Ambar es una chica que ha sabido lo que es vivir en la pobreza, aislada del mundo que la rodea mientras recibe todo tipo de maltratos por parte de su padre.
Decidida a huir de aquel infierno, se topa con los Reyes de Polonia quienes han quedado flec...
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CAPÍTULO 12.
Las demás y yo estábamos reunidas en el jardín del palacio, yo solo observaba desde mi lugar la ventana de la habitación de Stefan, todavía seguía inconsciente después de lo que sucedió ayer. También pensaba en si decidir quedarme era lo correcto. Dentro del palacio hay una bruja, al principio no quería entender o no quería creer si eran cosas ciertas, pero las pistas eran evidentes, los clavos que salieron de Stefan era una muestra clara de que dentro del palacio hay una bruja que desea hacerles daño.
Anoche pensaba en todas las pistas que he recibido hasta ahora y pensaba en una sola cosa. No creo que el objetivo de dicha bruja sea para lastimarlos, tengo la pequeña sensación de que es para controlarlos a su antojo, porque si quisiera hacerles daño, los hubiese asesinado con un conjuro o algo así. Así que debe ser eso, controlarlos, tenerlos bajo su poder, porque ella debe saber todo sobre ellos, que quieren ser cazados para usarlos como armas, así que hasta ahora es lo que mas sentido tiene para mi.
Miraba a las concubinas detalladamente, ninguna parece mala al menos para mi, claro, son molestas porque los quieren y toda la cosa, pero no creo que alguna de ellas se atreva a tanto, pero para este punto desconfío hasta de Felicia. No deseaba hacerlo, pero después de todo lo que ha sucedido, cualquiera de ellas puede ser la bruja.
—Ambar ¿estas bien? —miré a Felicia.
—Si, solo pensaba un poco —mire a las demás que leían un libro—, iré a caminar.
—No deberías moverte —los ojos de Clara miraron los míos— las cosas están tensas en el palacio y no deberías andar rondando por ahí.
—Menos en la habitación del Rey, no creas no nos hemos dado cuenta de que te escabulles como rata a su habitación para verlo.
—¿Cuál es su problema? Soy una de sus concubinas ¿no es así? Tengo el mismo derecho que ustedes para verlo, además no tengo que pedirles permiso para ver a Stefan.
—¿Stefan? —Clara cerró con fuerza el libro— ¿Quién te crees para hablar de el así? Para ti, rata asquerosa, es el Rey Stefan ¿quedo claro?
Yo solo me reí, no voy a caer en sus provocaciones.
—Puedo oler tu miedo —entrecerré mis ojos— ¿te asusta que puedas ser desechada?
—Deja de decir tonterias.
—No son tonterias —me puse de pie—, temes ser reemplazada por una rata como yo —le sonreí— pero hay algo que no me cuadra Clara, si una concubina no logra embarazarse, se va ¿Cierto? Entonces ¿Por qué sigues aquí? Llevas mas de un año en el palacio.
—No me he ido porque soy su favorita —sonrió con seguridad—, ellos me necesitan, en cambio a ti, no te han tocado, no te has unido a ellos así que probablemente la desechada seas tu.
