguntó mi amigo llamando a el camarero.
- Nada, que me ha hecho gracia porque ha escrito una palabrota, se ha disculpado y me he imaginado a un niño inocente pidiendo disculpas por ello. - Paré de reír un poco cuando el camarero se acercó a tomar nuestro pedido y luego se fue.
- Ni siquiera sabes cómo se ve para que te la imagines. - Apoyó el codo en la mesa y sostuvo su cabeza con la mano.
- ¿Qué más da? Me he imaginado a alguien aleatorio con aspecto de chico inocente. - El camarero llegó y dejó nuestros pedidos.
- Yo sigo diciendo que eso de las notas no es buena idea. No tienes idea de quién es ni nada de eso. - Comencé a beberme el café.
- Eso es mi problema, Frank, ¿no crees? - Bebió de su café.
- Solo te digo que pareces un maldito adolescente. - Dijo molesto. - Mírate. Solo llevas, ¿qué? ¿cuatro días? Y ya guardas esa basura en tu maletín, sonríes cuando ves una pegada en la silla, y ni qué decir cuando las lees. No sabes de quién es, no sabes porqué lo hace... - Le interrumpí.
- Porque le gusto. - Él asintió.
- Ya, ¿y para eso no es mejor acercarse y decírtelo como una persona normal? - Negué.
- Es muy tímido. A demás, eso a ti no te importa. Mientras siga viendo una nota en esta silla, voy a seguir leyéndola porque tengo curiosidad y porque me siento bien haciéndolo. - Dije yo molesto por su actitud.
- Muy bien, porque no pienso ver más como lees esa mierda y me ignoras cuando te hablo así que a partir de ahora ven solo si te apetece. - Asentí.
- No es una mierda y si no quieres seguir viniendo, pues perfecto, no vengas, pero no voy a dejar de leer lo que me deje escrito. - Asintió él, esta vez.
No hablamos más en el tiempo que tardamos en beber los cafés, pero el ambiente era tan tenso que se podría haber cortado con una cuchara.
Cada quien pagó por su café y en silencio fuimos hasta el ascensor, subiendo y sin despedirnos cuando llegamos a nuestro piso para ir a nuestros despachos.
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Entre notas y café
FanfictionDonde Samuel tiene un admirador en la cafería que visita usualmente. ━━━━━━ ◦ ❖ ◦ ━━━━━━ ADVERTENCIA: • Esta historia no es mia, es solo una adaptación de una de las historias de @Katsul_17 • Todo aquello que pasa en esta historia es ficción y no t...