Cuando nadie nos ve

23.- VISITA INESPERADA

Marcos tomaba un té, sentado en la cocina mientras recordaba todo lo sucedido la noche anterior. Recordaba el outfit de Juli y como lograron compartir juntos sin que fuera incómodo ni evidente todo lo que sucedía entre ellos. No pudo evitar recordar cómo la Bresh anterior terminaron en el auto de Leo. Le hubiera encantado que terminase de la misma forma, pero lo mejor era esperar.

Sentía que las señales que enviaba Julieta eran confusas. Por un lado elegía seguir con Lucca y por otro le aseguraba que ya no lo amaba. Él siempre fue un hombre de pocas palabras, le gustaba mas dejar que sus acciones hablaran y Ju estaba haciendo todo lo contrario. A pesar de la evidente atracción entre ambos, habían sido prolijos y no podía permitir ceder el control que mantenía de la situación a ese pelmazo.

Pensó que el problema era el magnetismo que sentía por Julieta cuando estaban cerca, sobre todo después de haber probado su sexo. Era algo que parecía escapársele de las manos. Se le hacía irresistible al tenerla cerca y su única estrategia en esos momentos era mantener una distancia prudente, como lo había hecho tantas veces antes. Sin embargo, Julieta no solo era una persona que le interesaba románticamente, también era su amiga. Una persona con quien compartió 24 hs por más de 5 meses. Fuera de la casa era quien le alegraba los días con sus ocurrencias y lo hacía salir un poco de su estructura. Quien lo acompañaba y le enseñaba muchísimo de ese mundo lleno de buitres al que se adentró post reality.

El sonido del timbre lo hizo volver a la realidad. Marquitos, que estaba en el sillón, se llevantó a abrir la puerta. Antes de poder preguntar quién era, vió incrédulo como Julieta caminaba en su dirección.

- Hola, dijo con una sonrisa un poco forzada.

- Ju, hola, ¿qué haces aquí?, respondió un tanto sorprendido.

Julieta sabía muy bien qué hacía allí. Quería entregarle la certeza de que su corazón se encontraba con él y también recordarle lo bien que se complementaban sus cuerpos. No estaba seguro de poder lograrlo, Marcos tenía esa manía de ser un caprichosito.

- ¿Podemos conversar?

Marquitos los interrumpió un momento para avisarles que iba a salir. Seguro estaba al tanto de la visita, pensó Marcos.

- Gracias por ir anoche a mi estreno, fue muy lindo verte ahí.

- Lo hiciste increíble.

- Pensé que me ibas a evitar después de todo lo que pasó.

- No podía faltar, quería verte y que sepas que estoy para vos.

- Soy una boluda, pero necesito que me escuches por favor.

La voz de Juli se quebró un poco.

- Ju, no hace falta que me des explicaciones

- No podés evitar las conversaciones todo el tiempo, dijo un poco exasperada.

- No es eso. Creo que no tenés que darme explicaciones, nada más.

- Ese no es el punto, necesito que me entiendas.

- Te entiendo, pero no comparto tu idea. Después de cómo se portó con vos, lo mínimo que debería hacer es desaparecer de tu vida.

- ¿Estas enojado?

- Si.

- ¿Te importa que piensen que sos el otro?

- Me enoja que siga teniendo ese poder sobre vos, de manipularte y hacerte sentir culpable de cosas que son consecuencias de sus propias acciones. Me enoja verte angustiada por su culpa, que no estes disfrutando todas las cosas buenas que te están pasando por cuidarlo. Y bueno, también me molesta que me viven mandando sus posteos boluditos haciendose el victima. Me molesta que no veas lo linda que sos en todo sentido y dejes que se aprovechen de eso.