Milán
Mi cuerpo no reaccionó cuando me quise levantar, ni mi mano estaba a mi favor.<< Una parálisis de sueño >> pensé.
Suspiré como pude y esperé, esperé tan pacientemente que parecía que estaba muerta.
<< Ojalá >> pensó mi subconsciente.
Tras unas horas, supongo, conseguí levantarme, lentamente, pero pude. Mi cuerpo temblaba a más no poder, tenía engarrotados todos y cada uno de mis músculos. Todo me dolía.
Aquel día no hice nada, como era de costumbre en los meses que llevaba viviendo.
Como una ensalada de champiñones y unas lonchas de jamón York mientras hago zapping con el mando de la tele, no hay nada interesante. Cuando he terminado de comer, decido mirar mis redes sociales, la gente no deja de mandarme mensajes de ánimo lo que me produce ansiedad.
Cuando ya va siendo un poco tarde me sale un anuncio en Instagram sobre el equipo de mi hermano Theo en el que anuncian un partido amistoso aquí en Milán contra el Inter. Así que me meto a buscar información y compro una entrada para verlo.
Seguramente no me querrá ver pero ambos hemos sido muy cercanos siempre y no me gustaría que sabiendo que vivo aquí no he ido a apoyarlo. A parte de que cuenta con mi decisión para la selección española, a la que no le hemos dado el visto bueno todavía.
Minutos después estoy mordiéndome las uñas, carcomiéndome la cabeza con ideas estúpidas que seguro que no son tan tontas como aparecen en mi mente, la mayoría llevan de titulo " Cuando Theo vea a Val la pegara tan fuerte con un balón que la matará".
Cuando ya es tan tarde que no se puede divisar ni una persona andando por las calles de mi ciudad, una idea pasa veloz por mi mente, ¿y si me voy a España? Aunque luego mi subconsciente piensa que después de todo lo que he echo nadie querrá verme.
Por un momento quiero dejar de escuchar esa voz que todo el rato le busca una cosa negativa a mis ideas, así que cojo el ordenador, y me meto en Google a buscar vuelos a Sevilla.
Lo que nos puede dar Marcos y la selección solo pueden ser cosas buenas, ¿no?.
En cuanto entro a la página web de una aerolínea, mi mente ya me está jugando la misma mala pasada de siempre, lo que me hace echarme para atrás.
Cierro el ordenador pero tras unos breves minutos, mis manos no pueden con la necesidad de abrir el portátil y comprar un billete para aunque sea, ver a mi familia.
Decido meter mi ordenador entre el sofá y un cojín para olvidarme de él y subo a mi habitación donde me hago una skincare para después tumbarme en mi cama e intentar dormir.
Son las cuatro de la mañana y no puedo dormir. Mi mente no deja de pensar en qué pasaría si compro el bendito billete y me voy a Sevilla, de donde es mi familia. Así que, corro bajando las escaleras con la luz apagada y busco en la mesilla mi ordenador.
No lo encuentro.
Luego, recuerdo que lo he escondido así que lo busco y lo cojo llevándomelo al cuarto.
Abro Google de nuevo y vuelvo a buscar, y cuando menos me lo espero, ya he comprado el billete a Sevilla. Esta vez no puedo evitar sonreír, algo que me hace sentir una paz interior brutal.
Por fin, y tras un largo día, me puedo ir a dormir tranquila y sabiendo que no me negaré a una oportunidad si no se completamente de que trata.
Dos días después, aunque parezca raro cada vez me siento menos negativa, desolada y sola. Desde que compré el billete no dejo de pensar en cómo estarán cada uno de mis familiares, ni de pensar en cómo me recibirán. Por no contar, que espero que lo de la selección no sea un timo de esos que les hacen a algunos deportistas.
Ayer me pasé casi toda la tarde de compras con una amiga que a pesar de todo, ha seguido conmigo hasta el final, y a la que había dejado mucho de lado. Tantas compras, que hoy me he pasado todo el día "haciendo lavadoras".
Anoche hablé durante 15 minutos o menos con Theo, y está emocionado sabiendo que voy a ir a verle jugar mañana y por el viaje a Sevilla, el ha prometido acompañarme y sabe que el esfuerzo que estoy haciendo es demasiado grande, pero ambos sabemos que será lo mejor para mi, y profesionalmente hablando, para los dos.
A pesar de pensar que estaría enfadado conmigo, ambos hicimos el esfuerzo de dejar de lado nuestras cosas y hablar de buenas maneras, buscando el interés mutuo.Llevo demasiado tiempo pensando en que debo cambiar, pero nunca veía el momento de hacerlo, quizá por mi subconsciente o quizá por mi, pero solo sé que haré el esfuerzo tanto por mi como por mis personas más allegadas.
Como consecuencia de no haber estado comiendo lo suficiente, cuando guardaba la ropa en el vestidor, quizá sin querer, me he mirado en el espejo. La pérdida de peso es increíblemente notable, y no he podido evitar cerrar los ojos con impotencia. En cuanto he guardado la ropa he bajado corriendo a la cocina y al ver que mi nevera estaba prácticamente vacía, he pedido un Glovo y he terminado comiendo un McDonald's.
Cuando he terminado, me he sentido mal por comer tanto. Sin embargo, al final, es lo mejor para mi salud y para mi próxima recuperación.
Más tarde, me decanté por verme una peli en Netflix y me comí un bol de frutas. No me fui a dormir tan tarde, ya que mañana, antes del partido, había quedado con Giselle, mi única amiga, para prepararme para ver a mi hermano después de casi un año.
Aquella noche, también fue de las mejores, aunque no durmiera sin pastillas, la tranquilidad volvió a reinar en mi interior.
- reencuentro con Theo -
El timbre de mi apartamento sonó en cuanto Giselle llegó a mi casa. Tras un interrogatorio a cerca de mi salud, Giselle decidió que ya era hora de prepararse para el partido.
Tras una hora de arduo trabajo, tanto Giselle como yo estábamos preparadas, ella para una cita con su casi algo y yo para el reencuentro con mi hermano.
Dejé a Giselle en el restaurante donde iba a quedar con su pareja, mientras yo me dirigía hacia el estadio de San Siro.
Suspiré al salir del coche y me puse unas gafas para no llamar la atención de la gran cantidad de prensa que hacía guardia en la puerta trasera de los aparcamientos del estadio.
Miré el móvil para saber si Theo me había escrito o algo, y al no ser así, decidí ser yo la que le escribiera, por lo que quedamos en que vendría a guiarme hacia mi asiento en el estadio italiano.
En cuanto lo divisé, las ganas de salir corriendo hacia el coche e irme fueron lo suficientemente pequeñas como para no hacer semejante locura. Mi hermano llegó a mi y yo salté a sus brazos después de un duro año sin verlo.
Duramos abrazados un gran rato, solo hasta que nos vimos obligados a separarnos por el poco tiempo del que disponíamos hasta el comienzo del partido.
Hablamos de tema triviales, dejando para después del partido el tema más serio del que podríamos hablar.
En cuanto llegué a mi asiento, me preparé para el dolor de culo que se me quedaría después de 90 minutos sentada en un pequeño asiento.
Desde luego, muy aficionada al fútbol no era.
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Algo me gusta de ti | ERIC GARCÍA
Fanfiction- Valentina Moretti, eres el amor de mi vida y nada ni nadie podrá acabar con lo que mi corazón siente por ti. Primer libro de la saga "mevak" ©️Todos los derechos reservados. ©️mi_vato_es_draco