Milán
Me despierto tras escuchar el ruido de mi despertador.Tras unos minutos pensando en mi existencia, decido que ya es momento de levantarme de la cama y poner comienzo al día.
Mi teléfono vibra pero no lo cojo. Bajo las escaleras de mi pequeño y cómodo duplex para dirigirme a la cocina, donde me preparo el primer café del día. Lo acompaño con unas tostadas con mermelada mientras observo desde la ventana la larga calle en la que vivo.
Termino mi desayuno para después subir de nuevo a mi habitación para coger mi ordenador con el que me siento en la cama para comenzar a leerme el libro vía online de la autoescuela en la que estoy inscrita para sacarme el carnet.
Mi teléfono comienza a sonar por lo que me veo en la obligación de cogerlo y descolgar.
-Estoy escuchando -digo mientras pongo el móvil en manos libres, dejando escuchar la voz de mi representante Danila.
- Val, soy yo, ¿has visto los audios que te mandé ayer?
- Si, le he echado un vistazo. Son como un par y algo ¿no? -añado.
- Si, de echo, por eso te llamo. Son audios que me ha mandado el representante legal de la selección española, quiere que tanto tu hermano y tú fichéis este año por la roja. La verdad es que debo decirte que he sido un poco borde al contestarles pero también he finalizado con que era una decisión vuestra.
- Dani, tú no te preocupes, a ver entiendo tu punto, de echo lo agradezco. Así que intenta comunicarte con el repre de mi hermano y ya. -suspiré.
- Escucha Val, nunca he conocido a una selección tan persistente como la española, de verdad, yo solo te digo que realmente están muy interesados en teneros.
Me quede en silencio, mientras asimilaba sus palabras. ¿De verdad España nos quería tanto?
- Val, solo diré que los llames o que los escribas y así te quedas sin dudas sobre lo que quieras saber.
Tras unos segundos, emití un breve sonido y colgué.
Tiré en la cama el móvil lo más lejos posible y seguí con mi aprendizaje.
No pasaron más de diez minutos para que cerrara el ordenador de mala leche y me encaminara al baño para tomar una ducha.
Tras la misma, embutida en una bata salí del baño y me dirigí hacia el vestidor, donde escogí lo más simple.
Mi móvil volvió a sonar y salí corriendo hacia mi cama para contestar sin mirar quien podría ser.
- ¿Diga?
- Valentina Moretti, soy Marcos, el representante de la selección española -respondió.
<< No puede ser>> pensó mi subconsciente antes de contestar.
- Eh, creo que se ha equivocado de número. -iba a colgar pero su voz me interrumpió.
- Señorita, entiendo su rechazo pero me parece totalmente injusto que haga uso solo de una de sus nacionalidades y no nos de la oportunidad de mostrarle todo lo que podemos ofrecerle en España. -añadió.
Una parte de mi mente comenzó a crear escenarios ficticios en los que me mostraba totalmente feliz aceptando formar parte de la roja , pero mi cuerpo no reaccionó a colgar por lo que el hombre pudo seguir con su discurso.
- Hemos hablado ya con su hermano y nos ha dejado totalmente claro que solo aceptará a condición de que su hermana acepte también, por lo que nos haría un tremendo favor si acepta y tenemos a dos de los mejores deportistas del momento en nuestra selección.
Yo solo podía escuchar mientras pensaba.
- Nos gustaría escuchar una respuesta afirmativa antes del día 29 si puede ser posible, la reunión se llevará a cabo en Sevilla, donde creo que usted tiene familia.
- Yo debo pensarlo muy bien, no estoy pasando un buen momento y me gustaría consultarlo con mi manager. -dije con un gran nudo en la garganta.
Ambas nos quedamos en silencio para que luego, Marcos terminara nuestra conversación.
- Valentina, se lo digo como persona, vaya a un psicólogo, desahóguese, acabe con sus males y vuelva a vivir la vida que es muy joven todavía para desperdiciarla.
Asentí, aun sabiendo que no me veía, y Marcos terminó la llamada.
Lo que restó de tarde no pude borrar de mi mente la idea de volver a España. Me sentí demasiado confusa después de aquella conversación. Pero algo que me quedo totalmente claro era que necesitaba ayuda.
Aquella noche dormí intranquila, recordando las palabras del señor, y la idea de que mi hermano contara conmigo para una decisión tan importante.
Al día siguiente, levante de un humor, como decirlo, un poco malo. Primero que nada, llegaba tarde a una reunión de trabajo con una reconocida marca para ser embajadora de la misma, lo segundo fue que casi me caigo por las escaleras de mi apartamento, y lo tercer, pero no menos importante, que el café, del cual dependía mi existencia, se había acabado.
Salí de casa a paso acelerado, murmurando muy enfadada; mientras me metía en el coche y ponía el GPS para encontrar la cafetería más cercana a mi ruta de trabajo, perdía como mínimo 4 minutos.
Todo mal.
En cuanto llegue a la oficina de Gucci, con mi café en mano, no pude evitar darme un descanso en la puerta de la "maison" para después adentrarme en la misma.
Unos cuantos pares de ojos seguían mis pasos desde muy cerca, cosa que me provocó un pequeño sentimiento de incomodidad, que desapareció tras ver a Danila esperándome en la puerta de la oficina.
Solté un suspiro que me dejó sin aire, y entre en la estancia.
Rodeada de hombres, genial.
Tras una larga charla llena de condiciones, le tocó el turno de hablar a Danila que leía lo prescrito en el contrato.
Bla, bla, bla.
Tras una larga conversación, pusimos punto y final a la reunión firmando el contrato que me enlazaba a la marca Gucci como su imagen aquí en Milán y como su embajadora a nivel nacional.
Cuando llegue a casa me puse ropa más cómoda, me preparé la comida y busqué el número de mi hermano en los contactos bloqueados del móvil.
<<Todo esto debía acabar aquí. >>
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Algo me gusta de ti | ERIC GARCÍA
Fanfiction- Valentina Moretti, eres el amor de mi vida y nada ni nadie podrá acabar con lo que mi corazón siente por ti. Primer libro de la saga "mevak" ©️Todos los derechos reservados. ©️mi_vato_es_draco