Agridulce || Katelena/Bishova

Capítulo 5

— Puedo llevarselo yo. — insistió Wanda.

— No. Ya van casi tres semanas que no me dejas ver a Nat.

— ¿Yo no te dejo? Ella tampoco me ha comentado que hayas intentado verla. Yo no tengo nada que ver. — se encogió de hombros.

— Ya no dejas que te acompañe al cuarto, ni siquiera estudian en el mismo lugar de la biblioteca de semanas antes.

— ¿Sabías en que lugar estudiabamos?

— Tus celos son tiernos, pero rozan lo tóxico Wands. — puso una mano sobre el hombro de la castaña.

— No estoy celosa. — ni ella misma se lo creyó.

— No me gusta Natasha, Wanda. No intentaré hacer nada, solo quería que tú lo admitieras pero no creí que en vez de eso, la mantendrías alejada de mi. — dijo lo último entre risas.

— Me cansaste. — se dio vuelta y caminó hacia la puerta, no sin antes tomar la playera limpia de la cama de Kate y arrojarsela a la cara. — Ya voy tarde, apúrate. — abrió la puerta y salió sin mas.

Su camino hacia la biblioteca fue rápido, ya que Wanda no permitiría que Kate se aprovechara de lo que acababa de pasar en su cuarto, o no demasiado.

— Vamos Wands. — habló la pelinegra, mientras caminaba hacia atrás mirando a su amiga y guardaba la playera en su mochila. — ¿No admitirás que es linda, al menos?

— Por supuesto que es linda. ¿Que tiene que ver eso? Tú piensas que es linda y según tú no te gusta.

— Yo digo que la invites a salir. — insistió.

— ¿Por qué no la invitas tú a salir? — aligeró un poco su paso y la empujó suavemente, haciendo que Kate chocara con alguien a sus espaldas.

— Lo lamento, lo lamen-

— ¿A quien va a invitar a salir Kate? — preguntó la pelirroja con la que acababa de tropezar.

— A nadie. — respondió rápidamente la pelinegra.

— Sería un gran hayazgo encontrar alguien dispuesto a salir contigo. — una gruesa voz vino desde átras de Natasha.

Wanda y Nat la miraron sorprendidas, mientras que Kate estaba bastante ocupada rodando los ojos al reconocer dicha voz.

— Debe ser algo de lo que sabes mucho ¿no? No conseguir alguien dispuesto a salir contigo.

— ¡Kate! — la regañó Wanda.

— Yelena... — advirtió Nat.

— Déjala, tiene razón. ¿Quien querría salir con una malcriada? ¿Una Bishop? Pff. — rió, mientras se acercaba a la rubia. — No es como que tenga miles de chicos babeando por mi, parados frente a la exibicion de mis trofeos. — volteó ligeramente su rostro hacia dicha vitrina, donde estaban exibidos los trofeos de los distintos equipos. Y por supuesto, los suyos tambien. Volvió sus ojos a la rubia, quien permanecía seria. — Bueno, no solo chicos. ¿Ya me extrañabas? — sonrió arrogante.

— Justo le comentaba a Nat. — habló calmada. — ¿Kate Bishop tambien habrá comprado sus insignificantes trofeos?

— Si... Bastante caros por cierto. — asintió.

Wanda y Natasha miraban la escena confundidas y un poco en shock. Sabían que las chicas no se llevaban bien, y Kate le había comentado a su compañera de cuarto que cada vez que se cruzaba con Yelena esta la atacaba, y aparentemente era verdad. Pero Yelena le había dicho a su hermana que la pelinegra era bastante engreída, y aparentemente tambien era verdad.