Balú y Valencia

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Madrid

Contenido explícito.

Eric apareció en mi casa con una caja algo grande.

Lo había perdonado hace casi dos semanas y no dejaba de sorprenderme.

- Hola preciosa, mira lo que te he traído.

Me besó y le devolví el beso.

Cerré la puerta y lo dejó en el suelo.

- Espero que te guste.

Miré la caja con mucha curiosidad.

Que se le habría ocurrido ahora.

Me agaché y abrí la caja.

Tenía muchos agujeros a los lados.

Lo primero que vi fue un perrito muy pequeño en ella.

Me miraba con curiosidad.

Era monísimo.

Entonces se me tiró encima y comenzó a lamerme la cara.

Lo cogí en brazos y me levanté del suelo.

Eric nos miró mientras grababa con el móvil.

- ¿Te gusta?

Sonreí mirando al perrito.

- Pues claro que me gusta. Es precioso.

- No me cambies por el, eh.

Lo miré conteniendo la risa.

- Muy tarde.

El se rió.

- Como lo vas a llamar.

Me encogí de hombros.

Acaricie al perrito y después se me vino a la cabeza una idea.

- Que te parece Balú.

Eric seguía grabando.

- Es muy bonito.

Asentí y miré al perrito.

- Bienvenido a casa Balú.

Él ladró.

Después lo dejé adaptarse a la casa.

Eric terminó la grabación y corrí a abrazarlo.

Después lo besé.

- Me ha encantado el regalo. Gracias.

Él le restó importancia.

Fuimos a comprar unas cosas para Balú, por lo que dio su primer paseo.

Tampoco fue un paseo porque no llevaba correa.

Así que dio un paseo en los brazos de Eric.

Cuando llegamos a la tienda, se puso como loco mirando pelotas.

Y muchos huesos.

Le dimos a elegir los que le gustaran y los compramos.

Volvimos a casa con Balú correteando con su correa.

Algo me gusta de ti | ERIC GARCÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora