Camille
Las sirenas de las ambulancias son por mucho el peor sonido que he escuchado en mi vida. Nunca había reparado en él, pero ahora mismo, siendo transportada dentro de una de ellas mientras Adriano a mi lado está inconsciente, con el paramédico realizando en él procedimientos que no sé explicar, sí que lo noto horrendo.La espera es agonizante en la recepción de este maldito hospital. He llorado, he sentido ganas de gritar, de salir corriendo, de golpear a alguien. Ni siquiera he pensado en quién es el responsable de esto. Está claro que no fue un accidente, lo sé y Luciano lo vio todo. Alguien lo estaba esperando, le atropelló con intenciones obvias de terminar con su vida y se dió a la fuga con cobardía. ¿Quién puede cometer semejante maldad? Entonces me golpea el recuerdo:No, esto no se quedará así. Fue la amenaza de Martin anoche, su expresión era la del diablo reencarnado. Estoy a punto de ponerme de pie e ir a comisaría para denunciar al principal sospechoso de todo esto, cuando el doctor se acerca a Luciano y a mí.
—¿Cómo está doctor?—pregunto desesperada incluso antes de que llegue a nosotros.
—Lamentablemente,—solo de escuchar esa palabra siento que el alma me abandona el cuerpo, pensando lo peor—, el señor Coppola ha sufrido un fuerte contusión que lo ha llevado a un estado de coma.
—Pero—me aclaro la garganta, apenas puedo hablar—. ¿Cuánto tiempo estará así?—pregunto y Luciano a mi lado suspira, llevando sus manos a la cabeza.
—Es imposible saber con certeza—responde el doctor con profesionalismo—. Pueden verlo ahora si lo desean.
Antes de que diga nada más, lo sigo por el largo pasillo hasta su habitación y creo morir al verlo así. Me digo a mí misma que solo está dormido, intento creerlo para así minimizar este miedo intenso y devastador que me consume.
...
A pesar de guardar cierto odio hacia las comisarías, debo decir que me siento mucho más tranquila aquí. Este lugar, me hace sentir segura y creo que ningún mal exterior me puede alcanzar aquí dentro, rodeada de oficiales que trabajan para hacer justicia en este mundo lleno de delincuencia.Precisamente debido a esa delincuencia estoy aquí el día de hoy. Adriano sigue en coma y el culpable continúa libre, deleitándose con su derrota. Está más que claro quién es, todos lo saben y debería estar tras las rejas. Sin embargo, las autoridades intentan hacerme ver que las cosas no son tan sencillas como parecen ser.
—¿Entonces ahora que debes hacer?—pregunta papá al otro lado de la línea mientras conduzco de vuelta al hospital.
—Dicen que debo esperar y dejarlos hacer su trabajo, pero no puedo estar tranquila, papá—me quejo y niego con mi cabeza, llevo un día cargado de estrés.
—Cami, si algo me han enseñado los años es que la justicia siempre busca la manera de ganar—me tranquiliza con voz suave y acogedora.
—No soy una persona paciente—replico—. Además, Juliette me está ayudando. El abogado de la familia Coppola tiene muchos contactos y relaciones, él nos ayudará para que Chevalier esté tras las rejas lo más pronto posible—le informo y lo escucho suspirar.
—De ser así, espero todo se arregle pronto, por ti. Sé que no las estás pasando bien—continúa con su tono de preocupación.
—Estaré bien, papá—lo calmo y cambio el tema antes de romper a llorar—. Cuéntame de ti. ¿Cómo te va en la clínica?
—Siendo sincero, está siendo difícil, pero este sitio es muy calmante. Me arrepiento de no haber venido mucho antes.
—Bueno, cada día se te hará más fácil—le doy ánimos y lo escucho sonreír.
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Buscarte
RomanceLibro #2 de la Duología "Mi arte" 🎨 ¿Cuánto puede cambiar la vida en dos años?Seguramente mucho, pero ¿Qué pasa cuando las cosas que creías haber superado en todo ese tiempo, regresan sin previo aviso? La vida de Camille cambió luego de conocer a A...