ELLA

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La tarde transcurrió con una lluvia ligeramente intensa, haciendo perfecta la situación para que el de Gwangju saliendo de su trabajo hiciera una parada en una panadería integral, comprando un pay de manzana que había abierto su apetito al contacto, disfrutando del dulce aroma que despedía al estar recién hecho, con una sonrisa dibujada en su faz, que mantenía desde que pagó, ya que intuía le fascinaría a su roommate, junto con sus pequeños. No dudando en subir al piso en donde el alfa habitaba, abriendo la puerta, para ir directo a la cocina, llevando su atención a la cazuela con comida que había dejado, casi intacta, girándose hacia las habitaciones, debido a no encontrar a su dongsaeng en la sala.

-¡Taetae, ya estoy en casa!- Sin pensarlo demasiado, el alto abrió la puerta del dormitorio del nombrado, viendo la cama destendidad-¿Tae?- Adentrándose a la pieza, el alto fue hasta el baño, notando la puerta abierta, saliendo para caminar a su cuarto-¿Taehyung?- De nueva cuenta nadie estaba ahí, rascando su cabeza con duda, meditando unos segundos, antes de volver a hablar- ¡Jungkook! Seguro fue con él. ¿Pero que le costaba avisarme? Que desconsideración, voy a jalarles las orejas-. Retornando a la entrada del apartamento, el rubio rebuscó entre sus cosas el celular, marcando el contacto de su hermano.

-¿Hi? ¿Qué sucede Seok?

-¿Hola? ¿Es lo único que vas a decir?

-¿Cómo estas?- Con sutileza el conejo soltó curioso.

- Esto no es gracioso, pásame a Taehyung-, un silencio se hizo presente-, Jungkook-. Advirtiendo el mayor de los alfas comentó, generando otro silencio largo- ¿Donde estan?- La voz del de hoyuelos sonó mucho más relajada.

- Hoseok...- Otros segundos más sin ruido, innecesarios al parecer del de aroma a madera- Seok, Taehyung no esta conmigo...- Una risa sonora de escuchó del otro lado al menor- No es broma Hoseok, no lo he visto, siquiera he hablado con él-. Ahora fue el de rostro alargado quién no dijo nada-¿Cómo es que no sabes en donde esta?

- No lo sé. Yo me despedí de él en la mañana y acabo de llegar. Ya lo busqué en todas las habitaciones y no hay rastro de él-. Aguantando el pánico, Jung más grande contó, sintiendo como  a sus pulmones ya no llegaba el oxigeno.

-¿Y por qué no le llamas? ¿Tienes su número, no?

- Tienes razón, voy a hacerlo.

- ¡Espera! Avísame cualquier noticia por favor-. Asintiendo el de rostro fino, se apresuró a cambiar el contacto, intentando inhalar hondo, empero escuchar el tono de llamada del apiñonado dentro del cuarto, acabó con sus planes, yendo para comprobar que el aparato estaba en el buro, percibiendo como su estomago dolía, su corazón de aceleraba y su pantera rasguñaba.

- Ok, tranquilo. Seguro fue a comprar algo que necesitaba, ahorita vuelve-. Con pasos de robot, el anfitrión se sentó en el colchón, con sus círculos clavado en la ventana, en donde se apreciaban los últimos rayos del Sol, dejando transcurrir unos minutos, eternos a su parecer-. No, ya se tardó. Tengo que ir a buscarlo-. A prisa hacia la sala, el alto sostuvó su chamarra y sus llaves, saliendo sin considerarlo nuevamente.

Rezando a la diosa Luna  o a quién lo escuchara, Jung llegó a la tienda de conveniencia más cercana divisando alrededor, pero sin respuesta, girando hacia el otro local de abarrotes a dos cuadras, otra vez sin señales del embarazado; caminando por la acera de enfrente girando a la siguiente cuadra en otro establecimiento, con la misma fortuna, su desesperación iba en aumento, quizás parecía que exageraba, más su sexto sentido le decía que eso no esta bien, que posiblemente estaría mojado, tal vez con hambre, cada idea lo aterraba más.

Pronto el cielo era azul grisáceo y sin saber el momento exacto, otra lluvia, en esta ocasión fina, había empezado a caer, las opciones para el rubio se estaban agotando; dando con un parque, andando de esquina a esquina, con el mismo anhelo, en vano, sin embargo decidió adentrarse en el interior de la flora, mirando en todas direcciones, casi corriendo al ver movimiento en una banca, en cambio se trataba de una pareja. El temor en el de hoyuelos lo hacía sudar frío, le daba temblores en sus piernas, un dolor de cabeza y nauseas; alertándose cuando su alfa se animó, percibiendo un aroma que resaltaba al petricor, este básicamente lo guió con el dueño de este, sintiendo su alma volver al cuerpo, apenas vio al de sonrisa cuadrada recostado en una banca, podía notar que se sacudía por las corrientes que helaban, quitándose su chamarra para colocarsela a su dongsaeng.

-¡Taehyung!¡Dios Taehyung!- Abrazándolo el de hebras amarillas comprobó que el bajito estaba húmedo.

-¿Hyung?- Soltando un estornudo, Hoseok abrió sus círculos.

-¡Estas mojado! Vamos a casa, no quiero que te resfries-. Auxiliandolo para levantarse, el de fragancia a madera llevó de regreso a su apartamento al menor, corriendo ipso facto  a su pieza, trayendo consigo todas las toallas que se había encontrado, enrollando al peligris en estas-. Estas muy mojado Tae. Creo que deberías darte una ducha caliente, así no te enfermarás, voy a prepararla-. Saliendo disparado hacia el baño, el de Gwangju abrió la llave del agua-. Ven Taehyung, toma el baño-. Llevándolo al sanitario, Hoseok salió dándole su espacio, aunque no lo suficiente, ya que estaba en la recámara para el menor inconveniente, aguardando solo veinte minutos.

- Oh, ¿hyung?- Con una toalla cubriendo su figura, Taehyung salió.

-¿Cómo te sintes? ¿Estas bien?¿Te hiciste daño allá afuera?- Con tanta pregunta Kim se sentía ligeramente confundido.

- No, no te preocupes.

-¿Por qué te fuiste? ¡No sabes lo preocupado que estaba, yo, yo me asusté mucho! ¡Te juro que estuve aterrado al no verte?- Sin importarle lo dramático que podría sonar, el alto expresó, asombrando al menor.

-¿Te preocupaste mucho?

- ¡Claro! ¿Qué clase de pregunta es esa? Vas a tener a nuestros hijos-. Así como el corazón del felino latió a prisa, se detuvo ante la respuesta que lo decepcionó un poco.

- Por supuesto, los bebés son lo más importante-. Luchando por no demostrar su sentir, el omega contestó por inercia.

- Creo que no me expresé adecuadamente, tu bienestar, tal como el de mis hijos son lo más importante. Yo...- Inesperadamente el timbre del celular los hizo voltear hacia la cama-. Es Jungkook, había estado inquieto por tu ausencia, le voy a avisar que esta bien. No sé que te vas a poner, así que te saqué varias de mis chamarras. Ya vuelvo-. Con velocidad, el de hoyuelos salió de la habitación.

-¡Vaya, al fin contestas?¿Qué sucedió?- El más joven Jung no dudo en hablar.

- Tranquilo, Tae ya esta en casa, incluso se duchó debido a la lluvia.

-¡Vaya, pero podrías haberme avisado! ¿Tú tienes idea de lo alarmado que estaba? No solo tú, tienes interés por él.

- Ya, ya, relajate. Le di la prioridad a mis cachorros y su padre. Lo único que me preocupaba era su salud, exclusivamente hasta que lo vi pude estar calmado. Tenía demasiado miedo.

- ¿Y ya hablaste con él?

- No aún no, no hemos tenido el tiempo, como te conté tengo prioridades.

- Puedo notarlo, yo por un segundo imagine que lo ocurrido te haría percatarte de la relevancia que tiene Tae en tu vida...

-¿Disculpa?

- Más allá del estar esperando a tus hijos, hablando de Taehyung como persona, como el omega que es-. Ante la falta de palabra de su hermano, Kook se vio obligado a simplificar-. Seok, yo consideré que esto te daría el impulso para sincerarte acerca de lo que sintes por él, aceptando que te gusta-. Repitiendo lo de su conversación pasada, ninguno soltó palabra en varios segundos-. Si te molestas te hermano, no lo dije con ese propósito, simplemente estoy seguro que ya es necesario que te des cuenta. Esperaré a mañana para visitar a Tae, descansa-. Con eso último el pelirrojo colgó la llamada, dejando un poco pensativo a su sangre, aunque no lo suficiente para no atender de nueva cuenta al de sonrisa cuadrada, que acaba de cubrir su desnudez con la chamarra.

- Hoseok, al final si use tu ropa. ¿Esta bien?- Jugando con sus manos, el de Daegu tenía su vista gacha.

- ¡Claro, claro! Por eso te las di-. Avanzando hacia el bajito, el de rostro fino tomó los hombros contarios- ¿Ahora si me puedes decir por qué no estabas?- A punto de responder, el peli gris se calló al escuchar otra vez el móvil del alfa en el colchón, dejando a primera vista el contacto de la castaña.





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Hola a tod@s gracias si llegaste hasta aquí y muchas gracias por la gran cantidad de leídas y los votos, me alegra que les esté gustando está historia, que cada vez está más cerca del final, sin más nos leemos.

GATUNA CONFUSIÓN (Vhope/Hopev)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora