ÉL

87 22 0
                                    

En algún punto de la noche Jung se encargó de llevar al apiñonado a su recámara, tapandolo con dos mantas debido a una lluvia considerable, atrapandolo igualmente para que no pasara frío, entregándose en los brazos de Morfeo, de una manera tan profunda que al abrir sus ojos y ver el Sol, cayó en cuenta que no había puesto la alarma, teniendo todavía la sutileza de quitar las piernas del omega de encima suyo, previo a correr a vestirse.

Algunas horas má tarde, Taetae se vio atacado por los intensos rayos que atravesaban la ventana, desistiendo de continuar durmiendo, tallando sus párpados, estirándose; percatándose que estaba solo en el colchón, quitándose las cobijas para levantarse, arrepintiendo se enseguida al erizarse cada vello de sus piernas desnudas a causa del frío de ese día. Sin embargo este sabía de sobra que no podía estarse todo el día ahí, bajando con calma sus piernas hacia el congelado piso, buscando algunas pantunflas, que no había; considerando el quedarse acostado, con un sobreesfuerzo el apiñonado se irguió, sacando unos zapatos pertenecientes al papá de sus bebés, más lo helado no paraba de causarle estragos en su parte inferior del cuerpo, mirándose en el espejo con asombro a ver que su vestimenta era muy corta, ya que Hoseok lo había dejado sin pantalones y la camisa y el chaleco apenas cubrían su panza, más no sus genitales, decantándose por envolverse en una cobija más abrigada, saliendo a la silenciosa cocina, que también estaba vacía. Fue ahí que el ojigris no dudo en asustarse por estar solo, al de Daegu no le gustaba estar sin compañía, avanzando paso a paso hacia la barra, en donde había una cazuela tibia, analizandola desde la distancia, volteando hacia un costado, mirando un papel, que no dudo en sostener con algo de temblor.

- Taetae, espero hayas tenido dulces sueños y que despertaran con mucha hambre. Se me hizo tarde y si quería llegar tenía que apresurarme, por lo que solo pude hacer esta comida rápida, porque yo puedo no desayunar, pero mis hijos y tú no lo permitiría. No te desperté porque te veías profundamente dormido, así que me conforme con el momento en que desees levantarte. Nos vemos más tarde, cuidate-. Antes de seguir leyendo, el felino tuvo que corroborar que lo que decía ahí era verdad, conteniendo el aire-. Te quiero-. Decirlo solo hizo que el rojo adornara su faz, su corazón había iniciado un maratón, bombeando al máximo, sus piernas se sacudían más allá del frío, mentiría si no dijera que quería gritar y saltar, no obstante su garganta dolía por el día pasado, en tanto sus rodillas no sopotarían el temblor de su vientre, además no deseaba que sus cachorros se menearan, tomando asiento tranquilamente, devorando el exquisito ramen de res que su hyung le había preparado.

Al concluir el almuerzo, debido a la hora, Kim decidió contra su razón, meterse a bañar, afortunadamente el agua era lo necesariamente caliente como para no congelarse, tomándose su tiempo para asearse adecuadamente; tal para disfrutar del vapor, sin permitir que su piel se arrugara, paralizándose al ver en sus piernas unos chupetones, que ni tenía idea cuando se los había dejado el mayor, considerando prudente detenerse en el espejo de cuerpo completo para observar los residuos de la noche anterior, ya que con su estomago no veía más allá, abriendo su boca y alzando sus párpados al ver una que otra marca en su pelvis y su ingle, dándose el lapso de rememorar lo sucedido. De igual forma aprovechó para mirar su figura, bastante cambiada por el embarazo, sus cicatrices que no le traían buenas memorias, así como señales que al anfitrión del apartamento le había dejado, en todas las veces que lo había hecho suyo, formando un puchero al notar las mordidas en su cuello, que ya casi desaparecían, soñando aunque fuera por unos instantes con que aquello no sucediera, arrepintiéndose de todo, al sentir una ráfaga hacerlo buscar una toalla para que lo protegiera.

Ya vestido el de Deagu decidió darle una pequeña limpieza  a la vivienda, como resentía las bajas temperaturas había optado por vestir una pants negro, con una playera suelta negra, que había sacado del guardarropa del propietario del apartamento, añadiendo unos tenis blancos y esta ocasión si traía ropa interior, considerando para esos climas, mientras más ropa mejor.

GATUNA CONFUSIÓN (Vhope/Hopev)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora