Capitulo 29

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Peter estaba en la cama junto a Lali y veían una de sus películas favoritas en el reproductor de DVD que había traído con ella. Su cabeza estaba sobre su hombro y él jugaba ausentemente con los dedos de su mano izquierda, su brazo derecho siendo de otra manera ocupado con la diálisis. Era la cuarta vez que él la había llevado a su cita, así que se había acostumbrado al procedimiento y a las limitaciones durante el mismo.

Se preguntaba qué estaba pensando ella. El doctor le había pedido hablar en privado antes de que la conectaran. Cuando ella había regresado, Lali había dicho que eran solo resultados de laboratorio, nada de lo que preocuparse. Solo que él se preocupó. Ella era un poco demasiado casual al respecto.

En su bolsillo, el teléfono de Peter vibró. Lo sacó y miró el identificador de llamadas.

—Es tu mamá. Está atrasada para su revisión.

Gimena llamaba poco después de que cada cita comenzara, asegurándose de que hubieran llegado y no existieran problemas. El hecho de que estaba atrasada hacía a Peter pensar que probablemente había hablado con el doctor, también, razón por la cual quería hablar con ella fuera de la audiencia de Lali.

Desenredándose de las extremidades de Lali, Peter se deslizó fuera de la cama. Mientras presionaba el botón de conversación, le hizo una seña a Lali de que iba a buscar algo para beber. Ella sonrió y asintió, acomodándose en la cama de hospital.

Siempre hacía doler el corazón de Peter verla recostada ahí.

—¿Todo bien? —dijo Gimena antes de que él siquiera pudiera hablar.

—Sip, estamos aquí. Ella está haciéndolo bien.

—Muy bien. Sólo estaba comprobando...

Peter se aclaró la garganta.

—Um, ¿puedo preguntarte algo?

Aunque fue apenas perceptible, Peter notó la pausa de Gimena.

—Claro. ¿Qué pasa?

—Dime la verdad. ¿Pasa algo malo?

—Estoy segura de que Lali te ha contado todo...

—No, Lali me dice lo que cree que puedo manejar, lo que ella quiere que sepa, pero pienso que me está ocultando algo importante.

Gimena suspiró.

—Bueno, si te lo oculta, es su prerrogativa. Sabes eso.

—Sé que es su decisión, pero sabes lo que siento por ella. Si las cosas van a empeorar o si algo está yendo mal, quiero saber. —Peter hizo una pausa, con un nudo en la garganta—. Necesito saber.

La madre de Lali no dijo nada por una cantidad alarmantemente inspiradora de tiempo. El pulso de Peter se disparó y puso sentir el miedo arañando su estómago.

—Dime. Por favor —solicitó.

—Ellos la han subido en la lista de trasplantes. Sus resultados de laboratorio no se ven bien —dijo Gimena, su voz quebrándose al final.

—Pero, ¿eso no es algo bueno? Quiero decir, a ella le darán un riñón nuevo pronto, ¿verdad?

—En teoría, sí. Pero Lali tiene un rato tipo de sangre, lo cual sabías. Además de eso, están teniendo problemas para coincidir con su tipo de tejido.

—Entonces, ¿qué estás diciendo?

Cuando Gimena rompió en lágrimas, Peter sintió que su corazón dejó de latir.

—Si no le encuentran uno adecuado pronto, ella no será capaz de durar mucho más tiempo solamente con diálisis.

El pasillo se inclinó, y Peter se apoyó contra la pared, deslizándose hacia abajo, hasta que se desplomó en el suelo. Incluso si hubiera sabido qué decir, no creía que pudiera hablar en ese momento.

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