Así se le fue la primer semana, luego la segunda, casi se cumplía la tercera. Por algo decía que el amor era complicado y parecido a tomarse un shot de jugo de arándanos con tequila, primero puede ser dulce y después viene lo amargo.
Fyodor no era amargo, sólo que él esperaba mucho de su persona, y da la casualidad de que su persona era extremadamente estúpida. Lo poco que había descubierto eran las vocales, clasificarlas e identificarlas, intentar formar sílabas básicas en los mensajes y comprenderlas lo mejor posible.
Su simbología no tenía absolutamente nada que ver con alguna otra que hubiera visto antes, y eso que amaba este tipo de temas lingüísticos. Podría estar teniendo demasiadas expectativas sobre él, y aunque le daba una cantidad considerable de pánico, sabía que Fyodor podría darle un descanso.
Pero, en serio quería ese premio. Sobre todo porque no tenía ni la más remota idea de qué podría tratarse. Como siempre, se desparramó en las escaleras de la facultad con Sigma a su lado y Atsushi dándole palmaditas de consuelo, ambos hicieron una mueca al escuchar que la columna de Gogol tronaba horrible.
— Qué mierda, amigo, te reventaste los huesos enteros– bromeó el de cabello bicolor — ¿Es por lo de tu proyecto, no?
— Si, en parte si– aceptó la suposición, recuperó su postura anterior, medio recargado en la pared — Les tengo una pregunta rara, ¿me quieren responder, por favor?
Los otros dos se miraron mutuamente en cuestión de unos milisegundos, estuvieron de acuerdo en que algo malo le estaba pasando y seguramente necesitaba un consejo. Así que aceptaron la dichosa pregunta, esperando la cosa más tonta o la más filosófica que alguien les podría haber dicho en sus vidas enteras.
— Supongamos que se besaron unas...– se detuvo a contar con sus dedos — Unas 5 o 6 veces con alguien que les gusta tanto a tal punto de estarle dedicando todo el trabajo de un mes... ¿lo llevarían a una cita o no?
Era lo equivalente a decir "¿Te quedas con medio millón de dólares o no?"
La respuesta y la situación podrían parecer obvias, pero la mente de Nikolai algunas veces no veía las cosas tan claras como el resto del mundo. Sobre todo por la inexperiencia, la ansiedad mezclada con adrenalina, los malos recuerdos entrelazados con personas igual de malas, lo delgada de la línea por la que caminaba ahora.
Sigma suspiró mientras ponía su mano en los hombros contrarios, entendía esa pequeña parte que casi nunca había visto. Nikolai tenía miedo, siempre lo tuvo. Y era completamente normal después de todo, pues seguía siendo la primer relación amorosa que comenzaba a tomarse en serio.
Su historial con el amor nunca fue la gran cosa, más que nada porque él no parecía interesado en nada ni en nadie. Sus cosas, sus asuntos, sus pasatiempos y sus intereses; suyos y de nadie más. Pero ahora lo veía igual que un cachorro abandonado en busca de un cálido hogar para esconderse de la lluvia.
Su problema era el mismo que en otras ocasiones: veía a Fyodor como su todo, y él se veía como nada.
Alguien así de increíble tendría que ir por la vida buscando a alguien que por lo menos rozara la barra de expectativas, porque él no podría ni alcanzarla poniéndose de puntillas.
Nikolai nunca entendió por las buenas a aceptar que era igual e incluso muchísimo mejor que el 90% de las personas en el mundo. Parecía descabellado y sumamente exagerado, pero el noble corazón de Atsushi sabía que era cierto.
— Si, Niko, si lo llevaríamos a una cita– respondió Sigma acariciando su hombro, haciendo pequeños círculos con su pulgar — ¿Y sabes dónde podría ser una buena idea en estos días?
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Háblame // Fyolai
FanficPareciera que ese chico no hablaba mucho, al menos, no de la manera en la que todo el mundo lo hacía. Y aterraba a todos, aunque él lo veía encantador. = AU Estudiantil = Preciosa portada hecha por @HERO_EraserHead