Capítulo 11

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Yelena estaba ya en las puertas de la cocina, estas estaban cerradas y bloqueadas. Era bastante tarde y la rubia sabía que ya estaría cerrado, solo que no pensó que todas las entradas lo estarían con llave.

— Genial. — musitó luego de un par de forcejeos más.

— Cierran a las diez. — Kate llegó a sus espaldas, con los brazos cruzados. — Y si no estoy mal eso fue... — miró su reloj. — Hace más de media hora.

— Tú eres la experta en meterte en lugares cerrados. — dio unos pasos atras y se cruzó de brazos tambien, junto a la arquera. — Haz algo.

— ¿Esperas que despues de que te espere por mas de cuatro horas, y te escribí y llamé por dos, y no me respondiste, ahora tenga que entrar a la fuerza porque tu decidiste aparecer tarde? — dijo indignada. 

— Ajá... — la rubia solo asintió. — Necesitas esos créditos ¿verdad?

— No. — sin más comenzó a caminar y Yelena la siguió. 

— ¿Estuviste toda la tarde insistiendo para que ahora no te importe?

— ¿Estuviste toda la tarde ignorandome para que ahora si te importe? — respondió de la misma manera, sin desacelerar el paso sino mas bien acelerandolo.

— Tenía cosas que hacer.

— Y yo tengo cosas que hacer ahora.

— ¿Que?¿Dormir? — dijo sarcástica.

— Exactamente. Te esperé por mucho, no voy a estar disponible para ti cuando se te ocurra. Yo no necesito de esos creditos, que no los consiga solo significará un castigo de mi madre y/o el entrenador. Y sinceramente, ya estoy bastante acostumbrada.

— Por supuesto, que le hace una mancha más al tigre. — ante esto, la pelinegra se detuvo y se replanteó cambiar de dirección, pero antes de que pudiera decir algo o siquiera moverse, Yelena estaba a su lado aunque seguia sin mirarla. — Yo si necesito los créditos. 

— Deberías haberlo pensado antes de ir a despedir a tu novio. — murmuró volviendo a caminar.

— ¿Alguna vez has tenido pareja? — preguntó la rubia de la nada, y Kate no respondió. — Obviamente no. — rió en clara burla. — Bien, digamos un ¿mejor amigo? Alguien importante. 

— ¿A qué quieres llegar? 

— Eso es Bucky, alguien muy importante para mi. Y no lo había visto en mucho tiempo, se que podría haberlo despedido aqui, pero de verdad quería pasar el mayor tiempo posible con él. No se cuando volveré a verlo.

— Te hubieras subido al avión con él si tanto lo ibas a extrañar.

— Podría haberlo hecho, si. Pero extrañaría a mi hermana tambien, y a su futura novia, y a este lugar. — dijo pensativa, y se giró a ver a Kate cuando esta soltó una pequeña risa.

— Eso es ridiculo.

— ¿Que?¿Extrañar este lugar? — sonrió aun con sus ojos en la pelinegra, aunque esta solo caminaba con los ojos en el suelo.

— No... Creer que Wanda y Natasha estaran juntas en algún futuro cercano.

— Exacto. — rió más libremente. — Dije futuro, no futuro cercano. 

— Son unas idiotas. — dijo sonriendo.

— En esos casos, con Nat nos gusta decir que somos más bien pateticas. Kate... — su tono de voz cambio al decir su nombre, esperando que la pelinegra se detuviera junto a ella, y lo hizo antes de girarse. — Lo lamento. — ella no respondió, solo la miró a los ojos, esperando algo más. La rubia suspiró antes de volver a hablar. — Lamento haber llegado tarde, y no haber respondido tus mensajes. Estaba un poco... — dudó antes de negar con la cabeza. — No importa, no es excusa, perdóname. Pero por favor ayudame a mantener estos créditos, de verdad los necesito. — suplicó.

Agridulce || Katelena/BishovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora