—Si papá, estoy llegando.—le hable al móvil con el cual estaba en llamada con mi padre.
Habíamos quedado en almorzar juntos puesto que hacía un par de semanas que no nos veíamos.
—Estoy en la puerta—le avisé.
No estuve esperando mucho tiempo más que lo veo venir caminando hacía donde estaba por lo que corto la llamada y espero que llegue a mi lado.
Mi padre era uno de los mejores que podrían existir en el mundo.
De pequeña siempre me llevaba en sus hombros a clases, me compraba las cosas que quería y me llevaba a donde sea que le pidiera. Ya sea al parque o a tomar un helado.Claro que tenemos nuestras diferencias pero eso no quita que sea un ejemplo a seguir.
Es algo bajo de estatura, un poco regordete así como un osito cariñoso. Sus ojos son verdes y en su cabeza hay poco pelo color negro combinado con algunas canas por la edad.
Siempre conté con él para lo que sea y para declararme a Shawn también lo voy a necesitar.
Sus consejos son los mejores, además nunca juzga por nada, simplemente te ayuda o da herramientas para solucionar lo que sea que le hayas contado. Es una gran persona.
—Hola mi chiquita no tan chiquita—me comenta dándome un abrazo—
Le correspondo aquel abrazo tan cálido para luego saludarlo e ir dentro del restaurante.
—¿Cómo has estado?—le pregunté con tranquilidad mientras observaba el lugar para elegir un sitio donde sentarnos.
Lo veo encogerse de hombros—Como siempre. Por suerte el trabajo está bien y no tengo complicaciones con eso. Con respecto a mi las rodillas aún debo operarlas pero fuera de eso, todavía sigo teniendo alma joven.—Murmura con una sonrisa.
Lamentablemente jamás fue una persona que se preocupara en ir al médico, y es lo suficientemente terco para no ir a pesar de tener las rodillas rotas.
—Papá debes ir a que te vean. No es normal ir cojeando así como si nada—Le digo ya sentados y esperando la comida.
El gira sus ojos evitando darle importancia.
—Si, lo sé. —Murmura como si ya estuviera cansado del tema. —Cuéntame de ti.
¿Evadiendo los problemas? Como siempre.
Claro que no me gusta dejar esas charlas de lado pero no quería llegar a tener una discusión hoy.
Para mi suerte, mi padre siempre fue alguien de confianza para contarle, no solo sobre mi vida en general, sino también en la amorosa.
—Bueno... hay un chico—le comenté con timidez mientras que los nervios ya poco a poco subían a mis mejillas.
Pensar en Shawn era tan... especial. Me hacía sentir emocionada y enérgica.
—Es muy lindo en cualquier aspecto. Me trata bien, nos llevamos de maravilla y su rostro es precioso.—Comencé a divagar recordando aquel día en arte que me detuvo antes de irme—.
Un suspiro risueña se me escapa y me percato de eso cuando mi padre carraspea con una sonrisa mientras eleva su ceja.
—¿Y como es el nombre del chico que le roba suspiros a mi niña?.
—Shawn. Su nombre es Shawn Russell.
Sonreí diciendo su nombre en voz alta pero mi sonrisa se ensancha aún más cuando veo que un mensaje de él de hacia presente en mi pantalla.
—Valkiria, debemos hablar.
¿Recuerdan la sonrisa de hace unos segundos? Pues se esfumó al leer eso.
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Los Amigos No Se Miran Así
أدب المراهقينCuando el mundo está en contra de que dos personas estén juntas. Es porque juntos nadie podría hacerles daño. El amor sería tan fuerte que soportaría todo. Macailah. Desastre de emociones. Shawn. Tranquilidad envidiable. Por algo el destino los quis...