¿Alfa tímido? #3 [KOOKV]

Capítulo 24

Taehyung suspiro ansioso al saber que su celo estaba más cerca y no parecía tener una solución pronta; todo se estaba complicando más de lo que espero.

No sabía si decirle a Jungkook o solo pasar encerrado en su cuarto todos esos días sin comunicarse con él alfa; quería tan mal pasar esos días con él, pero sentía que era muy pronto para eso.

¿Pero no llevaban ya años en ello?

Llevaban casi un año conociéndose antes de alejarse y ahora llevaban dos meses juntos y días de novios. No era como había planeado las cosas pero su celo iba a llegar y era algo muy relevante sabiendo que tal vez Jungkook querría ayudarlo.

Pero aún así no podía dejar de pensar en eso, por eso lo más fácil fue ir con Jimin a hablar después de sus clases.

– ¿Debería de simplemente llegar y decirle que entraré en celo mañana? – preguntó Taehyung mientras comía un trozo de su sandwich de forma descuidada viendo como Jimin fruncia el ceño cuando de repente saco el tema a colación.

– Espera. – mencionó él castaño dejando de lado su comida para fijar su mirada en Taehyung – ¿Me estas diciendo que llevan dos semanas de cortejo, apenas una de novios y ya estás pensando en pasar un celo con él?  Por favor Kim, apenas hace un día bese a Yoongi y estoy hecho un lío por eso.

La voz confundida y asombrada de Jimin hizo a Taehyung reír sin gracia, pensando en que era muy fácil asombrar a su amigo. ¿O quizá él estaba siendo muy apresurado?

– Jimin-ah. Llevo conociendo a Jungkook desde que él entro a la facultad. No creo que mi lobo pueda controlarse sin él ahora que estamos juntos, pero a la vez tengo miedo de ser demasiado pesado y que no le guste la actitud de mi lobo al momento de estar en celo, se supone soy el mayor de ambos debo ser más maduro. – explico sacando su verdadera inseguridad a la luz.

Su parte lobuna solía ser demasiado demandante, juguetona, sensible y controladora, dejando ver qué si no se hacia lo que quería, era seguro lloraría o se molestaría dejando de comer por días y no queriendo realizar sus necesidades básicas. Era estresante porque se supone que a su edad ya debía saber controlarlo.

– Taehyung-ah. – llamó Jimin dejando de lado su comida y agarrando su mano sobre la mesa haciendo que lo viera.
– Sé cómo es tú lobo y no creo que eso sea un problema para Jungkook. Lo que realmente me preocupa es que tú no lo puedas aceptar tal como es, quizá sea muy pronto para que ambos estén juntos de esa forma y debe pasar un poco más de tiempo para que se conozcan mejor. Siento que ahora estás muy ansioso y presionado con ello, deberías tomarlo con más calma y pensar bien las cosas.

Taehyung apretó sus labios meditando las palabras de Jimin que aunque era su opinión, tenía razón.

– Creo que lo pensaré un poco más. Gracias por darme tú opinión. – habló sonriendo hacia Jimin quien le devolvió la sonrisa. – Pero, mañana tendré que venir sí o sí. Son los últimos ensayos y aún nos falta perfeccionar unos pasos, no me puedo dar el lujo de faltar.

– Recuerda cargar con los suficientes supresores y neutralizadores en tú mochila, no quiero que pase algo.

El ensayo general estaba a tan solo una semana por lo que, aunque ese día se levantó con fiebre retorciéndose en su cama por el dolor en su vientre y el molesto llamado de su lobo queriendo ser tomado.

Tomó un supresores al despertar y otro antes de salir a la calle, se rocío con neutralizador e incluso puso en su cuello un collar para proteger su cuello por si algo pasaba en la calle.

Llevo una caja completa de supresores, dos neutralizadores, un cambio de ropa e incluso un gas pimienta dentro del bolso donde guardaba su ropa para ensayar.

Su lobo se encontró completamente dormido durante las horas de clase y Taehyung siguió la medicación adecuada durante el celo para evitar problemas.

Debía tomar un supresor cada tres horas al igual que rociarse con neutralizador cada cuatro horas para que nadie oliera sus feromonas. Todo iba perfecto, paso desapercibido por todos los alfas y no sentía ningún síntoma que hiciera alborotar a su lobo.

Estaba en completa paz mientras caminaba hacia la sala de ensayos. Y rogaba en su interior que nada pasará cuando viera a Jungkook dentro, pues sabía lo juguetón que era su lobo con solo sentir al alfa cerca.

Se encontraba un poco sensible ante los aromas por lo que no sabía lo que el aroma de Jungkook haría en él.

Los nervios invadieron a Taehyung cuando la puerta estuvo frente a él, solo tenía que entrar, pero qué pasaría sí su lobo se despertaba y se descontrolaba; no sería sencillo calmarlo.

Tomando un última respiración no lo pensó más y solo abrió la puerta. El concentrado y fuerte aroma de Jungkook golpeó su rostro cuando dió un paso adentro dándose cuenta de la agitada respiración, y el levemente sudado rostro de Jungkook quien ensayaba en medio del aula.

Tragó saliva al sentirse levemente mareado con el aroma a café, nuez y pino en el lugar. Ese delicado pero apresante aroma que lo hacía estar entre nubes e incitaba a despertar a su lobo.

– ¡Hyung! – exclamó Jungkook en cuanto cerro la puerta del lugar. –Comencé a ensayar un poco mientras llegabas.

Los brazos de Jungkook apresaron su cintura trayendolo a la realidad y haciéndolo respingar al sentir el aroma aún más fuerte al igual que las manos tomando su cintura. Estaba un poco ido con solo ver los ojos de Jungkook.

Y no podía responder adecuadamente pues su imaginación divagaba cada segundo haciendolo sentir frustrado, pues hasta ese momento había estado bien.

– Comencemos a ensayar. La presentación está a una semana y no hemos perfeccionado el último paso. – solo mencionó alejándose de Jungkook e intentando poner distancia.

Dejando su mochila en el suelo se quitó la chaqueta y antes de ir hacia él alfa saco de su mochila un supresor para tomarlo esperando que nada sucediera.

No quiso tener más acercamientos con Jungkook o hablar sobre la situación por lo que solo puso la melodía y se acomodo en medio del aula para empezar la coreografía.

Era mejor centrarse solo en la coreografía para que el aroma de Jungkook no lo mareara de más, aunque no estaba seguro de lograrlo pues con solo verlo causaba su estómago revolverse y su vientre palpitar.