Capítulo 25

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- Quizás un poco más de maquillaje no estaría mal -

- A mí me parece que está bien así Lau. Es más... como yo -

- Bueno, igual estás preciosa -

- Pues anda que tú. Liam va a babear cuando te vea -

- Eso espero, ya que me he esforzado bastante-

Aunque parezca increíble, ha pasado poco más de un año. Tanto así que esta noche nos estamos alistando para nuestra gran graduación. Sí, así es, por fin nos graduamos del instituto. Nos hemos esforzado tanto, pero no ha sido en vano pues en breve estaremos en la universidad, estudiando aquello con que cada uno de nosotros hemos soñado, o al menos lo que creemos correcto para hacer en nuestras vidas de adultos. Phil, Conrad y Liam estudiarán administración de empresas, típico de niños ricos. Pero combinarán esos estudios con el deporte que en conjunto les apasiona, de manera tal que puedan cumplir con sus estándares familiares y abrirse paso como hombres de negocio, sin dejar de lado su pasión por el basket. Mike sí ha optado por dedicarse completamente a su deporte predilecto, mientras que Sophie, para sorpresa de todos, se ha decantado por Medicina. Lauren ha decidido que su vocación por la música ha de marcar su estilo de vida, por lo que ha conseguido una beca en Juilliard y a por ello va. Yo, por mi parte, he decidido que estudiaré Derecho, como mi mamá. La verdad, es algo que me llama la atención pues la he visto desempeñar el oficio desde que yo era pequeña y puedo afirmar que he admirado mucho todo lo referente a ello. Así que... ¿por qué no? Gracias a Dios he conseguido una beca para estudiar en nada más y nada menos que ... ¡Stanford! Casi ni me lo creo aún. Estoy extremadamente emocionada. Ah, si se preguntan por Jayson, o por Ryan, este primero se ha alejado de todos últimamente, como era de esperar, y no tengo la más remota idea sobre lo que hará de su vida. Y respecto al engreído, la cosa es un poco más compleja. Desde aquella vez en que todo salió a la luz en casa de Sophie, le vi apenas en par de ocasiones en la escuela, pero no intercambiamos palabra alguna. Luego no le vi más. Por la información que Lau le pudo sacar a Liam, resulta que se alejó definitivamente de su padre y sus turbios negocios, aunque consecuentemente también le tocó tomar distancia de su madre, quien por nada del mundo quiso renunciar a su matrimonio ni a los "privilegios" con los que contaba. Sé que se mudó de ciudad, y por ende de instituto, y como le tocó despojarse de todo lujo, estaba trabajando a la vez que estudiaba. Creo que Liam comentó de una beca o algo por el estilo, cosa que no me sorprende en lo absoluto, porque es un genio. La verdad es que me alegro por él. Ha sido duro este tiempo sin verle, y creo que duro es poco para describir lo mucho que le he extrañado. De hecho, aún le extraño. Sigo pensando si existirá la oportunidad en que volvamos a vernos... aunque después de saber todo con lujos y detalles, parece improbable que algo entre nosotros pudiera ser posible. Y quizás sí, él no tiene culpa, pero sí su padre. Es demasiado complejo ¿Quién me diría que el pedante que se sentó conmigo el primer día de clases, ese al que detestaba, terminaría siendo el mayor terremoto emocional en mi vida? ¿Quién se pensaría que nos uniría una historia tan turbia, llena de secretos? Pero no solo eso... ¿Quién iba a decir que lo que empezó como una apuesta podía volverse tan real? De hecho, puedo decir que es lo más real que he vivido nunca. La fiesta de bienvenida, esas conversaciones retadoras, esa cita en la playa, el juego de basket... podría escribir todo un libro sobre esta historia.

- Cariño... ¿les falta mucho? Los chicos están abajo esperándolas -

- Tranquila mamá. Ya vamos. Es que Lauren se ha demorado de más - dije jocosamente.

- Sí.... De seguro que he sido yo - respondió ella sarcásticamente.

- Tranquila... créeme que conozco lo que tengo en casa -

- ¡¡Mamáaaa!! -

Las tres reímos al unísono.
En fin... era nuestra noche de graduación. Lauren había propuesto que nos alistásemos juntas y me pareció una idea maravillosa. Así que tuvimos una tarde bastante entretenida entre amigas. En cuestión, no era una fiesta cualquiera, así que la ocasión ameritaba más elegancia de lo habitual. Ambas habíamos optado por vestidos ceñidos al cuerpo, largos hasta los pies y una abertura que descubría una de las piernas hasta medio muslo, algo elegante y picaresco aunque no llamativo ni extremadamente sensual.... El de ella era rojo vino, color que le favorecía a la vez que estilizaba un montón, mientras que el mío era de un verde esmeralda que conjuntaba a la perfección con mis ojos. El cabello suelto con ligeras ondas en las puntas, accesorios discretos, zapatos de tacón, y maquillaje sencillo, por lo menos en mi caso, ya que ella iba un poco más extravagante. Pero la verdad es que las dos lucíamos fenomenal, modestia y aparte, claro está.

Excusas para enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora