GRRR

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Hoseok despertó con la respiración agitada, mirando hacia el techo blanco, sintiendo enseguida un cosquilleo en su virilidad, bajando la mirada para encontrarse con el gatito mirando con curiosidad la erección que tenía, dandole un manotazo sutil, haciendola tambalearse.

- ¡Bebé, no!- Quitando al minino, Jung se levantó a prisa, metiendose al baño por varios minutos.


- Te ves algo cansado-. El tono utilizado por el Mochi reflejaba morbosidad.

- No pasó,  ni lo pienses-. Modificando sus cara  a una que mantenía sus labios en linea, Park siguió a su compañero.

-¿Qué sucede?

- Tuve una pesadilla, solo eso-. Aquello fue lo primero que llegó a la cabeza del rubio.

- ¿Estas seguro?

- Sí, además de que mi cerebro me duele por el vino de ayer-. La expresión de antes revivió.

-¿Entonces pasó algo? ¿Un beso?- Como diario, Hoseok sentía romper la emoción de su amigo.

- Nada de nada, solo fue una cena de amigos, como tenía que ser-. Antes de que huyera, el bajito sostuvo al mayor, mirandolo de frente.

- No todos los omegas son así, dale una oportunida a Nala.

- ¿Hola, me hablaban?- Como por arte de magia la castaña hizo acto de presencia, sonriente.

- Solo le cuestionaba como había salido la velada de anoche-. Jimin no popdía dejar su sinceridad, haciendo enrojecer un poco al de Gwangju.

- Bien, de hecho venía a invitarte a mi casa ahora. ¿Qué dices?

- Es que hoy voy a salir con mi hermano. ¿Podría ser mañana?- Antes de que el chaparrito lo golpeara, el alfa agregó.

- Claro, cuando gustes guapo. Nos vemos mañana-. Guiñándole un ojo, la de mechones cafes dijo adiós.

- La traes muerta, ahí esta tu oportunidad Hobi. ¿Si era cierto lo de Jungkook?

- Sí, lo es. Por eso fue el otro día. Aunque si te soy sincero, tengo una preocupación al deja solo a a mi Bebé, sobre todo si es por la noche.


Justamente a altas horas de la noche fue que el alfa volvió a su hogar, debido a que hermnao menor no le había dejado otra opción, más tampoco había sido una tortura beber, conversar; reír, como cualquier persona joven salir le hacía bien, aún cuando no fuese tan seguido, y con todo eso, este no se olvidaba del gatito que lo esperaba en casa, yendo a buscarlo en cuanto llegó.

Jung podría decir que tener al minino entre sus brazos era parte de su rutina diaria, con esos días este se había ganado su corazón totalmente; por eso se extraño sin dudarlo al no ser recibido por este, como sucedía cada tarde-noche, únicamente el silencio se escuchaba, levantando los cojines para asegurarse que no estuviera ahí, pero nada, continuó en la cocina, hasta que vio que esa ocasión no había cerrado la puerta de su habitación, pasandose a prisa al interior de esta, con sus pupilas diviso su colchón y una vez más no había nada, soltando un suspiro, que lo hizo sentarse en la cama. Su cabeza no dejaba de cuestionarse lo sucedido, cavilando las posibilidades, muy reales o simplemente muy locas; alcanzando a distinguir de reojo algo que se movía cerca del closet, encendiendo la luz de una vez, quendando atonito al ver a su bebé sobre el cesto de la ropa sucia, "acomodandola" de tal forma que en el cnetro quedar hondo, sacando un poco la ropa para tener una barda que yacía alrededor del contenedor, no aguantando la risa.

- ¡Bebé! No hagas eso, esta sucio-. Sosteniendo al felino, el chico llevó a su mascota a su cama, dejandolo ahí, mientras volvía a hacer una montaña de ropa, volteando al escuchar el maullido del peligris, cual queja-. Bebé no puedes jugar con mi ropa, la sacaré de aquí para que no tengas tentaciones-.Con el cesto en sus manos, el michi fue tras su amo, viendo como este lo dejaba en el patio, cerrando la puerta-. Ya no vas a jugar con eso, además la podrías rasgar. Vamos a la cama-. Volviendo al levantarlo, el rubio cargó con ambas manos a su cada día pesado amiguito, hasta su pieza, acostandose con este en brazos, aspirando su delicioso aroma a manzana.  

Al día continuo y ante la mirada de molestia de la castaña, cuya cita había olvidado, Seok la hizo acompañarlo a buscar una cama para su gatita, ya que había entendido en su colchón durmiendo, no parecían tan buena idea, sumando que esta estaba preñada y claramente buscaba un nido en donde echar a sus cachorros, cosa que no dejaría que ocurriera en sus preciados aposentos, prometiendole algo más intimo entonces a Nala, cocinandole lo que gustase.

- ¡Mira Bebé, aquí vas a dormir!- Obviamente antes antes que la muchacha que lo acompañaba, estaba sus michi, que corrió a restregarse en sus piernas, olisqueando el borde del cojin que estaba en el piso-. Ven, aquí te quedarás durante la noche. ¿Te gusta?- La emoción que el de hoyuelos mostraba por el pequeño, no se comparaba con nada que hubiese enseñado en el pasado, ansioso porque a este le agradara, cosa que ocurrió, cuando este se acostó panza arriba, restregandose-. Ok, ahora hay que cenar, pideme lo que quieras-. Jamas en los mese que llevaban conociendose había visto en la omega esa mirada, quie lo hacía sentir como una fragil presa.

La cena pasó en una convivencia más amena y cercana que la última vez,en donde el coqueteo por parte de la de aroma a durazno no tenía disimulo, llevando una cerveza al sillón para continuar con la diversión, que causó que el de Gwangju se atreviera a mostrarle se albúm fotografico, sonriendo al recordar aquellos momentos al lado de sus padres.

- Eras una cosita linda, bueno lo sigues siendo-. Sonrojandose mucho, el alto negó.

-Yo creo que lucía como un niño equis.

-No, eras muy lindo y ahora eres un alfa muy apuesto-. A cada palabra Nala traspasaba un centímetro hacia el mayor, hasta quedar a su lado, pasando entonces sus yemas por su pierna-. Estoy segura que cualquier omega querría a un alfa como tú a su lado-. Liberando un poco de su aroma a durazno, la dama llevó su palma al rostro ajeno, haciendo que la mirara, bajando sus parpados para sentir por fin esos labios que deseaba en exceso y antes de que ocurriera, los dos se apartaron en el instante en que el felino cayó enmedio suyo, arañando un poco la pierna de la chica, que soltó un gritito, aventando al peludo al piso, que cayó sobre sus cuatro patas, afortunadamente, bufando hacia esta enseguida.

- ¡Oye, no la lances de esa forma! Esta preñada, puedes lastimarla-. Recogiendola de la alfombra, el de rostro fino dejó a su bebé en sus muslos, acariciándole la cabeza.

- Me rasguñó-.La castaña mostró las marcas rojizas como algo obvio.

-Así son los gatos, ve como tengo mis dedos cuando de la nada me ataca y me muerde-. Efectivamente los pulagres de ambas extremidades tenían huella de ello.

- Ok, quizas me sobrepase, pero esta reunión deberíamos pasarla solos-. Con una sonrisa esta cogió la muñeca del más grande, haciendolo ponerse de pie, guiándolo a la recamara, dejando a un lado cualquier sutileza, cerrando la puerta de la pieza justo previo a que el gato buscara entrar, dando un par de vueltas, optando por sentarse a maullar-. Ignoralo, estará bien. ¿Por qué no me atiendes a mi?- Sin previo aviso, la dama junto sus bocas, dejandole a Jung unos segundos para reacccionar a sus necesitados movimientos.





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Holi, aquí otro capítulo de esta historia gracias por los votos y espero les esté agradando 😊

GATUNA CONFUSIÓN (Vhope/Hopev)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora