𖧧capítulo 35𖧧

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Me desperté exaltada, el sudor recorría mi rostro

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Me desperté exaltada, el sudor recorría mi rostro. Había tenido una pesadilla.

Sentí mi corazón saltar del susto. Me quedé sentada sobre la cama.

Mis ojos se dirigieron hacia aquella figura que yacía a al lado de la puerta recién entrando.

Esos ojos achinados de largas pestañas, me miraban expectantes y algo adormilados.

– ¿Todo bien? -me hablo en un tono ronco que me puso un tanto nerviosa.

– Si, solo fue una pesadilla -le sonreí algo apenada.

El solo se acercó a mi para abrazarme, sus brazos eran cálidos, tenía una energía que me atrapaba y me hacía desear estar así durante horas.

– Toda va a estar mejor, flaca, estoy aquí para espantar tus miedos, mi niña -no pude evitarlo y ante sus palabras llore con fuerza, me gustaba llorar sobre los brazos de alguien, eran como un refugio seguro para mi.

El se apartó para mirarme, dio dos besos debajo de mis ojos, como las promesas de que con un beso se curaría la herida y te sentirias mejor.

Beso mi frente con cuidado, como si me tratase de un cristal frágil.

– Voy a estar siempre acá, para vos -me dedico una suave y cariñosa sonrisa.

– Gracias -fue lo único que pude murmurar con un nudo en la garganta.

Mi cerebro divagaba mientras cocinaba el desayuno, tenía que hablar con Iván sobre algo que me dijo Rob, pero tenía miedo de ver que expresión pondría, simplemente me costaba poder decírselo.

– ¿Esta todo bien? -sentí como sus brazos abrazaban mi cintura con suavidad, mientras apoyaba su cabeza en mi hombro, aun tenía los ojos cerrados, causándome algo de risa y ternura- Tortitas, me encantan.

Le sonreí en respuesta.

– Estas re tensa -el sabia leerme lo suficientemente bien, y eso a veces me daba miedo- ¿Qué fue lo que Tomás te dijo? -y vaya que este hombre sabia leerme a la perfección.

– Deja que termine y te lo cuento -no quería verle la cara, sabia que mi tono de voz había sonado algo bajo, y probablemente él estaba alarmado.

Sentí como solo asentia lentamente, mientras me seguía abrazando sin soltarme, buscando que no desapareciera.

Cuando termine y nos sentamos frente a frente sentí mi corazón estrujarse, al ver su cara llena de curiosidad y nervios, tratando de adivinar que pasaba por mi cabeza.

– Tomás me dijo que -me sentía completamente muerta de nervios- Que me fuera unos días con él, para terminar el videoclip de su nueva canción, ya que hace algunas semanas antes le dije que quería participar en el baile, y me propuso también que hiciera una cóver y hacíamos el baile y la coreo entre nosotros dos, para hacer como un remix, ya que le ayude con la letra y con vestuario y coreo. Y luego de eso vuelvo a Andorra.

No podía mirarle a la cara, así que únicamente me dedique a mirar mis tortitas, no quería alejarme de él, pero aún había cosas que me lo impedían.

Me sentía mal, muy mal, no quería separarme de el, odiaba los kilómetros que realmente nos separaban, solo quería quedarme con él.

Escuche el sonido de la silla moverse, y los pasos acercarse a mi.

Sentí sus cálidos brazos rodear mi cuerpo. No lo evite y me levante para abrazarlo con fuerza, aunque la silla cayese con fuerza por el brusco movimiento.

– No quiero que te vayas -me respondió- Estoy muy feliz por todo eso de tu proyecto con Rob, pero no quiero que te vayas ahora que por fin te tengo aquí conmigo.

Sentí algunas lágrimas mojar mi camiseta, mis ojos ardían, y no lo pude evitar, llore.

Puede que fuera un poco tonto llorar por una despedida, pero era una en la que no sabía cuando lo volvería a ver.

Desde ese instante, desde ese abrazo, sentí lo difíciles que serían las mañanas sin alguien a quien molestar, lo que extrañaria esos ataques de besos en el cuello, o esos abrazos momentáneos donde me sentía como en casa, también extrañaria esos dulces besos, o la calidez que desprendían los abrazos nocturnos donde sabía que podía dormir en paz, porque alguien me protegía.

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– No quiero que estés triste, flaca -respondió el azabache viendo a su novia, que estaba abrazada a él como si su vida dependiera de ello.

– No lo estoy -hablaba la castaña con los ojos rojos de llorar.

Llevaba puesta una camiseta de Iván, que le venía grande, pero amaba el olor que desprendía esta, le recordaba tanto a él.

– Sabes, -agarro a su novia estilo princesa y la llevo hasta el sofá de su casa- vamos a ver Aladin, y luego de eso, Spider-Man, las dos primeras sagas, porque se que son tus favoritas.

– ¿Nos podemos casar? -pregunto la otra con los ojos brillando como estrellas, el chico le dedicó una sonrisa donde mostraba los dientes y achinaba los ojos.

– Cuando vos quieras, linda -el chico le dio un suave beso, lleno de cariño y amor.

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Boludo, traigo una bronca, bua, una ganas de agarrarme a ostias con Marina Rivers.

Da igual que ya hayan pasado unas horas, sigo teniendo una impotencia luego de eso.

Luego de ver la que le metió Samy a Mayichi, me imaginé a Samy junto con Ari esperando a Marina en la salida JAKSJAKSJKA














Beautiful Girl -a Spreen fanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora