XX.- Tiempo de Hermanos

252 38 4
                                    

Stiles suspiró tratando de no gritar por el dolor que sentía. Al parecer sus jaguar se había desvanecido casi por completo. Su capacidad para sanar al igual que sus sentidos se habían evaporado, ya no existían. Lo único que le quedaba de jaguar era su capacidad de poder convertirse por completo y en su pequeña forma de "gato". Emmet le dijo que su cuerpo iba a necesitar bastante tiempo en sanar, el acónito le había hecho mucho daño y lo poco que quedaba del jaguar estaba tratando de adaptarse a esos daños.

Había pasado cerca de una semana desde que Stiles había llegado a la mansión, sus heridas no habían cerrados y el dolor en su cuerpo solo había incrementado. No le había dicho a nadie más que a Emmet, no quería preocuparlos más de lo que ya los había preocupado. Tenía que mantener una sonrisa para sus hermanitos.

— Mieczyslaw.

Stiles giró la cabeza levemente y sonrió levemente al ver a Dick y a Jason.

— Hola, ¿qué pasa? ¿Están bien?

— Estamos preocupado por nuestro hermanito que es demasiado necio como para decirnos como se siente en realidad. — le dijo Jason mientras negaba con la cabeza.

— Jay tenemos la misma edad. Y Dick, solo eres un año mayor que nosotros. — se burló el jaguar.

— Aún así te queremos y como los hermanos mayores de esta familia nos cuidamos entre nosotros. Jay me hizo darme cuanta de eso. — se sentó al lado de su hermano y Jason hizo lo mismo, pero del otro lado — Nosotros tenemos esta costumbre de ponernos al final de todo, ocultar nuestro dolor para cuidar de Tim y de Damian. No nos gusta que nos vean ser débiles, odiamos no poder ser el soporte. Pero, ahora seremos un pequeño equipo porque llevamos la misma carga y somos unos imbéciles tercos que queremos hacer todo por nuestra cuenta. — le dijo Dick con cierta diversión.

— Y pensar que tú lo hiciste recapacitar. Me impresionas Jay-Jay. — le dijo Stiles mientras se recostaba sobre el hombro del mayor.

— Oh, cállate.

Stiles se permitió reírse aunque le doliera todo.

— Ahora tienes que decirnos cómo te has sentido realmente. — le dijo Jason de manera seria.

— Jodido. Me duele demasiado el cuerpo, cada vez que respiro es como si miles de agujas se enterraran en mi cuerpo. Conner se despierta todas las noches para tratar de bajar mi temperatura, he tenido fiebre casi todas las noches. Mi cabeza se siente como si fuera a explotar y solo quiero quedarme en cama y dormir sin ningún dolor, pero también amo estar con todos.

— Bien... ¿Qué necesitas que hagamos? Podemos organizar una clase de horario donde puedas descansar, estoy seguro de que Emmet puede darte algún sedante para que puedas descansar sin dolor por lo menos unas horas. Podemos pasar tiempo en familia aquí en casa, podemos llamar al equipo y todos podemos ayudar con Eli, Tim y Damian. Sabemos que adoras al pequeño cachorro de lobo. — le dijo Dick tratando de buscar algunas soluciones para ayudar a su hermanito.

— Eso me gusta, no suena nada mal.

— Y nosotros te ayudaremos, seremos tu soporte. — suspiró con fastidio — Mira... nuestros novios son grandes personas y un gran apoyo, pero hay ciertas cosas que queremos evitarles y que nos gusta hacer nosotros mismos. Así que ahora nos tendrás a tu lado.

— Aww que tierno. ¿Quién eres y qué le hiciste a mi hermano? — le preguntó Stiles siendo "golpeado" levemente por Jason.

— En serio. No entiendo por qué tenían que tocarme dos hermanos tan fastidiosos como ustedes. Aunque creo que están mejor que los dos críos del demonio que tenemos como hermanos menores.

— Son nuestros hermanitos y son adorables. — le dijo Dick con una ligera sonrisa adornando su rostro.

— Es verdad, sin adorables y tiernos.

— Yo solo se que ustedes están locos.

Bruce sonrió con ternura al ver a sus hijos mayores reír, la verdad había estado preocupado por Stiles desde el momento en que lo tomó entre sus brazos. Sabía que su niño estaba sufriendo, pero era igual de terco que sus hermanos y que él. Las cosas eran complicadas. Viendo a sus hijos de esa manera lo hacia sentir feliz. Llevaba bastante tiempo pensando en lo poco que había podido hacer con ellos, se arrepentía de muchas cosas y la verdad lo único que quería era meterlos en una burbuja para que nada pudiera hacerles daño de nuevo.

— ¿Estás bien? — le preguntó Peter al millonario. Jordan y él habían estado pendiente del Wayne mayor, de cierta forma lo entendía porque ellos eran los padre de la manada y sabían lo que era sentir ese terrible miedo de que no puedan mantener a sus pequeños seguros.

— Lo estaré. Solo que al verlos siento que todo valió la pena.

— Son buenos chicos, cada uno tiene sus cualidades pero tiene grandes corazones.

— Sí. ¿Puedes creer que ni siquiera sabía de la existencia de Mica y de Damian hasta hace unos años? Daría todo por haberlos visto crecer, por haberlos cargado cuando aun eran unos pequeños bebés. Hubiera dado todo por evitarle todo el sufrimiento y dolor a Mica, él dio tanto por proteger a su hermano y pudo escapar más de una vez, pero no lo hizo.

— Lamento que no hayas podido pasar ese tiempo con tus hijos, pero por lo que me han contado eres un excelente padre. Ellos te aman y adoran. Y no me hagas empezar con Alfred, para ser un hombre de pocas palabras presume mucho acerca de ti y de los niños.

Bruce rio levemente.

— Se siente bien saber que alguien además de mí los ve como niños.

— Jordan y yo adoramos a los niños y la verdad ellos son los únicos que nos dejan tratarlos como niños. Derek es mi sobrino al igual que Cora, prácticamente los crie y ahora es diferente ellos me ven como un buen tío que sabe darles muy buenos consejos y que siempre va a estar ahí para ellos. Pero tú tienes a tus pequeños niños que a pesar de que tienen más de veinte años siguen corriendo a tus brazos y necesitando tu ayuda.

— ¿Me estás diciendo que no debo sentirme tan miserable?

— Nada de eso. Esta bien sentirte mal, desear cosas. Solo digo que no seas tan duro contigo mismo. Recuerda que soy un lobo y siempre podré oler lo que sientes.

— Eso es hacer trampa.

— Nos gusta hacer trampa. — le dijo Jordan mientras le dedicaba una dulce sonrisa.

— Gracias a los dos.

— Aquí nos tienes si quieres hablar de cualquier cosa. Ahora vámonos antes de que los niños se den cuenta. — dijo Peter con diversión.

— Es verdad.

— Tranquilos, los niños no se enteraron pero yo sí. — les dijo Emmet con diversión, pero también veía a los mayores con ternura.

— Y nos vamos. — dijo Bruce huyendo con los otros dos.

— ¿Se pusieron muy cursis? — le pregunto Derek una vez que los tres adultos salieron corriendo de ahí.

— Sí. Pero esta bien, tenemos a esos tres para ser los papás que todos necesitamos.

— Es verdad. — dejó un suave beso en la frente de su chico. 

El Legado de un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora