Capítulo 12

27 3 1
                                    

Lily

Caroline esto, Caroline lo otro. He quedado con Caroline. Caroline va a llevarme a una cafetería que dice que es una pasada. Los gofres que prepara Caroline están increíbles. Caroline es taaaaan divertida. Caroline, Caroline, Caroline... ¡Aaaaaaaaaaahhhh! Me va a explotar la maldita cabeza como tenga que seguir escuchando su estúpido nombre.

A estas alturas todos sabéis quien es Caroline Miller. Desde aquel día en que nos la encontramos en la puerta de la hamburguesería, Liam no ha dejado de quedar con ella, de hacer planes con ella, de hablar de ella. En algunos me ha incluido a mí, ya que hace años nos llevábamos muy bien, pero en general suelen quedar solos y, cuando no están juntos, él no deja de explicar lo maravillosa que es.

Y en cuanto a mí... pues no sé explicar qué demonios me pasa, por qué me siento así de descolocada ni por qué me duele tanto esta situación. Sally piensa que estoy celosa, pero yo no quiero ni pensar en esa posibilidad, ya implicaría admitir cosas en las que ni siquiera estoy dispuesta a pensar.

¡Por cierto! Hablando de Sally, la señorita está colgadísima de Ethan y la verdad es que me alegro muchísimo. Es un chico estupendo, además de muy guapo: alto, rubio, con unos ojos azules impresionantes y una sonrisa que tiene a mi amiga hecha flan. ¡Algo bueno tenía que traer el dichoso día del cine!

En fin... Hoy es domingo, lo que significa tarde de bolos. Desde que estamos en la ciudad intentamos aprovechar cada día libre explorando todo lo que Nueva York nos puede ofrecer, que no es poco. Me pongo mis vaqueros favoritos con un jersey de color azul y mis imprescindibles converse. Ya ha empezado a refrescar, se nota que nos acercamos a finales de octubre, por lo que decido coger una chaqueta fina. Una vez estoy lista, salgo de mi apartamento y llamo al timbre del de Liam.

Es raro que no haya venido a buscarme ya, siempre es el más puntual de lo dos. No obstante, una risa femenina me aclara el motivo. Se oyen pasos y cuando se abre la puerta, aparecen Liam y Carolina con el pelo revuelto, los labios hinchados y la ropa mal puesta. Un pinchazo agudo se clava en mi corazón y, por algún motivo que desconozco, me entran unas ganas tremendas de llorar.

- Hola, Lil – saluda mi amigo - ¿Qué haces aquí?

- Emmm, yo... Bueno – miro mi reloj de pulsera por si me he adelantado, pero no, son las seis y media, la hora a la que habíamos quedado – Ya es hora, y como no venías... Lo siento, no sabía que estabas acompañado – me retuerzo las manos nerviosa – Si tenéis planes les diré a los chicos que no puedes venir.

- ¿Ir dónde, cariño? – pregunta la rubia abrazando a mi amigo por la cintura.

- ¡Tarde de bolos! – Liam se lleva una mano a la frente – Se me había olvidado por completo, lo siento, Lil.

- ¡Ay, cielo! Siempre tan despistado... - ronronea Caroline antes de darle un beso que me hace apartar los ojos de ellos.

- Me haces perder el norte, nena – responde mi amigo antes de mirarme – Lo siento, Lil, pero es que he hecho planes con Carol, ¿te importa disculparme con los chicos?

- No te preocupes – fuerzo una sonrisa – Pasadlo bien – me despido como puedo y me dirijo al ascensor.

Bajo a la calle como una autómata y empiezo a andar hacia la bolera en la que he quedado con los chicos. Siento un vacío extraño en el centro de mi pecho, las ganas de llorar siguen ahí, y no alcanzo a entender por qué me siento así. Ya sé que Liam ha estado con más chicas, además, estaba clarísimo que él y Caroline tenía algo, pero supongo que una cosa es imaginarlo y otra verlo en primera persona.

Veinte minutos después llego a mi destino. Ethan, Jake y Sally me están esperando en la puerta. Cuando me ven, sonríen pero la confusión pronto llega a sus rostros.

No es magia, somos nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora