MIAU

363 43 2
                                    

Hoseok  podría decir que su vida era adecuada, no tenía grandes lujos, pero para haber terminado de cursar la universidad, lo que incluye tener un trabajo decente; permitiéndole mantenerse, era suficiente, tenía su apartamento propio, un auto y una vida sociable, sin exagerar, podría decir que no le hacía falta nada y sin embargo nunca imagino que la vida lo llevaría a encontrarse con un futuro compañero de casa. Un compañero de cuatro patas, peludo, con pelaje grisáceo y marrón; ojos grises, casi azules, alarmando en primera instancia, ya que el amiguito le cayó encima, algo inusual para un clima lluvioso.


El rubio había sacado la basura del contenedor en el callejón, antes de que se quedara dormido, por lo relajante del clima, un buen chocolate caliente, una película quizás y meterse bajo una manta calida; todo se sentía común hasta que un ruido bastante fuerte lo alarmó, obligándolo a mirar en todos lados, el escándalo se repitió, reconociendo aquello como un gruñidos, mirando entonces hacia arriba, notando a dos mininos peleándose en un balcón cerca y antes de que reaccionara, uno de los felinos rodó por la estructura encima de su persona, cayendo sobre sus brazos. Los cuales el chico ya había preparado para recibirlo, observando entonces a un gato gris que lo observó antes de quedar inconsciente; dejándolo anonadado, hasta que escuchó al otro michi dispuesto a lanzarse para continuar la pelea, por lo que Seok prefirió retirarse con el amiguito en sus brazos.

Sinceramente Jung se seguía preguntando la razón de llevarlo a su casa, en lugar de a una veterinaria, más acomodó al felino en una toalla, trayendo lo indispensable para curar heridas; por fortuna no lucían tan aparatosas, pero si eran varias, en especial en la espalda y las patas traseras, manteniéndose al pendiente, hasta que sueño lo venció, yéndose  a su recámara, para entregarse a Morfeo.

La mañana continua recibió al rubio con un peso que estaba en su pecho, era una sensación sumamente extraña, lo asimilaba como a pequeñas pisadas, seguido de una ventisca calida en su faz, abriendo sus ojos lentamente al inhalar un aroma a manzana, o eso creía, percibiendo enseguida una mirada gatuna que lo observaba a unos centímetros, lo que podría confundirse con un sueño, hasta que escuchó claramente al gato maullar, sentándose a continuación sobre su pecho, moviendo su cola de arriba, a abajo.

Al ver aquello, el el de hoyuelos volvió a recostarse en la almohada, cerrando sus ojos, sintiendo al animal, volver a acercarse a su rostro, llamándolo nuevamente.

- ¿Qué paso? ¿Qué necesitas?- Reincorporándose totalmente, el felino saltó al colchón y y luego al suelo, mirándolo fijamente- Veo que ya estas mejor. ¿Quieres irte?- Quitando las cobijas, Seok se puso en pie andando hacia la sala, viendo al recién llegado seguirlo animadamente: el varón concluyó que le había atinado, llegando a la puerta principal que abrió sin más, aguardando, no obstante al volver hacia atrás el minino se había quedado en la alfombra de la sala, sentado nuevamente-. Adelante, puedes irte-. Alzando su mano, Jung le mostró el camino de salida, más el peludo cuadrúpedo avanzó hacia sus piernas empezando a restregarse en estas, pasando entre ambas cuando el chico quiso retirar sus extremidades, escuchando a continuación el característico ronroneo de la raza, haciéndolo suspirar y cerrar la puerta- ¿No te irás verdad?- Ya a la altura del felino, el de hoyuelos empezó a acariciarle la cabeza, viendo al gatito cerrar sus ojos y restregarse más- ¿Y no tienes dueño?- Un claro "Miau" salió del peludo- ¿Miau? ¿Me estas contestando?- Otro sonido igual salió, pero el animal ya estaba en dos patas, moviendo sus extremidades superiores sobra la palma del anfitrión, acurrucando su cabeza sobre estas. Sosteniendo al micifuz anduvieron hacia la cocina, en donde el recién llegado salto de  los brazos de su ahora amo a la barra- ¿Tienes hambre? Esta bien, pero no te subas a la cocina, espera abajo-. Tomándolo nuevamente, el cuerpo de la criatura se alargó, quedando repartido y colgando de las manos del joven, que se entretuvo en el refri, eligiendo un traste para darle leche, que el animal agradecido devoró enseguida.

GATUNA CONFUSIÓN (Vhope/Hopev)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora