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Abrió sus ojos con esfuerzo, le pesaban tanto que le era difícil, pero lo logró al cabo de unos minutos. La luz de la habitación blanca lo cegó y parpadeó para poder mejorar su visión. Harry y Louis estaban dormidos en una de las sillas a su lado los dos acurrucados, el rizado en el regazo del alfa con su cara escondida en el cuello de este y una cobija cubriendo apenas sus cuerpos del frío.

Jadeó al intentar moverse, sus brazos tenían pequeños moretones. Asustado alzó la bata del hospital, intentando ver si su abdomen tenían algún golpe que fuera notorio, un hematoma apenas visible en la parte de sus costilla pudo presenciar, los vellos de su nuca se erizaron al pensar en su cachorrito lastimado. Sus ojos se humedecieron y gotas saladas cayeron de ellos como cascada.

Harry frotó su puño en su ojo para quitar el sueño y con prisa se acercó a su mejor amigo, despertando a su novio en el proceso. Sobó la espalda del peliazul, ayudándole a sentarse y colocando unas tres almohadas tras él.

—Mi-mi bebé, mi ca-cachorrito, Harry

Louis sintió la mirada y entendió todo con solo eso, salió de la habitación para ir por el doctor y que este le explicara todo.

—Tranquilo, Zayn, no te adelantes a los hechos. El doctor vendrá.

Zayn sorbió su nariz y asintió dejándose mimar por el ojiverde.

La puerta se abrió y de ella entró un hombre alto con bata blanca y lentes de pasta delgada dorado.

—Buen día, joven Malik. ¿Cómo se siente?

—Deje eso de lado, ¡dígame como está mi cachorro ahora!

La pareja se miró, saliendo segundos después para dejarlos solos.

—Los golpes no fueron lo suficientemente fuertes como para dañar a los bebés, ellos están bien.

El Omega sonrió y suspiró aliviado, espera, algo no cuadraba.

—¿Bebés?

El hombre lo miró con la ceja arriba.

—Son gemelos, joven Zayn, ¿acaso no le habían dicho?

Iban a tener gemelos.

¡Iban a tener gemelos!

Y el cuerpo del Omega cayó sobre la camilla totalmente desmayado.

❤️🐺🐺💛

La gran noche de graduación había llegado, pero la pareja de lobos aún no decidía si ir o no.

Liam caminaba de un lado a otro frente a la cama de Zayn.

—Me estás mareando, para.

Cumpliendo la orden se detuvo y caminó hasta él para sentarse a su lado.

—¿Enserio quieres ir?, ¿ya te sientes mejor? Apenas ha pasado poco de todo eso y-

—Liam Payne, no voy a suspender esta gran noche solo porque un grupo de idiotas nos hizo esto. No les daré ese privilegio.

El Alfa de cabello rubio asintió aún con una pequeña preocupación en su cuerpo. Zayn le había llamado desde temprano para hablar con él, al llegar la sonrisa de su pareja lo recibió y con la misma emoción soltó un "iremos a la fiesta". Si era sincero no planeaba ir luego de todo lo que pasó, claro que lo desanimó un poco, pues sería el momento más especial que les haría dar un paso más en su relación, pero no pondría en riesgo la salud de su Omega.

—Y no me digas que no porque mi decisión ya está tomada y nada me hará cambiarla.

—Pero-

—Pero nada, Liam. Si digo que iremos es porque iremos.

❤️🐺🐺💛

La gran noche había llegado. Un Omega emocionado y un Alfa preocupado, los dos nerviosos por la noticia que darían ese día.

Zayn sonrió al verse al espejo, ese día portaba un pantalón negro, una camisa blanca con las mangas remangadas hasta los codos y los primeros botones desabotonados dejando al descubierto parte de su pecho y luciendo su marca con orgullo.

Su cabello ahora rosa era adornado por una coronita de flores blancas con un sutil pero rico aroma. Todo en él gritaba belleza.

La Diosa Luna sonreía orgullosa del hijo que había creado. Un ser divino con el don de la belleza, con la pureza de la más blanca paloma que volaba sobre su enorme jardín verde, que irradiaba amabilidad y tranquilidad a todo aquél que lo viera. Alguien hecho a su semejanza.

Su error fue cederlo a una pareja de lobos que no estaba lista para criar a su hermoso regalo. Aun así, Yaser Malik había hecho un excelente trabajo como padre, y eso sería recompensado con encontrar a su destinado como tanto este había anhelado.

El timbre de la casa sonó y emocionado corrió al primer piso para abrir a su Alfa. Su padre le reprendió al casi verlo caer.

Liam le sonrió al verlo, tan hermoso, bello, precioso, tan etéreo. Esperaba algún día encontrar una palabra que descubriera lo perfecto que era, porque esas palabras no llegaban ni a lo que realmente era su Omega.

Rodeó con sus brazos la delgada cintura de su pareja, asustándolo en el proceso, pero no por lo que él pensó, Zayn tenía miedo de que su Alfa descubriera la sorpresa antes de tiempo. Y eso sucedió.

Lo bajó con cuidado y miró la pancita un poco hinchada del chico.

—Subí de peso —contestó antes de que el Alfa pudiera hablar.

Con la intención de dejar ese tema atrás, lo halagó.

—Hoy estás reluciente, mi amor —y no mintió.

El Alfa portaba un hermoso pantalón rosa en conjunto con una camisa del mismo color que se ajustaba a su cuerpo marcando sus bonitos músculos ejercitados, complementado todo con zapatos negros y unas gafas.

—Tú estás incluso más hermoso —habló— Si la Diosa Luna te viera, sentiría envidia de lo bonito que eres, cielo.

Y ella misma lo afirmaba. Zayn se sonrojó y sonrió.

—Antes de que se vayan, acomódense, papá Yaser les tomará una fotito

James chilló emocionado, apoyando a su papi. El Omega rió al igual que su pareja.

Ese día sería el mejor de todos y nadie se lo iba a quitar.

Alfa Protector |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora