—¡Absolutamente no! —chilló Bartolome Lanzani—. Ya te has arruinado bastante por esa chica. No serás su chofer por el resto de... quién sabe cuánto tiempo.
Peter había esperado tal reacción de su padre. Si hubiera habido otra solución, ni siquiera le habría contado, ni hablar de pedirle permiso. Pero no había. La escuela pedía una nota de un padre y Peter sabía que su madre nunca le daría una sin antes hablar con el dictador, de ahí la diatriba actual.
—Son sólo seis días, papá. Te lo dije. Tres días a la semana por dos semanas. Y es sólo el sexto período, una clase que no querías que tomara para empezar —añadió Peter esperando endulzarlo. Era Fotografía, uno de los intereses de Peter que Bartolome Lanzani no aprobaba—. Por Dios, está enferma papá. Su madre la ha llevado todo este tiempo, pero necesitó un segundo empleo sólo para poder pagar las cuentas médicas de Lali de los últimos dos meses. Es sólo durante su entrenamiento que nopuede llevarla a la diálisis. Necesitan ayuda. ¿Cómo puedes negarte a eso?
Peter vio los ojos de su padre centellar.
—Oh, no juegues esa carta conmigo. No actúes como si fuera algún tipo de servicio comunitario. Eso sería completamente diferente. Pero no lo es. Tienes sentimientos por esta chica y me niego a que te metas en sus redes.
—¿Redes? ¿Cómo podría ella tenderme alguna red?
—Esa pregunta me muestra lo inocente que eres y lo poco preparado que estás para el mundo, Peter. No tienes una idea de lo que está allá afuera, cómo es realmente la gente.
—Oh, creo que he tenido años de decepciones preparándome para lo que hay afuera, papá —espetó Peter, escupiendo su nombre como veneno.
Peter vio el rostro de su padre enrojecer.
—¿Realmente eres lo suficientemente estúpido para creer que ayuda a tu caso que me hables así?
Peter inmediatamente se arrepintió. Bartolome tenía razón; no estaba ayudando para nada.
—Papá, por favor. La temporada de futbol terminó. Lo hecho, hecho está. Mira el lado positivo. Quizás esto se vea bien en mis aplicaciones universitarias. Realmente no lo he pensado, pero es algo así como servicio comunitario.
Sabía que había tocado un punto sensible. Peter podía prácticamente ver los engranajes girando en la cabeza de su padre.
Bartolome bufó.
—Si tan solo hubieras puesto tanto empeño en jugar al fútbol y mantener a tu novia, estarías libre ahora mismo.
—Mira, he cometido errores, lo admito, pero no hay motivo para que no pueda intentar dar lo mejor de mí ahora.
—Sigue sin gustarme. No quiero a esta chica mucho más metida bajo tu piel de lo que ya está.
—¿Y si prometo llamar a ese entrenador de la UT como tú quieres? El que te dijo que quizás seguiría interesado.
Peter había estado posponiendo eso, diciendo que preferiría esperar a LSU. Todos sabían que su futuro en LSU era negro, pero Peter estaba dispuesto a mantenerse con eso como una táctica real, sólo para tener tranquilo a su padre. Pero ahora, estaba más que dispuesto a usar esa carta para conseguir lo que quería. Era un pequeño sacrificio para poder ayudar a Lali.
—No puedo creer que un futuro tan brillante y prometedor se haya reducido a esto. Nunca pensé que podría estar tan decepcionado y avergonzado de la forma en que desaprovechaste tus oportunidades.
Por dentro, Peter puso los ojos en blanco. Había oído todo sobre lo mala persona que era, qué horrible hijo era, qué fracaso tan desconsiderado e irresponsable era. Pero en ese momento, estaba dispuesto a escucharlo una vez más para lograr que su padre cediera.
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Frágil
Novela JuvenilEl corazón de ella, tan delicado como el cristal. El amor de él, tan fuerte como el acero. ¿Puede alguno sobrevivir a la vida y la muerte?