—Ya dije que no, no quiero ir—Murmure en mi teléfono por enésima vez.
Ahí estaba, eran la 1 a.m y tengo a Meghan en el móvil insistiendo con que vaya a una fiesta.
Era viernes ya y mis ganas de salir eran nulas. Después de el martes mi ánimo decayó durante toda la semana, supongo que son consecuencias de la ansiedad depresiva.
Sobrepensar todo es mi don especial y claramente a mi salud mental le hace mal.—¡Por favooor! Solo esta noche te lo pido. Prometo... darte parte de mi sandwich en los descansos.—suplica y ya estaba notando su puchero aún sin verla.
Oh con que jugó esa carta...
La comida y yo tenemos un lazo muy especial... es como mi alma gemela y no puedo resistirme a un maravilloso sandwich de queso.Me convenció.
—Bien, iré. Pero no pienso ir caminando, me vienen a buscar.
—Tranquila, princesa. Un corcel irá a por ti. —escucho como ríe— Nos vemos Mac.
Y no pude responder porque ya había colgado.
Suspiro levantándome de la cama y dándome cuenta al instante de el frío que hacía. Es entendible, estamos en otoño y sus noches son frías.
Me coloco un top negro junto a una falda que haga conjunto a color y comienzo a maquillarme.
No era de esas que se super producían pero para estas ocasiones quería al menos ir presentable.Un delineado y un labial rojo van de lujo con la noche.
—Mayonesa, mamá volverá más tarde. Cuida la casa.
Le comenté a la pequeña gata que me miraba con curiosidad desde la cama.
En mi bolso va lo esencial, el mismo labial que uso, mi Móvil, la billetera y claro una toalla femenina porque... "mujer precavida vale por dos".
No es así
Se que no es así pero sh.
Al cabo de un rato escucho la bocina de un auto y al instante supe que era Meghan. Seguro su padre le dejó usar el auto.
Cierro todo a mi paso, apago las luces y bajo las escaleras con una sonrisa.
—¡Pero mira que linda estas!—Me habla Meghan y escucho una voz masculina en el asiento de atras—
—Deja de mentirle, Megh... ¡Esta preciosa, deslumbrante, Encantadora!—comenta el peliblanco sacando la cabeza por la ventana y dando silbidos—
Río negando y subo al auto.
—Rhett, los vecinos van a escucharte y me haran denuncias por ruidos molestos. —Le dije con una sonrisa mirandolo—No sabia que venías.
—Es que me molesto demasiado y termine accediendo—Murmura Megh rodando los ojos—Ya le dije que si no se comporta lo dejo abandonado.
Noto como Rhett finge una mueca de dolor y le saca el dedo del medio.
Rhett era el primo de Meghan, a veces salía con nosotras a pesar de estar en el último año de preparatoria. Era un gran chico y muy gracioso. Su pelo lo tenía teñido de blanco, era alto pero no llegaba a 1,80cm. Se que juega al voley pero nada más.
—Entonces... ¿donde iremos?—se asoma Rhett entre los asientos con una sonrisa inocente—
—Es en la casa de una chica. Una fiesta de la que escuche hoy en la tarde y como no sabia con quien ir...—gira la cabeza hacia mí con un aire angelical logrando que yo ruede los ojos y niegue.
—Solo acepte porque me sobornaste con comida.
—Pero estas aquí, ¿no?—Sonríe triunfal mientras sigue conduciendo con la vista al frente.
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Los Amigos No Se Miran Así
Novela JuvenilCuando el mundo está en contra de que dos personas estén juntas. Es porque juntos nadie podría hacerles daño. El amor sería tan fuerte que soportaría todo. Macailah. Desastre de emociones. Shawn. Tranquilidad envidiable. Por algo el destino los quis...