Noche de celebraciones

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Sevilla

A penas salimos de la reunión, a Gavi se le ocurrió la idea ir a comer por ahí. No me pude negar tras la ayuda moral que me había dado mientras estábamos en la reunión.

Conduje hasta un restaurante no muy lejos de las céntricas calles sevillanas.

Tras aparcar, entramos al comercio, en el cual nos dieron una mesa algo alejada del resto para tener privacidad.

- Supongo que ahora nos veremos más a menudo ¿no? -preguntó con cierta gracia.

Asentí mientras miraba la carta con los platos disponibles.

- Espero acostumbrarme rápido. -comenté

- Ya verás que si, sino me tienes a mi.

- Gracias Gavi, enserio.

Él le restó importancia mientras cogía su teléfono y tecleaba en el mismo.

- ¿Te apetece venir esta tarde a una quedada con mis amigos?

Lo miré sin articular palabra.

- Quizá no sea buena idea.

- Chica, me lo debes porque casi me atropellas.

Puse los ojos en blanco mientras intentaba no reírme, mas no aguanté la risa.

A los segundos Gavi empezó a reírse conmigo.

Acepte salir con ellos, por lo que Gavi comenzó a hablarme de cada uno de sus amigos, se llamaban Mario, Alejandro y Javi . Habló también de algunas chicas que vendrían.

Tras comer le llevé a su hotel y yo me fui al mío para prepararme.

Apenas pasaron 30 minutos cuando Gavi me llamo por teléfono para decirme que ya estaba en la puerta del hotel. Le dije que subiera porque todavía no estaba lista.

Gavi me ayudó a elegir lo que ponerme y tras un corto tiempo bajamos en dirección a su coche, donde varios paparazzis nos fotografiaron.

Ambos subimos corriendo al coche, evitando a los periodistas. Se había filtrado el nombre del hotel donde estaba, ya que, no solo había periodistas, sino que también había una larga cola de fans con carteles con mi nombre.

Tras el inconveniente, Gavi condujo hasta una villa que habían alquilado para unos días, según me contó.

Sus amigos nos esperaban sentados en la terraza de la casa junto a un par de chicas.

Cuando bajamos del coche, Pablo me presento a sus amigos y después dio paso a las chicas.

Quede sorprendida cuando vi a Ana.

Ella se acercó a abrazarme mientras la otra chica, que decía llamarse Rocío me daba dos besos.

Ana me cogió del brazo y me guardó un asiento a su lado y al lado de Rocío. Estuvimos hablando casi toda la tarde mientras los chicos jugaban al fútbol en el jardín.

Un rato después, cuando eran las ocho y mucho, Mario decidió hacer una barbacoa con ayuda de Cristo. Alejandro trajo botellines de cerveza y las chicas nos dedicamos a mirar cómo iban las cosas desde la comodidad de los sillones.

Mientras comíamos, los chicos bromeaban con nosotras, haciendo el ambiente mucho más tranquilo y haciéndome sentir una más de ellos.

Cuando ya era tarde, le dije a Gavi que quería volver. Me invitó a quedarme con ellos a dormir pero me negué ya que mañana tenia que levantarme pronto para volver a Milán.

Me despedí de todos ellos prometiendo volver a vernos y Pablo condujo hasta el hotel donde todavía hacían guardia los periodistas, que no dudaron en aprovechar a sacarnos fotos.

Algo me gusta de ti | ERIC GARCÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora