Excusas para enamorarte

Capítulo 7

Este día promete, y no precisamente cosas buenas. Tenía que cumplir con mi palabra y convertirme en la novia de Ryan. Iba a ser un verdadero reto para mí, primeramente porque no estaba de acuerdo, acepté la apuesta solo pensando que iba a ganarla. Y en segundo lugar, al parecer tiene muchos ojos sobre él, y yo detesto ser el centro de atención. No me imagino el hecho de tener que pasar mi tiempo con ese engreído escuchándole decir estupideces sobre lo perfecto que es según él. Es que lo detesto con todo mi ser. Además va de chulito por la vida, creyéndose galán de telenovela ¿ Cómo es eso que dijo ayer ? "No necesitas ser una Kardashian, me gustas así". ¿Que le gusto? ¿Quién se cree que es ? Ni siquiera me conoce el muy arrogante, ligón, pedante y engreído ¿ Es que cree que por decirme tres palabritas voy a caer rendida a sus pies ? Se lo tiene demasiado creído. Es solo de pensar en él y ya me da el mal humor. Pero tuve que detener mis pensamientos cuando mi madre entró a mi habitación.

- Buenos días cariño. Pensé que no habías despertado. Date un poco de prisa, no vayas a llegar tarde - me dijo cariñosamente y a la vez con tono autoritario.

- Vale mamá, ya me doy prisa - le sonreí.

- Por cierto, ya que hoy te vas con ese amigo, voy a salir algo más temprano para adelantar algunas cosas que tengo pendientes en el trabajo - me dijo.

- Está bien mamá. Ten un buen día - le dije con una sonrisa ligera.

- Tú igual cariño - ella cerró la puerta de mi habitación luego de lanzarme un beso.

Me levanté con muy poca energía, como prácticamente siempre, pues ya les dije que madrugar no era mi cosa favorita del mundo. Me di una ducha, y elegí un outfit para hoy : unos jeans negros, un jersey color mostaza y convers negros. De seguro ya se han percatado de mi obsesión por los jerseys. Dejé mi cabello atado en una coleta , y usé unos pendientes pequeños junto a mi cadenita. Luego de mirarme mil veces en el espejo, bajé a desayunar. Al parecer mamá ya se había ido a trabajar. Creo que no lo había mencionado, ella es abogada , su trabajo no quedaba muy lejos de casa, lo que le resultaba bastante cómodo. Ella se sentía muy bien ahí. Me terminé el desayuno cuando me llegó un mensaje :

*Ya estoy frente a tu casa *

No dejo de preguntarme cómo consiguió mi número si nunca se lo he dado, y dudo que Lauren lo haya hecho. No entiendo qué se trae conmigo ¿Por qué yo? ¿Por qué me molesta tanto si tiene medio instituto tras de él ? Esta situación me desquicia.
Al salir por la puerta vi su auto y me acerqué. Me senté en el asiento del copiloto. El olor a un delicioso perfume varonil llenaba el interior del coche. Le miré y le dije : - Buenos días - y desvié rápidamente la mirada hacia el frente. Él me examinó de arriba a abajo, lo sabía porque podía verle con el rabillo del ojo.

Le escuché decir :

- Buenos días -

Fijó la vista en el volante, encendió el auto y nos fuimos a la escuela. Durante el camino hablamos un poco.

- ¿Qué tal tu noche ?- me dijo, pero seguía teniendo la vista al frente. Yo lo miré de reojo y seguí mirando el camino.

- ¿Ahora fingiremos que somos cercanos o algo así? No es necesario mientras estamos a solas - le dije.

Él frunció el ceño algo confundido. Seguro que no entendía por qué era tan borde con él, y yo tampoco lo entendía mucho. Bueno, la verdad es que sí, mis razones tenía, pues aunque no me había hecho nada malo, era un engreído .

- Solo estoy siendo amable - dijo en voz calmada. Él hablaba como si nada le afectara, como si viviera en una burbuja en la que solo existe él.

- Ya te dije que no necesito tu amabilidad - retorcí mis ojos, él me miró de reojo y esbozó una pequeña sonrisa ¿Qué le causaba tanta gracia? Estaba siendo bastante odiosa con él. Esperaba que se enfadara y me dijera que no quería seguir con el trato. Pero no, a él nada le hacía enojar. Más bien le daba gracia. ¿Es que acaso le parecía chistosa, es eso? De verdad que me sacaba de quicio. No hablamos más hasta llegar al instituto.