Capítulo 20

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- ¿Así de sencillo? - fue la primera reacción de Lauren cuando le conté lo que había sucedido con Ryan y el modo en que nos reconciliamos.

- Pues sí. No sé, a ver ... sé que quizás debí ser algo más dura con él, teniendo en cuenta que se haya portado como un imbécil haciéndome desconfiar y luego llorar a mares. Pero no sé, es como que le entendí, o eso creo. Y la verdad es que tampoco me agrada la idea de estar lejos de él, y sí es cierto además que desarma mis defensas y me hace totalmente vulnerable pero... ¿Qué puedo hacer ? Ayyy, es que me escucho y ni yo misma me lo creo ¿En qué momento me volví tan blanda? -

- Vale vale. Ya entendí. Y sí es cierto que el estar enamorados nos vuelve vulnerables, pero una cosa si te digo.. no dejes que te lastime o se las tendrá que ver conmigo - me dijo mi amiga golpeando suavemente mi hombro mientras sonreía, y yo por supuesto asentí con una sonrisa.

Lo cierto es que cuando sucedió lo de mi pelea con Ryan, me encerré en mí misma. Obviamente las personas que me conocían podían notar que algo andaba mal, pero esquivaba a todos con tal de no hurgar en la herida, y así evitar andar lloriqueando frente a todos...

Hoy teníamos toda la tarde libre, y aproveché con Lau para ver a los chicos entrenar un poco de basket. Obviamente ella sacó provecho de la situación para interrogarme bien a fondo sobre mi estado en estos últimos días, y pues... de eso hablábamos.

- Me encanta cuando te pones en plan "amiga súper protectora "- le dije dándole un codazo amistoso, a lo que ella sonrió mientras volteaba sus ojos.

Los chicos tendrían un partido importante dentro de dos semanas y estaban entrenando fuerte. El juego estaba bastante entretenido, sobre todo por la buena vista que teníamos justo en frente, y es que siendo sincera, amaba ver a Ryan jugar. No soy la que más conoce de basket o de cualquier otro deporte, pero me gusta ver sus partidos, la manera en la que corre de un lado para otro mientras su cabello se movía de un modo que lo hacía lucir aún más atractivo (si es que eso era posible), su sonrisa satisfactoria cuando ejecutaba una buena jugada. Lo más emocionante era cuando sus ojos buscaban los míos y me dedicaba una de esas sonrisitas que hacen que mi cerebro entre en corto circuito (alguien que me rescate de este ataque de cursilería).

- ¿Necesitas un balde para las babas?- escuché a Lauren decir, interrumpiendo el hilo de mis pensamientos con una sonrisa picarona.

- Muy chistosa. De seguro que tú no te quedas atrás - le sonreí del mismo modo.

- ¿Sabes qué estaba pensando? -

- ¿El qué? -

- Hace tiempo que no quedamos con los chicos. Me encontré con Mike ayer, hablamos un rato y me dijo para quedar en la cafetería o hacer algún plan ¿Qué me dices ? ¿Te apuntas?-

- Vale. Me dices la hora y tal para planificarme -

- Cierto. Olvidaba que eres una chica comprometida- me dijo golpeándome en el hombro jocosamente.

- Tan chistosa - sonreí.

El partido había terminado. Los chicos celebraron el buen entrenamiento y se fueron a los vestuarios, excepto Ryan, quien se dirigió directo a mí.

- ¿Te gustaría intentar? - me dijo con una sonrisa mientras me señalaba la cancha de basket.

- ¿Es en serio? No tengo ni idea de cómo se hace - sonreí incrédula pero algo ansiosa, he de reconocer.

- Anda, ve - Lauren me incitó a que fuera, mientras se ponía en pie - yo esperaré a mi chico en la salida-

- Vale- le sonreí y me dirigí a Ryan, quien tenía su mano extendida hacia mí.

Excusas para enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora