21.- EN EL LIMBO

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Los días que siguieron no fueron tan distintos. Julieta aceptó el trato de la mamá de Lucca, creía que se lo debía por todo lo que hicieron por ella antes. Marcos empatizó con su situación, pero como era de esperar, le dijo que era mejor dejar lo suyo en stand by mientras solucionara el tema. 

Ju sentía que estaba en un limbo. Quería odiar a Lucca, pero también quería ayudarlo y que pueda ser feliz sin ella. Se veían muy poco de todas formas, la agenda apretada de Juli era su excusa para no cruzarlo y sobre todo para no pensar demasiado. Sentía que de alguna forma era justo no tenerlo todo. Y a pensar de entenderlo a la perfección, le dolía que el trato con Marcos fuera más distante, pero sabía que era mejor a perderlo por completo. Debía convivir con esa espinita clavada en el pecho a diario.

La peor parte era que no podía elegir no saber nada de él. A diario le llovían mensajes con fotos de sus presencias y muchos parecían disfrutar etiquetarla en las fotos que le tomaban con otras minitas en las presencias que realizaba.

Como caído desde el cielo le llegó el proyecto de Fuerza Bruta. Era una oportunidad fantástica para poder liberar estrés y malas vibras mientras hacía lo que amaba. Los ensayos eran intensos, justo lo que necesitaba.

Se despidió de sus colegas y procedió a revisar Instagram mientras esperaba su Cabify. 

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Cuando nadie nos veDonde viven las historias. Descúbrelo ahora