Capítulo 5

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                                         Ryan

Ya han pasado varios días desde el juego de basket. Desde ese día en que vi como la chica de los ojos verdes se iba con ese tal Jayson. En la noche le escribí otra vez, omitiendo mi nombre. Pero al parecer ella sabe que soy yo el autor de esos mensajes, pues me los respondió y tuvimos una conversación. Por supuesto que no fue muy agradable conmigo. No suelo ser así de intenso, pero ella me llama la atención de una manera distinta.

Hoy es el primer examen, Matemáticas. No es por presumir pero es mi punto fuerte. Solo espero que no sea el de Melanie, pues deseo demasiado ganarle esa apuesta y que sea mi novia. Una razón es que mi padre me deje en paz con ese tema de que tengo que tener una relación seria, que si mi imagen y tal. Él muy preocupado por mi apariencia (aunque en realidad es la suya la que le preocupa). Y por supuesto hay un segundo motivo, ella de verdad me causa curiosidad, provoca algo en mí que no sé qué es pero me gusta ¿A que es una buena técnica de conquista ?

Me vestí, desayuné, agarré el coche y me dirigí a la escuela. Fui directamente al salón, ella aún no había llegado. Si señoras y señores, llegué bastante temprano, felicítenme por ello. Me senté en una esquina del salón. Cuando vi que entró sonreí en mis adentros. Pues tenía aspecto de haber estudiado toda la noche, al parecer se había estado esforzando mucho. Aún así lucía bonita. Llevaba unos vaqueros que le hacían ver un buen cuerpo, no era extravagante pero lo suficientemente atractivo para que no pudiera despegar mi mirada de ella. Llevaba  el pelo en un recogido despreocupado. Me dedicó una breve mirada y se sentó en la misma mesa de siempre.

Iniciamos con el examen, la verdad es que estaba demasiado fácil. Lo terminé en cuestiones de minutos, eso era pan comido para mí. Cuando la volteé a ver estaba muy centrada, había borrado en varias ocasiones. No dudaba de que era buena, pero sí que pudiera superarme. Proseguí a levantarme y entregar mi examen. Antes de salir por la puerta la miré, ella me miró, y le regalé un guiño con una sonrisa pícara. No di mucho tiempo a ver su reacción pues me fui de inmediato, con una salida triunfal.

Estuve esperando cerca del salón hasta que salió. Y por supuesto, en cuanto la vi me acerqué.

- Parece que alguien se ha pasado la noche estudiando - le dije agarrándole el mentón. A lo que ella respondió quitándome la mano de inmediato.

-Te ves muy seguro de ti mismo. Me parece que alguien va a tener que buscarse a otra para molestar luego de que le gane la apuesta - me dijo con sarcasmo. Yo le sonreí y me mordí mi labio inferior.

- No, con otra no sería tan divertido-y le guiñé un ojo.

- Mmmm, pues puedes ir olvidándote de tu diversión, porque vas a tener que cumplir con tu parte del trato y dejarme en paz - me dijo levantándome la ceja en señal de arrogancia. Me gustaba ese gesto.

- Eso ya lo veremos, novia - le sonreí y la dejé con la palabra en la boca, pues me volteé enseguida y seguí mi camino. Los resultados no se publicarían hasta mañana.

Yo me dirigí a mi casa, donde estaba mi padre. Sí, él y mi madre estaban juntos, pero él pasaba la mayoría del tiempo en otra ciudad. Cosa con la que al parecer ambos se sentían cómodos. Nunca entendería ese tipo de relación.

- Mira quién ha llegado - Me saludó mi padre con cero gesto afectivo.

- ¿Qué tal? - respondí del mismo modo.

- ¿Así saludas a tu padre? ¿No me vas a dar un abrazo?- dijo en tono sarcástico.

Puse mala cara y me dirigí a mi habitación. Pero antes de subir las escaleras me detuvo.

- Solo espero que estés manteniendo una buena imagen - me detuve en seco y él siguió hablando - No quiero escuchar un comentario más de que mi hijo es un misterioso y que guarda secretos. Más te vale llevar una vida normal si no quieres que las cosas se pongan peores para ti -

Solo lo ignoré y seguí hasta mi habitación. Escuché un poco de música antes de quedarme dormido. Ni siquiera cené, la simple presencia de mi padre en casa hacía que se me quitara hasta el apetito.

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Y llegó el otro día, en el que sabría si le ganaría la apuesta a Melanie. Aunque de eso ya me sentía seguro, ya les dije que soy todo un genio. Al llegar al salón me percaté de que ya había llegado, y estaba sentada en la misma mesa. Me senté en mi lugar, hasta que la profesora entró por la puerta.

- Buenos días, alumnos. Hoy les entregaré los exámenes para que ustedes mismos vean su nota y verifiquen en lo que se equivocaron -

De esa manera empezó a repartir. A Melanie le entregaron su examen y me quedé mirando su reacción. Sus labios se ensancharon hasta formar una sonrisa, una muy bonita por cierto. Sus ojos verdes le brillaron y prosiguió a mirarme y guiñarme un ojo. Yo le sonreí con picardía. Cuando entregaron mi examen, supe inmediatamente que me estaría mirando, y puse cara de decepción. La profesora tuvo que salir un momento y aproveché para ir a su mesa. Los demás del salón me seguían con la mirada, no entiendo por qué eran tan cotillas. Me acerqué a ella y me miró con esos ojos llenos de brillo. Volteó su hoja frente a mí para que yo la viera. De verdad era muy buena. El examen había sido trabajoso y de seguro muchos suspenderían, pero ella había sacado un 9,8. La miré sin rastro de sonrisa en mi rostro mientras ella sí que sonreía.
Tenía bastante confianza en que me ganaría.

Hasta que esbocé una pequeña sonrisa, y entonces le dije:

-Felicidades, novia-

Su sonrisa se borró cuando puse mi examen sobre la mesa. Yo había sacado un 10, ya les dije, soy un genio. Le regalé un guiño y me dirigí a mi puesto, agarré mi mochila y me fui. Sé que la profesora volvería, pero hoy sería día de revisión y yo no me había equivocado en nada, así que no tenía nada que revisar. Fui a la cafetería a por una soda y un sándwich, pues tenía hambre ya que no había cenado ni desayunado. Me fui al coche y le escribí el siguiente mensaje:

*Te espero en la salida ;)*

Excusas para enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora