AU Marculi +18
Julieta y Marcos aceptan trabajar juntos modelando. Celos y fricciones con el novio de Julieta y un LAM inesperado cambia el curso de la historia.
Finalmente llegó el día. Todo tenía que salir perfecto. Esta oportunidad se la ganó a sudor y lagrimas y era su momento de brillar.
Si bien sabía que la ausencia de Marcos era por trabajo, no pudo evitar sentir un poco de pena cuando entregó la lista de sus invitados sin incluir su nombre. no podía evitar fantasear con que él se sentaba en primera fila al lado de su familia en vez del otro tarado. Pensó también que quizás aceptó esas presencias para evitar todo el drama que implicaba ir a verla en esos momentos, pero pronto se quitó la idea de la cabeza. Ella no era tan importante en su vida como para que hiciera algo así.
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Como no podía ser de otra manera, Julieta se robó todas las miradas y los aplausos. Rápidamente luego de terminar se dirigió al VIP para ver a la prensa y saludar a los hermanitos que fueron a acompañarla.
Vió y saludó a Lucila agradeciéndole acompañarla en esos momentos.
- Esta el primo acá, le dijo casi cómplice mientras señalaba hacia atrás.
- ¿Eh?
Julieta creyó haber escuchado mal. Marcos debía seguir en Misiones, problamente durmiendo, descansado post-presencia. Sin embargo, sentía como el corazón se le aceleraba de golpe.
No tuvo tiempo de fijarse demasiado porque un periodista se acercó a hacer un par de preguntas las cuales contestó en piloto automático. Su cabeza pensaba que necesitaba comprobar con sus propios ojos si era cierto lo que le acababa de decir la Tora. Se despidió del móvil, se giró de golpe y vió que Nacho se acercaba a saludarla, unos pasos mas allá, se acercaba él. Hermoso, alto, imponente como siempre, con una remera azul que le quedaba preciosa.
Abrazó a Nacho por un microsegundo pues su cuerpo se dirigió como un resorte hacía donde estaba Marcos. Se acercó dando saltitos y pronto sintió su cuerpo pegarse al de ella en un abrazo que se sintió como estar en casa.
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En contra de los pronósticos, estaba ahí presente. Cansado, trasnochado, con un ojo mocho por un pequeño accidente y probablemente nada contento por la situación con el innombrable, pero fue a verla igual. Ju aprendió ese día que, a veces, la mejor forma de iniciar una conversación es dejar que las acciones hablen por si solas.
