Capítulo 23 | Especial Navidad Pt. 3 |

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— ¿Dirás algo?

— ¡BESASTE A MI HERMANO!

— Mejor no digas nada. 

— Kate-

— ¡Si! Solo pasó y listo. No es necesario hacer tanto drama al respecto. 

— ¿Por qué nunca me lo contaste?

— Porque no sentí que fuera nada importante.

— Y ahora tienen una relac-

— No tenemos nada. 

Solo un beso. Fue solo un beso. Yelena ni siquiera sabe cuando fue que pasó. No es importante.

— Buenos días. 

Pero la imagen de Pietro colocandose la camiseta, saliendo de la habitación de Kate había sido esa misma mañana.

— ¡Vaya manera de empezar la vispera de navidad! — murmuró para si misma antes de dejarse caer en la cama, el movimiento hizo que la cachorrita despertara. — Hola, tú. ¿Te desperté? Lo lamento. — la acarició delicadamente, mientras su mente volvía a vagar por lo que había visto hace un par de horas.

No debería sacar ningún tipo de conclusión, tal vez todo tenga una muy buena explicación de por que Pietro dormiría en el cuarto de Kate.

Pero esa explicación tambien podría ser, simplemente, que durmió con Kate. 

O tal vez no.

O tal vez si.

Podría preguntarselo. ¿Pero por qué lo haría? No es que tenga que recibir una explicación. Kate Bishop es libre de dormir dónde y con quién quiera, asi como es libre de besar a quién quiera. ¿Y si el beso del que hablaba Kate había sido ayer y Yelena simplemente presenció las consecuencias del día después? 

Kate Bishop (Capitana Arqueria)
¿Vendrás a desayunar? 
Anoche no cenaste, deberías comer algo.
9:42 a.m.

No me siento bien.
Pero gracias, Kate Bishop.
9:43 a.m.

No pasaron ni veinte segundos desde que el mensaje fue enviado, que suaves golpes en la puerta se escucharon, sobresaltando nuevamente a la akita. Yelena suspiró, ¿por qué creía que decirle eso iba a hacer que Kate la dejara en paz? Obviamente, no se cansaba de subestimar las acciones de la pelinegra.

— Kate Bishop.

— ¿Qué sucede? ¿Necesitas algo? ¿Es físico? No quiero ser pesada, pero si no te sientes bien puede ser porque no has comido en varias horas. Te traje galletas. — extendió un pequeño plato con tres galletas y media. — Solo si quieres. — la rubia solo observó el plato en sus manos, pero no lo tomó. — ¿Es emocional? ¿Estás triste? En ese caso puedo llamar a Nat si te sientes más cómoda hablando con ella. Aunque las galletas también pueden ayudar en ese caso-

— Esto está bien. — tomó finalmente lo que se le ofrecía. 

— Bien. — sonrió la pelinegra. — ¿Necesitas algo? Saldré por los medicamentos que Luke me recetó para ella. — señaló a la akita sobre la cama. — ¿Quieres que compre alguno para ti? Para... ¿lo que sea por lo que te sientas mal?

— Esto bastará. — forzó una sonrisa y asintió. — Gracias.

La arquera parece haber entendido que Yelena no necesitaba hablar, asi que con una última sonrisa se despidió deseándoles una pronta recuperación a ambas.

Agridulce || Katelena/BishovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora