Capítulo 11

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Si, lo estaba viendo frente a frente, pero sentía que su mirada se desviaba de donde se supone tenía que estar enfocado. Se encontraba un poco mareado, tampoco iba a mentirse a sí mismo, aunque no era la gran cosa.

La primera vez que se emborrachó, para empezar, no fue por gusto, sino que pasaron varias cosas y cierta persona dijo que "era lo que un hombre hacía en las fiestas". Recordaba eso con mucha más amargura que el whisky de esa noche, por ello prefería el vodka.

De todos modos, no estaba seguro de que fuese una buena explicación ante los ojos de Nikolai. Y, además, del chico de cabello bicolor que se veía alejado un par de metros. Simplemente ató cabos, sus mirada se oscureció poco a poco.

Sigma le habría dicho a Nikolai sobre lo que hacía, la competencia de alcohol a pesar de ser entretenida obviamente sería controversial, era muy probable que estuviera armando más escándalo del necesario. No quería hacer sentir incómodo a nadie, no tenía intenciones de dañarlos o hacerles pasar un mal rato. Sólo see le escapó un poquito de las manos.

Le miró morderse los labios, un nerviosismo en él trataba de darle a entender que algo sucedía. Fue cuando se dio cuenta de que Nikolai lo había jalado del brazo para mantenerlo alejado de los demás chicos.

— ¡Hey, te pagamos lo de la apuesta mañana!– avisó Teruko, levantando su cerveza para brindar con su grupito — ¡Una deuda es una de honor!

Quiso responderle algo para no parecer alguien grosero, pero sus pasos eran torpes y se tropezaba con cualquier persona en medio de su camino. Gogol caminaba más de prisa, haciendo a un lado a la gente mientras murmuraba pequeñas disculpas.

No dijo nada durante todo el camino, ni siquiera cuando el mayor abrió la puerta de una habitación y luego la cerró inmediatamente de un portazo. Si prestaba suficiente atención, escucharía a dos universitarios teniendo otro tipo de asuntos.

Ambos se dieron media vuelta y continuaron buscando un lugar más privado, donde no hubiera nadie pidiéndole a Fyodor otra competencia de chupitos ni a Nikolai un segundo baile de chacarera.

No comprendía si era por la bebida en su sistema o porque la casa de Chuuya era sorprendentemente amplia, pero de cualquier forma, se seguía sintiendo mareado.

— N-Nikolai...– susurró agarrándose de su brazo — Espera u-un poco...

Sus piernas fallaron por unos instantes, y al sentir la falta de peso que llevaba tomado de la mano, por mera suerte logró alcanzarlo antes de que cayera de rodillas al suelo. Lo sujetó firmemente, sentía su cuerpo tan frágil como una artesanía de porcelana blanca y fina.

Sus pensamientos divagaron debido al pánico, su conclusión fue que quizás Tetchou había puesto algo en su bebida, como alguien más lo hizo con él alguna vez.

Sacó su teléfono de su bolsillo y encendió la linterna, dejando a Fyodor recargado de pie en la pared a su lado, revisando sus pupilas en caso de que tuviera razón. Suspiró tan aliviado de ver que reaccionaba correctamente.

— Aquí estoy, aquí estoy– murmuró suave para tener la atención del ruso — No me iré a ninguna parte, t-tú sólo respira profundo, ¿si?

— L-Lo siento mucho

— No, no te disculpes, está bien

— No te enojes conmigo, p-por favor

Un par de temblores en sus piernas le hicieron resbalar por la pared, de no ser por Nikolai y esos 2 años en el gimnasio, probablemente se hubiera caído horrible. Su único soporte ahora era él, por más avergonzado que se sintiera de estar así, no podría confiar en nadie más para cuidarlo.

Háblame // FyolaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora