Capítulo 19

44 5 9
                                    

Y el mundo poco a poco se iba cayendo sobre mis hombros. El peso era insoportable y ya no quería sentirlo.

Me trate de quitar ese mal sabor durante toda la cena. Claro que reí por los chistes de Shawn, por sus pequeños caprichos y sus halagos pero... saber que su vida estaba en esta ciudad y la mía próximamente en otra, me destrozaba.

Por fin algo bueno me esta pasando, nada debería arruinarlo. Pero algo lo está logrando.

Con mi padre hacía un tiempo habíamos hablado de irnos del país puesto que las cosas iban mal y queríamos tener una mejor vida. Si bien no era mala, queríamos empezar de cero en un mejor lugar.

En ese momento, la idea era maravillosa, pero lo que no entiende mi padre es que ya no quiero irme porque hay algo que me detiene.

Tengo un anclaje que no me dejará ir tan fácil y tampoco quiero que lo haga.

Shawn Russell en tan poco tiempo se había convertido en esa persona que crees irreal por ser tan perfecta. Es de esos chicos que no buscan nada en específico pero en sus ojos lo ves todo.

Shawn me atrapó con su sonrisa pero también me envolvió entre sus brazos y jamás me soltó. Desde esa noche en el cumpleaños, hasta hoy en día, podía sentir su mirada a través de las paredes.

Es algo loco de explicar pero creo que por eso se dice que el amor no tiene explicación—a pesar de la científica, claro—.

El amor puede pasar tan rápido...

El amor es rápido, constante y versátil.

Es desequilibrio y tranquilidad.

Es aventura y miedo.

Es tanto que es tan poco a veces...

A veces no alcanza y otras sobra.

Pero el amor te atraviesa, te choca, te marca.

El amor es... simplemente amor.

Y todo ese amor que siento, le pertenece a Shawn Russell.

—Y bueno, también Ayrton Senna a pesar de Schumacher fue un gran corredor de formula 1.—volví a escuchar su voz nuevamente.

—Oh claro, si, si.

Le sonreí como si realmente lo hubiera escuchado en vez de haberme perdido en su rostro y por lo tanto en mis pensamientos de cuanto amor me genera.

Siento que él notó mi pequeña mentira porque su rostro se convirtió en uno "¿En serio?".

—No sabes mentir, ¿lo tienes en cuenta?—preguntó con una sonrisa bromista en sus labios.

Bufé rodando mis ojos—Claro que se mentir, gracioso.

—Pues dicelo a tus cejas que siempre se levantan cuando mientes.—me señala con una sonrisa victoriosa.

De repente me di cuenta de ello y lo corregí lo más rápido posible.

Ah, claro. Maldito imbecil.

—¿Qué sucede? Desde que ha sonado tu móvil no volviste a hablar como antes.—me miró unos segundos para luego tomar su vaso con gaseosa y beber de él.

—Eres muy observador.—le dije como si me molestaría pero la verdad, amor ser observada por él.

—Solo cuando se trata de ti—se encogió de hombros como si fuera lo más normal del mundo.

Y aunque ya había recibido más de sus lindos comentarios, mi corazón no dejaba de saltar de felicidad cada vez que lo decía.

La niña pequeña dentro de mí, miraba todo como si fuera una película de Disney.

Los Amigos No Se Miran Así Donde viven las historias. Descúbrelo ahora