El Legado de un Héroe

IV.- Kent y Wayne

Stiles caminaba de tranquila por el monte justicia, las cosas habían estado bastante tranquilas, los villanos no había hecho ningún movimiento. El castaño pasaba mucho tiempo en casa pero también en el Monte Justicia, Jason decía que era por cierto kriptoniano que al parecer tenía loco a su hermanito. Damian era bastante celoso pero le alegraba ver a su hermano feliz.

— ¿Otra vez aquí, Wayne? — preguntó Artemisa con diversión. Ella había ido por una tarde de chicas con Megan'nn y Zatanna.

— Es divertido. Dick salió a patrullar con papá y Jason llevó a Damian a una feria.

— ¿Por qué no fuiste con ellos?

— Damian también tiene que crear lazos con nuestros hermanos.

— Te creeré por le momento, pero ya hablaremos después castañito. — le dijo la rubia con una sonrisa pícara.

Stiles rio levemente y negó con la cabeza.

— ¿Listo para el maratón de películas? Damian me comentó algunas que podrían ser de tu agrado. — le dijo Conner saliendo del área de la cocina y la sala de estar.

— Eso será interesante. Creo que nunca he visto una película completo. Recuerdo haber visto el Rey León una vez que salí a una misión pero vi muy poquito.

Conner sonrió con ternura, a veces el chico Wayne podía ser como un niño pequeño a pesar de la madurez que tenía. Le gustaba ver esa parte de Stiles porque significaba que se sentía seguro a su lado y no tenía que ocultarse.

— ¿Quieres ver esa? John me prestó muchas películas.

— ¿Quién es John? — preguntó mientras se sentaba sobre el sofá.

— Es mi sobrino, hijo de Clark. De hecho tiene la misma edad que tu hermano, sería bueno que se conocieran.

— Sería bueno. Damian nunca ha tenido amigos de su edad, aunque le debo de hablar de mi hermano. Damian es un buen chico, amable y tierno solo que también oculta sus sentimientos así que puede ser difícil tratar con él para los demás. — comentó Stiles mientras miraba las películas.

— John entenderá, es amable y su corazón esta hecho para se compasivo con los demás. Además nadie puede esperar que ustedes sean las personas más abiertas y amigables, pasaron por cosas que no podemos imaginar. — le dijo Conner sentándose al lado del castaño.

Stiles miró al kriptoniano y suspiro mientras dejaba las películas a un lado para mirarlo de frente.

— Crecer en la liga de asesinos es una crueldad. Cuando yo nací no se celebró, mis primeros año estudie de todo y cuando cumplí diez empecé con mi entrenamiento como asesino: lucha cuerpo a cuerpo, uso de cualquier arma y también fabricarlas. Me enviaron a mi primera misión cuando tenía dos años, tenía que asesinar a un cliente de un mafioso, un hombre amable que solo trataba de salir de ese mundo para darle una buena a sus hijos y esposa. — cerró los ojos por un momento — No cumplí la misión y ayudé a ese hombre a desaparecer, el líder y recibí mi castigo. — apretó sus puños — Los castigos son considerados torturas para cualquier humano normal. Después de eso cumplí algunas misiones pero también me volví mas inteligente, así que hice muchas cosas sin que se enteraran. Cuando nació Damian me prometí a mi mismo que jamás dejaría que le hicieran daño o tuviera que pasar por lo mismo que yo. Me volví el guardián de mi hermano, porque él tenía miedo de ser una decepción, pero no dejé que se convirtiera en uno de ellos, solo quería sacarlo de ahí. La verdad cuando ella se reunió con papá cuando Damian ya había nacido estuve tentado a irme con él pero no podía abandonarlo, no podía pasar por lo mismo que yo. — le contó Stiles tratando de no verse muy vulnerable.

— Gracias por compartir esto conmigo, debió de ser difícil. — acarició el cabello del castaño — Tu esfuerzo valió la pena, lo hiciste bien. — le dijo Conner.

Stiles lo miró con ojos llorosos y lo abrazo con fuerza.

El kriptoniano dejó que se desahogara. Stiles necesitaba dejar salir sus sentimientos, soportó mucho durante demasiado tiempo.

*

Jason y Damian se encontraron con Stiles y Conner dormidos, la cabeza del castaño estaba sobre el hombro del otro. La película de Tierra de Osos se reproducía aun, estaba por el final.

— Debo admitir que son bastante tiernos. — reconoció Jason con molestia.

— Seh. Mica esta feliz y con eso me conformo. — dijo Damian tapando a su hermano.

— Por cierto, escuché de Dick que Connor quiere que conozcas a su sobrino.

— ¿El hijo de Superman? No gracias. Debe ser un corderito demasiado bueno además de aguafiestas, estoy seguro de que será igual que su padre y no quiero conocer a alguien tan alegre.

— Todo amargado tiene a su optimista: Dick tiene a Wally, Bruce a Barry, Tim a su novio y yo a Bart aunque lo comparto con Jaime. El tuyo será el pequeño Jonathan.

Damian puso los ojos en blanco.

— Solo trae a Mica y vamos a casa.

— Si, si... — tomó al castaño entre sus brazos y se dirigieron al tubo.

*

Damian se encontraba con los brazos cruzados sentado y con una cara de molestia mientras que Stiles se mantenía a su lado sonreía con diversión, frente a ellos estaban Conner y John, el último los miraba con una sonrisa nerviosa.

— Hola, John. Me llamo Mitch y él es mi hermano Damian. — se presentó el castaño.

— Hola, mucho gusto. — le dijo John menos nervioso.

— Tranquilo, niño. No muerden. — le dijo Conner animando a su sobrino.

— No nos provoques y no lo haremos. — guiñó un ojo.

John rio pero su mirada estaba en Damian quien sonrió levemente mientras miraba a Stiles, sus ojos mostraban una calidez y cariño que jamás había visto.

— Hola Damian, espero que podamos seguir viéndonos. Por cierto me dijeron que eres muy bueno en las artes marciales, ¡eso es increíble! Yo aún estoy aprendiendo a controlar mis poderes, me enteré de que papá es Superman hace un mes y poco a poco han aparecido mis poderes, por el momento solo tengo visión de calor, super salto y no me hace daño si me disparan, a claro también la super fuerza.

— Hablas demasiado, es molesto.

— No seas así, sé que detrás de esa armadura de amargura hay un corazón.

Damian alzó una ceja.

— Vas a ser una molestia en mi culo, algo me dice que no podré deshacerme de ti. — se quejó Damian.

— Puede ser. — le respondió el otro con una sonrisa que le pareció irritante al hijo del murciélago.