Capítulo 27

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— ¡Deja de reírte! No fue gracioso. Tuve qu- ¿Que haces, Yelena?

Nat y Wanda ingresaron a la habitación, solo para encontrar a la rubia parada en medio de esta y con una expresión de sorpresa. 

— Hola, Wanda. — sonrió, llevando su mano derecha a su espalda.

— Yelena. — esta rió al notar el nerviosismo.

— ¿Que tienes ahí?

— ¿Donde?

— ¿Al fin te dio las flores? — preguntó la castaña emocionada.

— ¿Qué flores? — la rubia la miró confundida.

— Oh.

— Yo conozco esta bufanda. — Nat, que la había rodeado aprovechando la confusión de su hermana, le quitó la prenda. — Se suponía que iba a evitarme problemas. — fulminó con la mirada a Wanda, quien se sonrojó inevitablemente, evitando el contacto visual. — ¿Qué ibas a hacer con ella, sestra?

— Nada.

— ¿Por qué la sacaste de mi cajón?

— ¿Por qué la escondiste? 

— No la escondí. — rió. — La guardé, para devolversela cuando mis ganas de matarla disminuyeran.

— Pero... — Wanda tomó la bufanda de las manos de su novia. — Ya que Nat aqui no parece tener intenciones de hacerlo, puedes hacerlo tú. — se la alcanzó a la rubia.

— No. Gracias. — se la volvió a entregar a Natasha y volvió a su cama con su libro.

Wanda y Nat compartieron una mirada divertida antes de ubicarse ambas en la cama de la pelirroja, y tomando su laptop, comenzaron a ver una pelicula. De la cual no pasaron ni 15 minutos cuando vieron de reojo como la rubia se ponía de pie, tomaba "disimuladamente" la bufanda que convenientemente Natasha había dejado sobre una silla, y salía de la habitación sin despedirse. La pareja rió y volvieron a lo suyo.

··············

Knock

Kate, quien aun estaba inmovil en su cama mirando fijamente el mensaje de la rubia, aun sin responderle, fue sacada de su trance cuando la puerta sonó. Se puso de pie confundida ya que el golpe no había sido lo que se espera de un llamado a la puerta, pero era bastante obvio que alguien lo había hecho. Al abrir se encontró con una imagen que la sorprendió y preocupó igualmente.

— ¿Yelena?

— ¡Kate Bishop! Te traje es- Oh. — al levantar la bufanda en sus manos notó que estaba mojada, y no solo la bufanda, sino que ella misma estaba empapada.

— ¿Viniste hasta aqui bajo el agua para darme eso?

— Hm... — dijo pensativa, sin dejar de mirar a la prenda en su manos. — No llovía cuando decidi traertela. — encogió los hombros, pero Kate pudo ver que estaba temblando ligeramente.

— ¿Tienes frío? — preguntó preocupada, y estaba lista para escuchar nuevamente la excusa de "Soy rusa, Kate Bishop. Los rusos toleramos el frío."

— Aja... — finalmente la miró, y si la afirmación no había preocupado aun mas a la pelinegra, los cansados ojos verdes de seguro lo habían hecho.

— Pasa. — la tomó de la mano y notó que esta estaba helada. — ¿Yel, hace cuanto que estas afuera?

— Te envié un mensaje y no me respondiste, asi que di una vuelta por el campus esperando. Creo que fueron unas cuantas. Hasta que me decidí a venir a verte. — explicó, con la voz bastante más gruesa de lo normal, si eso era posible.

Agridulce || Katelena/BishovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora