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La cafetería estaba llena hoy, igual que ayer, menos por nuestra mesa que tenía un pequeño cartel con la palabra "reservado" escrito en una curiosa caligrafía que me resultó familiar.

Frank, rápidamente, quitó el cartel y se lo llevó a Guillermo detrás de la barra mientras yo despegaba el post-it de hoy y me sentaba, siendo él quien se sentó a los pocos segundos.

"¡Hola!

En esta nota solo quería pasar a saludar.

Hoy la cafetería está a reventar.

Se nota que llega el invierno y la gente quiere bebidas calientes.

Att: Un chico salundando."

- No me cuenta gran cosa hoy. Solo que la cafetería está llena. - Guardé la nota.

- Quizá le agobian los sitios con mucha gente y solo te escribió eso. - Asentí.

- Probablemente. - Guillermo apareció a nuestro lado con un gran suspiro.

- Lo siento, chicos. Mucha gente hoy. - Bufó.

- ¿Necesitas un relevo? - Dijo Frank. - Tú vas a la oficina por mí y yo me quedo aquí por ti. - Bromeó y reímos.

- Ojalá pudiera, pero mi jefe me mataría, aunque creo que valdría la pena por un día de descanso. - Apuntó los pedidos y otra mesa comenzó a llamarlo. - Lo siento. - Se disculpó y fue hasta el otro lado a paso rápido.

- Qué estrés. - Dije y mi amigo asintió.

Hoy tardamos un poco más en tomarnos los cafés, pues Guillermo estaba bastante ocupado sirviendo mesas o gente en la propia barra y tardó un poco en servirnos, pero no hubo nada relevante en el día de hoy.

Entre notas y caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora