Epílogo

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4 años después

A penas me levante de la cama noté el vacío que había dejado Eric en nuestro colchón. Frío. Salí de la calidez de las sabanas, tallándome los ojos mientras intentaba desperezarme.

Salí de nuestra habitación esperando encontrar a mi marido, pero me detuve al escuchar ruido proveniente del cuarto de nuestro chiquitín, Aren.

Me asomé cual maruja de pueblo y contemplé la escena tras la puerta. Eric cargaba con mucho mimo y se movía de un lado a otro con nuestro hijo en brazos mientras intentaba cantarle algo para que se durmiera.

Miré la escena enternecida conteniendo el llanto que amenazaba con salir. Entonces Eric habló:

- Aren porfavor, no llores más y duérmete un ratito campeón. Todavía es muy temprano para levantar a mamá y hoy es un día especial. ¿Vamos a dejarla dormir un poquito más vale?

Salí de mi escondite para acercarme a Eric despacio, tratando de no despertar a nuestro bebé.

Asustado, Eric se giró y tras saber que era yo se relajó soltando un suspiro.

Sonreí mientras Eric dejaba a nuestro hijo en la cuna y se acercaba a mi para darme un abrazo.

Eric me envolvió entre sus brazos durante al menos dos minutos. Después de eso, salimos del cuarto de Aren para ir directos a nuestro dormitorio.

- Mi amor, feliz aniversario.

Besó mis labios con delicadeza mientras pasaba sus manos por mi cintura.

- Feliz aniversario gordi. -abracé su cuello.

- Ven, quiero ver el amanecer contigo.

Salimos del duplex al jardín, apenas amanecía.

Beso mis labios una vez más mientras se entretenía acariciándome la cara. Reí cuando bajo su mano a mi abdomen para hacerme cosquillas.

- Amore, debo decirte algo. -hablé- Estoy embarazada otra vez.

- ¿Enserio? Por dios Val, vamos a ser padres otra vez - dijo gritando en susurros.

Reí.

- Me gustaría que fuera una niña. - dijo acariciando con delicadeza mi barriga.

- Yo prefiero otro niño.

- Shh, Shh no digas eso que luego se cumple. ¿Recuerdas cuando lo dijiste hace un año y medio y salió niño?

- Vale gordi.

Me abrace a él mientras ambos contemplábamos como el sol salía para dar comienzo al día. Así, abrazados en silencio me di cuenta de lo afortunada que era.

Había pasado todo muy rápido, una familia, un cambio de vida, el perder a gente importante, nuevos amigos, nuevos proyectos. Todo en mi anterior vida no había tenido sentido, ahora todo en mi estaba bien.

Agradecí ese cambio drástico, ese cambio que me hizo ser la mujer de ahora. La madre de Aren y de otro bebé en camino, y la mujer de Eric.

Todo en mi vida iba muy mal.

Entonces, quizá sin querer apareció él. La persona que con ansias había estado esperando, aquel que me sacó cada día una sonrisa sincera, aquel que me regaló su corazón para sustituir el mío dañado. Ese hombre al que siempre estaré eternamente agradecida, a Eric, a mi amor verdadero, al amor de mi vida y al dueño de mi corazón. Ese que siempre llevaba una sonrisa en la cara y que defiende a capa y espada a cada persona de su vida. El que me dio tantas alegrías y tan pocas tristezas, el que me quiso con mis defectos y virtudes, el que me ama día sí y día también.

El que todas las mañanas me mima para levantarme y el que me daba masajes en las piernas cuando estaba cansada durante el embarazo. El que me pidió matrimonio y terminó llorando no solo de alegría sino de ilusión.
Tengo tanto que agradecerle que creo que nunca terminaría de hablar de él.

De Eric, mi Eric.

Fin

Primer libro de la Saga "Mevak"

Algo me gusta de ti | ERIC GARCÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora