XI.- Recuerdos Dulces

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Stiles sonrió al ver a Jackson besar con cariño los labios de Ethan mientras que él sonreía de manera boca, de igual manera estaban Issac y Scott aunque el primero tuvo que agacharse un poco para que su pareja besara con cariño su mejilla.

— ¿Estás bien, Sti? — le preguntó Eli al percibir el olor a tristeza y nostalgia.

— Si cachorro, solo estaba recordando a una persona.

— ¿A alguien que quieres?

Stiles se agachó para quedar a la altura del niño y acarició su cabello con cariño.

— Así es, yo amo mucho a esa persona.

— ¿Y dónde está?

— Lejos, en casa.

— ¿Por qué no vino contigo? ¿Es tu novio?

— Ya no.

— ¿Por qué? Tu lo quieres.

— Eli, a veces las personas se aman profundamente pero no pueden estar juntos, otras veces uno de ellos decide que ya no quiere amar a la otra personas y consigue una nueva vida mientras que la otra se queda con el corazón roto y aprende a repararlo pero es no signifique que ya no lo ame.

— Él debe quererte mucho, eres lindo y hueles bonito, el tío Peter dijo que podías amar a quien quisieras ya que eres increíble.

— Gracias, Eli. — beso la frente del niño provocando que riera levemente.

— Debo de admitir que este cachorro es bastante tierno, me gusta. — dijo Emmet, el puma se había ofrecido a pasar la tarde con él. Stiles había notado que su amigo y Derek no parecían llevarse bien, con los demás de la manada parecía tranquilo pero no podía decir que tuviera alguna relación con alguno. Era extraño. Connor era igual con sus hermanos a excepción de Damian y Dick.

*

— Micaaaaa tengo sueño, déjame acurrucarme a tu lado. — dijo Connor entrando a la habitación del castaño donde estaba el chico viendo algunos papeles.

Conner se había quedado a dormir con la tonta excusa de que él vigilaría a Damian y John, a penas había iniciado su relación y la verdad sus padres no confiaban en que dos adolescente hormonados durmieran juntos; pero Conner solo había ido para estar con su novio, ahora que sus hermanos se la pasaban en la mansión no podía verlo mucho sin antes pelear con Jason o iniciar una discusión con Tim, le sorprendía lo sobreprotectores que eran esos dos con Stiles.

— ¿Ya checaste a los hormonados?

— No, me da pereza además no creo que sean tan estúpidos como para hacer algo en la casa de Batman, John podría terminar en una habitación con kriptonita, espero que sea un poquito inteligente. — abrazó al castaño por la cintura.

— No lo sé, son adolescentes y Damian ama romper las reglas.

— Eso no me deja tranquilo, cariño. Solo quiero dormir sin preocuparme por ser niñera. — le dijo Conner con un puchero.

— Si, si. Ya sabemos a quien culpar si papá se levanta y ve a los dos chicos desnudos en la cama de mi hermano.

— ¡Ellos no lo harían! ¡Son muy jóvenes!

— Ay, Conner, mi amado e inocente Conner. — le dijo Stiles tratando de aguantar la risa mientras acariciaba el cabello de su novio.

— ¡De esta no te salvas, Mieczyslaw! — le dijo el chico para comenzar a hacerle cosquillas al castaño hasta que Jason encontró a la habitación con una mascarilla verde en su rostro y una bata roja.

— ¡Kent aléjate de Mica! — le gritó Jason para después atacar al kriptoniano.

Los demás hermanos no tardaron en llegar a la habitación y hacer más escándalo.

*

— Gracias por cuidar de Eli y perdón por haber sido un pedante. — le dijo Derek sacándolo de su ensoñación.

— Tal vez deberías ser mas amable con tu hijo así no se escaparía e incluso podrías llevarlo tu a mi casa, siempre es bienvenido.

— Gracias. ¿Estás bien?

Stiles sonrió, de tal palo tal astilla.

— Todo bien, solo recordaba cosas de casa. Ahora si me disculpan iré a trabajar, nos vemos pequeño Eli.

— Bye, bye Sti. — se despidió el pequeño mientras movía su mano.

— Aléjate de él, Hale. No se te ocurra estar cerca de él, respirar el mismo aire, compartir algo porque acabaré contigo y me importa un carajo que seas un alfa. — le dijo Emmet de manera seria.

— No eres nadie para decirme que hacer. — gruñó Derek molesto.

— Mantente alejado, Hale.

Derek gruñó de nuevo, odiaba a ese puma y lo peor es que era mentira porque Emmet fue la primera persona en la que él alguna vez confió. 

El Legado de un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora