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Volvía a ser lunes y volvía a estar en el trabajo, sentado en el despacho leyendo unos formularios que alguien había dejado esta mañana en mi escritorio.

- Toca la puerta, Frank, por Dios. - Dije levantándome y organizando unos papeles.

- ¿Para qué? Si siempre estás solo. - Me acerqué y salimos al pasillo. - A no ser que estés haciendo cosas de hombres, ya me entiendes. - Dijo con diversión y solo le di un golpe en el hombro.

- ¿Cómo voy a hacer esas cosas en el despacho? - El ascensor llegó y entramos.

- ¿Por qué no? - Le miré asombrado.

- No me digas que tú lo has hecho, por favor. - Se encogió de hombros y solo reímos.

- Uno tiene sus necesidades, también. - Se excusó saliendo del elevador.

- No necesito saber de tu vida sexual, gracias. - Cruzamos la acera y llegamos a la cafetería.

Por suerte nuestra mesa estaba vacía aunque el local estaba lleno. Arranqué la hoja y me senté con un suspiro ganándome una mirada divertida de Frank.

"¡Hola!

He estado hasta arriba de trabajo este domingo, joder.

Sí, hay gente que trabaja los domingos, véase yo.

¡Se supone que son para descansar!

Ya te dije que tenía un título de fotografía, pues he es tenido una sesión de fotos para una boda.

Aunque solo eran las damas de honor por ahora, pero se les veía tan contentas e ilusionadas que no he podido evitar recordar a mis padres.

Sigo jodeda por ello, ¿Sabes?

Solo que no lo expreso ni lo digo.

Att: Un chico fotógrafo"

- Hey, todavía no me has dicho qué pasó con Willy después de que cayera inconsciente el viernes. - Dejé de leer y le miré.

- Nada, ¿qué va a pasar? - Se encogió de hombros.

- No sé, dímelo tú. - Sonrió.

- Lo traje de nuevo a la cafetería, porque me lo dijo él, se fue en la moto y yo fui a mi casa, aunque eso ya lo sabes porque te despertaste ahí. - Simplifiqué la historia y asintió.

La verdad fue que estuve todo el fin de semana pensando que lo que me mantenía unido a él era el increíble parecido que le asociaba con mi chico de las notas.

Me lo imaginaba como Guillermo, aunque sin el pelo azul, sin tatuajes y sin piercings. A lo mejor tenía alguno pero yo no me lo imaginaba así, sin embargo, personalmente y por alguna pista física que tenía de él, ambos eran iguales.

- ¿Qué te dice hoy la nota? - Preguntó Frank revolviendo el café que Guillermo nos había traído.

- Ayer domingo trabajó en una sesión de fotos para una boda. - Mi amigo asintió bebiendo.

- Lo sé. Es el fotógrafo para la sesión de fotos de mi hermana. Es muy rara quiere sacarse fotos con todos los invitados y ayer fue con las damas de honor. Las últimas fotos quieren que sean con Carlos. - Dijo el nombre entre dientes.

No sabía porqué le tenía tanto odio a ese chico, pero yo no podía opinar sobre él ya que no lo conocía.

Hablamos un poco más sobre el trabajo aunque la verdad era que a veces dejaba la mente en blanco y solo asentía a lo que me decía Frank.

Entre notas y caféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora