Capítulo 14

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Lily

¡Me va a explotar la cabeza! Cómo se nota que estamos en plenos exámenes finales... La vida universitaria muy divertida, sí, pero estudiar no tanto. Ahora mismo estoy en la mesa del salón de mi apartamento, con mil libros abiertos, muchísimas hojas esparcidas por todos lados, bolígrafos, lápices, de todo. Además, a todo esto hay que añadirle mis pintas de vagabunda: un pijama viejo, un moño mal hecho y mis gafas.

Llevo horas estudiando y ya no puedo más... Mi cerebro está a punto de explotar. Miro el reloj, son las ocho de la tarde, así que decido que ya he tenido bastante por hoy. Solo me queda e examen de mañana, voy a confiar en que lo haré bien. Recojo un poco el desastre que se ha formado en mi salón y me voy a la nevera para sacar una ensalada. Estoy a punto de sentarme para cenar cuando el sonido del timbre me interrumpe. Me acerco a la puerta para abrir y el torbellino Liam entra.

-       ¡No puedo más! – abre la nevera – Tengo hambre, tengo sueño, estoy harto – saca un yogurt – Aliméntame, no doy para más.

-       Adelante, sírvete, estás en tu casa – respondo divertida mientras me siento delante de mi ensalada.

-       En serio, la universidad es una mierda – se lleva a la boca la cuchara – Bueno, la universidad no, los exámenes. Necesito que sea ya mañana, estoy saturado.

-        Venga, solo nos quedan unas horas para ser libres – trato de animarlo.

-       ¡Aleluya! Oye, ¿mañana vendrás a la fiesta? – pregunta.

-       Sí, he quedado con Sally, sus amigas y mis compañeras.

-       ¡Genial! Me apetece muchísimo salir, pero estoy deseando volver a casa.

-       Ya, yo también – murmuro nostálgica – Y nuestra familia también lo está deseando.

-       Normal, estas navidades han sido una mierda, lo único que hemos hecho ha sido estudiar como locos.

-       Para eso tenemos la semana que viene, para disfrutar de nuestra isla – digo emocionada.

-       Por supuesto, Lil.

Acabamos de cenar planeando todo lo que haremos cuando volvamos a Nantucket y, una vez terminamos, nos sentamos en el sofá. Liam me atrae hacia su cuerpo y me abraza a la vez que pone una película. Esta posición para ver la televisión siempre ha sido lo natural entre nosotros, sin embargo desde que Caroline ha entrado en la ecuación no me siento del todo cómoda.

No puedo decir que la chica me caiga mal, ya que no es así, pero siento que yo no le hago mucha gracia. Puedo entender que se sienta algo molesta por la relación tan estrecha que tengo con su novio, pero solo somos amigos, no hay nada más entre nosotros. Cada vez que me ve se tensa, y si me acerco a Liam me dedica unas miradas que podrían fulminarme en el acto.

Estoy tan perdida en mis pensamientos que, cuando me quiero dar cuenta la película ha terminado y mi amigo se ha quedado dormido. Aprovecho este momento para mirarlo: me fijo en la forma de su mandíbula, la sombra de la barba que está empezando a salirle, sus largas pestañas, su nariz perfecta, esos labios mullidos que daría cualquier cosa por bes... ¿QUÉ? ¿EN QUÉ DEMONIOS ESTÁS PENSANDO, LILY JONES? Aparto la mirada de su rostro muy avergonzada.

No puedo tener estos pensamientos, es mi amigo, mi mejor amigo y tiene pareja. Además, a mí no me gusta de ese modo, es imposible, no puede ser. Cabeceo incómoda. Dios mío, estos exámenes están acabando con mi cordura. Poco a poco, me relajo y, sin a penas ser consciente, me quedo dormida envuelta en el olor y los brazos de una de las personas a las que más quiero en el mundo.

No es magia, somos nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora