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—¡Abue Mary!

Un Alfa contento corrió hacia la dulce Omega que lo esperaba con los brazos abiertos, atrapándolo entre ellos para darle esa calidez que solo ella podía darle a su nieto.

—¡Pero que grande estás, mi bebé punk!

Liam sonrió ante la mención del apodo que su abuelita le dio desde pequeño, porque claro que ella creo aquel otro apodo que lo hizo pasar vergüenzas; pelos de chayote y bebé punk.

¿Él que culpa tenía de haber nacido con los ojos muy abiertos, con mucho cabello parado en diferentes direcciones y pesando más que los bebés promedios? Exacto, nada.

—No me moveré y sabes porqué

La mujer mayor rodó los ojos divertida.

—Mi Leeyum, ¿podrías liberar a esta pobre anciana para que desempaque sus cosas?

Asintió acatando las órdenes. La abuelita Mary bufó al ver como su nieto corría con sus maletas antes de que ella pudiera tomarlas. Liam la conocía y sabía que era terca a la hora de dejarse ayudar.

Al entrar a la casa tres Alfas más la abrazaron cariñosos. Su hijo veía todo desde lejos sonriendo.

—¡Ya, ya!, ¡lastimarán a mi mamá!

Louis, Niall y Ed jadearon en desacuerdo pero soltando a su abuelita para dejarla avanzar y saludar a la pareja de esposos.

—¡Pero que condenado eres!, ¡ni una llamada tuya en estos meses tuve de tu parte!, ¡quiero mi pollo rostizado ahora y lo pagarás tú!

Jaló la oreja del hombre alto, sin importar tener que pararse de puntitas para lograr su cometido. Lo soltó cuando vio su oreja tornarse de un leve tono rojizo y sonrió satisfecha al escuchar a sus nietos burlarse de su padre.

—Karen, mi linda niña, ven aquí.

Su madre caminó a la mayor, abrazándola con cariño. Mary soltó feromonas, dándole el amor de madre que jamás tuvo. El aroma a girasoles y dulce de caramelo creo un ambiente de paz en la casa Payne.

—Me alegra que haya venido, suegra.

Un pellizco suave fue dado en la regordeta mejilla de la Alfa. Liam sonrió al ver como su madre daba leves brincos emocionada cuando su suegra prometió hacer su platillo favorito de su pueblo, el almendrado.

Cabe decir que la abuelita Mary fue criada en la República Mexicana, obteniendo la nacionalidad y costumbres del pueblito en el que vivió hasta que el padre de Liam la llevó de vuelta a Inglaterra.

—Dejé tus maletas en el cuarto, abue. ¿Quieres dormir un rato?

Mary negó. —No estoy tan vieja como para cansarme de un viaje de solo dos horas.

Sacudió su mano restándole importancia y caminó hasta la cocina para colocarse el mandil de Batman que pertenecía a Liam.

—¡Más les vale comprarme un nuevo mandil, que no crean que no me di cuenta de que tiraron el mío!

Las risas en la cocina podían oírse desde afuera, quizá los vecinos llegarían a quejarse en un rato pero a ellos no les importaba, compartir un hermoso momento con su abuelita era mucho más importante.

—¡Ya, niños!, ¿ahora qué haré si ya me gastaron toda la harina para el pastel?

Niall miró a la mayor y salió corriendo del lugar, siendo acompañado de su extrovertido mellizo. Oh, pero claro que no se quedarían ahí para ver como su abuela les pedía ir a la tienda por cosas que necesitaba. Louis y Liam suspiraron, aceptando la derrota y el castigo de ir a la tienda.

—Bien, ya les hice una lista de todo lo que necesito.

Un papelito en forma de corazón fue extendida a el menor, quien lo tomó y asintió para salir. Geoff le arrojó las llaves del carro, ayudándoles a no sufrir y caminar bajo el caliente sol del verano.

El ojiazul le arrebató las llaves y él solo pudo golpearlo en forma de berrinche por no manejar.


❤️🐺🐺💛

—¿Qué pasó con Harry?

Louis sonrió, o eso intentó pues una mueca salió en su lugar.

—Abortó —respondió— Su lobo por fin lo hizo para no provocarle la pérdida del útero completo. El doctor Chan nos explicó que es riesgoso par él volver a quedar en cinta pero con tratamiento podría arreglarse, aunque Harry se negó.

Arqueó su ceja confundido, esperando la explicación de su hermano mayor.

—También me confundí con su decisión pero luego me dijo por qué.

Suspiró girando el volante, tomando la avenida que los llevaría al centro comercial.

—El tratamiento es caro y muy pesado, Harry parece no querer pasar por tanto, aparte, el dinero no alcanza, aún si juntamos todos nuestros ahorros es grande la cantidad del tratamiento.

Liam sintió una presión en el pecho al ver al Alfa mayor tan deprimido. No podría formar una manada con su Omega.

—Pero... hablé con él y la opción de adoptar es muy buena. Digo, sé que será difícil pues todo el proceso es tardado y exhaustivo, aunque no es algo que no podamos juntos.

Louis miró a su hermano con una gran sonrisa en su rostro, contagiando a éste.

—¿Aceptaste tener a un cachorro que no es tuyo?

La pregunta del rubio lo hizo reír.

—Tu padre nos aceptó a nosotros, ¿por qué yo no podría aceptar a un niño que merece un hogar con amor?

El viaje restante al centro comercial fue tranquilo. Nadie habló más, un silencio entre los dos rondó con una suave melodía en la radio. Los Alfas comenzaron a cantar en armonía ante la pegadiza canción titulada "Permission to dance"

Miró de reojo a su hermano, pensando en lo que pasaría si él viviera lo mismo. Adoptar era darle esperanzas a un niño que necesitaba el cariño de una familia, que su hermano haya aceptado la idea de Harry le llenó el corazón de ternura.

No dudaba que Louis le diera todo lo que su hijo requiera, aún si fuera alguien un poco gruñón y flojo, también tiene ese lado amoroso y protector por quienes ama.

Adoptar era una buena idea, una nueva oportunidad para la pareja, Liam lo sabía.

Alfa Protector |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora