Capítulo 1

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-Mel,vas a llegar tarde- me vociferaba mi mamá desde el salón.

La verdad es que me costaba muchísimo madrugar. Yo soy de las que se levantan a las once de la mañana o algo así. Durante las vacaciones me dormía alrededor de las tres, a veces hasta cuatro de la madrugada, leyendo libros de romance y puro drama o viendo alguna peli que me gustara. Ya me había adaptado a ese ritmo, y ahora que iniciaba la escuela era algo complicado acostumbrarme  de nuevo al horario normal.

-Ya voooooy- le respondí y bajé las escaleras corriendo, casi me mato en el último escalón, de hecho - Es el primer día ¿Qué más da que llegue un poco tarde? -me quejé con mi madre.

- Precisamente porque es el primer día tienes que llegar temprano, o ¿Qué impresión quieres que se lleven de ti?-dijo alzando un poco la voz.

- Se llevarán una buena impresión en cuanto vean mis notas mamá, no seas tan histérica - sonreí.
Ella retorció los ojos.

- Desayuna pronto, te llevaré en el auto - dijo ella mientras se adelantaba a salir a por el coche.

Me comí rápido la tostada con mantequilla que me había preparado mi madre junto a un jugo  de naranja bien frío.Y sí, yo soy de las que prefieren desayunar frío, me hace empezar el día con más energía, llámenme rara. Me subí al coche de mamá y nos dirigimos a mi nuevo instituto.

- ¿Estás nerviosa?- me pregunta ella.

- Estoy bien mamá, no te preocupes - le di una sonrisa tranquila.

- No quiero que nuestra decisión afecte tu rendimiento - La escuché decirme con preocupación.

- Mamá, ya no soy una niña, sé muy bien diferenciar las cosas. Me va a ir bien, no te preocupes  -          

Eso pareció aliviarla un poco. Luego de unos minutos, llegamos al instituto, era bastante bonito, la verdad. Un edificio color marfil con ventanas grandes de cristal, pasto verde, y grandes árboles, la verdad era bastante intimidante. Yo vestía unos vaqueros, zapatillas vans y un suéter color salmón, ya que hacía un clima bastante fresco. Había  dejado suelto mi pelo castaño, con unas ligeras ondas en las puntas. Usaba unas argollas doradas en conjunto con mi cadenita preferida. Ese día mis ojos lucían más verdes que cualquier otro, ellos a veces tenían una tonalidad más amarilla, dependía de la ocasión. La verdad es que sí me veía algo atractiva. Nunca fui de tener la autoestima muy alta, pero sí todos me decían que era bastante bonita. No era súper extravagante ni tenía un cuerpo voluminoso, sino que era más bien sencillo. Me armé de valor, me despedí de mi madre con un beso y entré a aquella escuela. Mis nervios estaban a flor de piel. Lo primero fue un acto por el inicio del nuevo curso. Ya era el penúltimo año antes de empezar la universidad. Presentaron a algunos profesores, hubieron ciertos números culturales, etcétera. Cuando este terminó me dirigí  al salón donde serían mis clases. Mis manos me sudaban y mi pulso se aceleraba cuando me estaba acercando. Al principio siempre era algo tímida , luego ya me soltaba un poco . Al entrar me senté  en la última fila. Quería que me notaran lo menos posible. Entonces entró el profesor del primer turno dando los buenos días y dejando su carpeta sobre el buró para iniciar las clases. Al percatarse de mi presencia prosiguió a presentarme delante de los demás alumnos.

-Veo que tenemos una nueva estudiante en el salón. Haga el favor de pasar al frente para presentarse ante sus nuevos compañeros - Dijo él.

Y así hice. Pasé hacia adelante .

-Mi nombre es Melanie Smith, vengo de San Francisco -dije un poco sonrojada, pues me daba algo de vergüenza eso de presentarme y ser el centro de atención.

-Bienvenida señorita Mel...-

En ese momento alguien abrió la puerta del salón. Era un chico que parecía ser alumno de la clase. Tenía la piel blanca, pelo castaño, lacio y un poco revuelto, ojos cafés  y algo achinados. Vestía como macarra de película. Sí, el típico que sale con un montón de chicas. Sus ojos fueron directamente a mí. Tuve la necesidad de mirarlo y, no se por qué me dio un ligero cosquilleo ese intercambio de miradas, es que era bastante lindo, la verdad. El profesor tuvo que llamar su atención.

Excusas para enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora