Capítulo 13

25 3 1
                                    

Liam

- Buenos días, cielo – una voz femenina me saca de mi sueño.

Parpadeo lentamente y poco a poco me voy acostumbrado a la luz que entra de la calle. A mi derecha está Caroline, completamente desnuda y mirándome sin dejar de sonreír. La verdad es que es un verdadero sueño despertar así.

- Buenos días, nena – me acerco y la beso.

- ¿Has dormido bien? – pregunta coqueta.

- He dormido poco – me pongo sobre su cuerpo - ¿Quién tendrá la culpa? – empiezo a besar su cuello.

- Mmm, no tengo ni idea – dice con la voz entrecortada.

Estoy a punto de seguir el recorrido de besos por sus pechos cuando el sonido del timbre me interrumpe. ¿Quién demonios se supone que llama un miércoles a las ocho de la mañana? Me levanto cabreado para cubrirme con unos bóxers y, nada más salir de mi habitación veo la bolsa que se supone que debería haberle dado ayer a Lily. ¡Mierda! Lo había olvidado por completo.

Mi amiga se ha apuntado a un curso de dibujo y pintura por las tardes, y necesitaba una raqueta de tenis para llevarla a una de las sesiones. Al parecer están aprendiendo a dibujar usando objeto reales como "modelos". Le prometí que anoche se la acercaría a su apartamento, pero vino Caroline y se me pasó. Seguro que está molesta, y con razón.

Abro la puerta con la bolsa en la mano y me encuentro a una Lily cruzada de brazos y bastante cabreada. A pesar de eso, me fijo en lo guapa que está con su jersey de cuello alto y la falda de cuadros que tanto le gusta.

- Buenos días, Lil – trato de ser cordial.

- Ni buenos días, ni leches – responde cabreada – Estuve esperándote dos horas, te mandé mil mensajes y te llamé otras tantas, ¿qué demonios estabas haciendo?

- Yo... - no puedo acabar la frase ya que Caroline me interrumpe.

- Liam, ¿quién es? – pregunta a gritos desde la habitación – Sigo desnuda y me gustaría acabar lo que hemos empezado, cielo.

- Vale, ahora lo entiendo todo – replica mi amiga molesta – Bueno, te dejo continuar con tus cosas, pero dame la raqueta para que me pueda marchar.

- Lily, no te enfades – le pido tendiéndole la bolsa. La coge sin siquiera rozarme o mirarme.

- Me da igual lo que hagas, Liam y me alegro mucho de que las cosas te vayan bien con Caroline, pero siento que me estás dando de lado – murmura dolida – A mí y a todos los que te quieren. Yo... - me mira de un modo que hace que mi corazón se rompa en pedacitos muy pequeños – No importa, solo espero que sepas lo que haces – deja un suave beso en mi mejilla – Nos vemos.

Veo como se da la vuelta y, sin dedicarme ni una mirada más, sube al ascensor y se marcha. Suspiro mientras cierro la puerta. ¿Qué me está pasando? No puedo dejar de lado a las personas más importantes de mi vida por una chica. Llego a la cocina y me encuentro a Caroline con una de mis camisetas preparando café. Normalmente esa imagen me excitaría, pero me he quedado muy chafado con lo que acaba de pasar con Lil.

- ¿Era Lily verdad? – me pregunta sirviendo el líquido en dos tazas.

- Sí – respondo escueto.

- ¿Y qué quería? No entiendo que siempre tenga que venir aquí a interrumpirnos – dice molesta.

- No era su intención, Caroline – no me gusta que diga esas cosas de mi amiga – Le prometí que anoche le llevaría una raqueta a su casa y se me olvidó. Solo ha venido a buscarla porque la necesitaba.

No es magia, somos nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora