Capítulo #1: Vuelta a la rutina

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Camille

¡Feliz cumpleaños a mí! Veinte años no se cumplen todos los días. Es una edad llena de energías. Celebro mi segunda década en este mundo. Los cumpleaños siempre me han dado igual, no soy de celebrarlos con fidelidad, pero me hace feliz la fiesta sorpresa que han organizado este año para mí. Georgina se ha encargado de todo, como siempre.

—¡Felicidades!—me felicita papá cuando soplo las velas y deja un beso en mi mejilla. El olor a alcohol que desprende no puede pasarse por alto.

—Estuviste bebiendo, papá—lo regaño y pone los ojos en blanco.

—Cami, por dios, es tu cumpleaños. Relájate.

Diciendo esto se marcha a reunirse con los padres de Enzo. Ha sido así desde hace mucho tiempo, bebe casi todos los días y se mete en problemas en el trabajo precisamente por llegar borracho. No dejaré que esto me ponga de mal humor, digamos que ya estoy más que acostumbrada a papá y su problema de alcohol. Me acerco a Georgina con una sonrisa y le regalo un abrazo.

—¡Felicidades!—dice con entusiasmo.

—Gracias por esto.

—Espero te haya gustado, me tomó tiempo prepararla—me cuenta y agarra una copa de vino sobre la mesa de café para dar un sorbo.

—Ha sido genial, a los vecinos y mis abuelos les encantó.

—Tiene que gustarles, la he organizado yo—comenta y se encoge de hombros.

—Tú siempre tan modesta—comento con sarcasmo.

—Sí que soy modesta. Por ejemplo, reconozco que no todo el mérito es mío. La idea original fue de Enzo—me cuenta.

—¿En serio?

—No te sorprendas, sabes que hace cualquier cosa por ti.

—Es tan bueno—comento con voz tierna, realmente es muy dulce de su parte.

—Tienes mucha suerte.

—Iré a agradecerle—informo y salgo en su búsqueda por la casa.

También estoy acostumbrada a que Enzo se preocupe por mí, ha sido siempre así desde un principio y es muy bueno tener a alguien que te cuide de esa forma.Veo a mi chico rubio en el balcón, mirando el cielo, perdido en sus pensamientos mientras toma unaCoca Cola. Avanzo por la sala de estar, donde la música retumba en las paredes y mis amigos y familiares charlan, ríen, bailan. Me uno a él y le quito la lata de la mano para dar un sorbo.

—Georgina ha dicho que esta fiesta ha sido más o menos tu idea—comento a su lado.

—Lo ha sido—dice sin mirarme.

—No sabía que tenías vocación para planificar cumpleaños—le empujo el hombro para animarlo, está un poco serio.

—Cuando se trata de ti, tengo vocación para todo. ¿Te gustó?

—Me encantó—confirmo y pongo mi mano en su mano sobre la barandilla.

Se voltea con una sonrisa y me agarra de la cintura para darme un suave beso. Al finalizarlo sonríe, parece satisfecho.

—Nada me hace más feliz—dice y yo lo miro con los ojos entrecerrados.

—¿Qué hace mi cirujano favorito aquí afuera tan pensativo y solitario?

—Siempre lo notas todo, ¿no?—comenta con una sonrisa.

—Me conoces bien—me encojo de hombros.

—Estaba pensando en decirte algo, importante—me guía del brazo hasta que nos sentamos en los sillones del balcón.

—Vale, este tipo de conversaciones me asustan—digo con una risa nerviosa.

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