Te quiero

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Barcelona

Sira y yo bailábamos un poco piripis.

Había decidido emborracharme después de lo de Eric.

Sira me había entendido y me había acompañado en la borrachera.

Eran las tres de la mañana y ella debía irse.

Ferran la cogió en brazos y todos los acompañamos a la puerta del cigarral.

En la puerta, esperaba una limusina que los llevaría al aeropuerto.

Se subieron y se despidieron de nosotros.

Sira me dejó un beso en la mejilla al igual que Ferran y se marcharon.

Todos volvimos a la fiesta.

Yo me fui a una zona algo separada para pensar.

Me dolía saber que Eric y yo habíamos terminado tan mal.

Esperaba que lo nuestro durara mucho.

Pero me equivoqué.

El corazón me latió fuerte cuando me habló.

Pensé que el ya no tenía efecto en mi.

Pero me equivoqué.

Él seguía siendo el mismo para mi corazón a pesar del dolor.

Ambos nos habíamos equivocado, pero sabía que mi corazón lo elegía a él.

Siempre.

Me abracé a mi misma por el fresquito que hacia en el jardín.

Caminé en la oscuridad hasta que vi su silueta.

Estaba parado frente a una fuente, delante estaba yo.

Nos separaba la fuente.

El acortó el espacio entre nosotros y se puso delante mía.

- Me arrepiento de lo que hice, todos los días de mi vida Val.

Lo miré a los ojos después de mucho.

Sabía que no me mentía.

- Ya no podemos hacer nada. -susurré.

- Dame una oportunidad. No te arrepentirás.

Lo miré incrédula.

Si esto había pasado ya, ¿que me aseguraba que no volvería a suceder?

Negué.

- No puedo Eric.

El me miró apenado.

Cogió mis manos.

- Se el dolor que te he causado Val, pero mi corazón te elige a ti siempre. No hay día que no me arrepienta de haberte echo lo que te hice.

Lo miré.

Intenté separarme pero dirigió mis manos a su corazón.

Este latía con fuerza.

- Te quiero Val. Dame una sola oportunidad, prometo que no te defraudaré.

Mis ojos se llenaron de lágrimas.

- Solo te daré una oportunidad Eric, si la cagas, se acaba todo.

El asintió frenético.

Mi corazón latió desbocado.

Después me abrazó.

Acepté su abrazo y después el acarició mis mejillas.

Algo me gusta de ti | ERIC GARCÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora