6 Agua y fuego

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Fui entrando poco a poco en el agua intentando hacer el mínimo ruido posible. La verdad es que no tenía un plan pensado sobre lo que haría cuando Daryl se diera cuenta de que me estaba acercando a él.

Estaba hipnotizada con su espalda, no podía apartar la mirada. Volví a pensar en cómo se sentiría un abrazo, una caricia. No tuve tiempo a fantasear demasiado, parecía haberse dado cuenta y comenzó a darse la vuelta.

Me invadió el pánico. Sin pensar le salpiqué con la mano intentando levantar mucha agua. Confieso que no fue una cantidad de agua impresionante la que llegó hasta él, pero pareció hacerle gracia.

-¿Quééé? - dijo intentando fingir enfado acercándose hacia mí.

Intenté huir corriendo torpemente dentro del agua.

- Nooo, espera. - dije cuando vi que ya me había alcanzado.

Se quedó delante de mí sonriendo, con una posición que indicaba que estaba a punto de atacar, sea lo que sea que atacar fuera a significar en ese contexto.

- Ahora no eres tan valiente, eh. - dijo con una media sonrisa.

- Vale, me rindo.

Y nada mas decir esas tres palabras, Daryl se abalanzó hacia mí, me levantó por encima del agua dejándome un momento sobre su cabeza y me dejó caer en el agua.

Me hundí en el lago, el agua estaba muy fría. Cuando volví a salir vi como se estaba yendo, iba a dejarme allí.

- ¡Espera!- grité más fuerte de lo necesario, ya que no se había alejado más de unos pasos.

No obtuve respuesta así que nadé hacía él y agarrándole del brazo volví a pedirle que se quedara. Intentaba mantener una postura poco sería aunque estaba claramente incómodo.

Yo estaba en una burbuja, igual que aquel maravilloso día en el que, aunque fuera ebria, lo había besado. Esta vez no había necesitado alcohol, la valentía había llegado sola y quería aprovecharla.

Acaricié su nuca con una mano y el bajó la cara hasta tocar su frente con la mía. Permanecí mirándole a los ojos con el corazón desbocado, preguntándome si sus latidos también estarían alcanzando la velocidad de Toretto en Fast and Furious o al contrario llevarían un ritmo lento y pesado. Él no levantó la mirada, sentí que no quería desvelarme los secretos que podrían contarme sus ojos.

Y volví a hacerlo, está vez fue un acto natural, sin apenas pensarlo le atraje hacía mi con la mano y me lancé a su boca. No reaccionó, recibió el beso sin apenas moverse. Me sentí insegura y entonces la cosa empeoró.

- No. - negó con la cabeza y se volvió para intentar irse.

- Pero, ¿por qué?- le agarré fuerte del brazo para que no se fuera.

- No puedo Beth, eres muy joven. Tienes que encontrar a un chico de tu edad. - contestó sin mantener el contacto visual.

- ¡Pero, qué más da! Nos vamos a morir mañana. Estamos solos, nadie nos esta juzgando, ¿por qué lo haces tú?- levanté la voz desesperada.

No contestó y comencé a pensar que había mal interpretado algo.

- ¿No te gusto? Si es eso me lo puedes decir, estoy preparada. Pero háblame, por favor. Empiezo a pensar que ESO no pasó nunca. ¿Me estoy volviendo loca? - seguí hablando atropelladamente. - ¿Qué quieres? ¿Te parezco una cría? ¿Fue todo cosa del alcohol? ¿Te confundió? ¿Nunca tendrías nada conmigo? ¡¡¡Dímelo!!

- Sí pasó.- susurró levantando por fin la mirada. - Lo siento tanto, no debería haber pasado.

Desesperada por la baga respuesta. Me lleve las manos a la cabeza y grité.

- ¡¡¡Aaggg!! ¡¡Respóndeme!!

- Vale, pues sí pasó y me encantó. Pero no está bien. ¿Y me preguntas si me gustas? Claro que me gustas, a quién no le gustarías. Pero sí, eres una cría. Y haber pasando tiempo contigo, haberte conocido me ha hecho olvidarme de eso. Y joder cómo duele. - miró al suelo y inspiró profundamente antes de seguir. - Cuando estábamos solos podía engañarme más fácilmente, pero ahora que nos hemos juntado con Gabriel es más real que nunca. No podría estar contigo...

- ¿Y si fuéramos las últimas personas de la tierra? ¿Y si no hubiera nadie más? - le corté.- ¿Y si te lo pidiera? No quiero morir sin haber amado y puede que muera mañana.

- Joder Beth...

- No entiendo... No entiendo por qué te importan tanto unos años. Yo te veo, veo quién eres y quiero estar contigo, ¿no podrías ver más allá de ese maldito número? - supliqué acercándome de nuevo a él.

Pasé mi mano por su mejilla y él cerró los ojos. Volvió a apoyar su frente a la mía y entonces sentí que nuestros latinos estaban acompasándose. Puse una mano sobre su pecho para sentirlo mejor y cerré los ojos. A nuestros corazones poco les importaba nuestra edad, querían lo que querían y ya está. Solo pedía que ganara su corazón a su cabeza.

Me agarró la cara con una mano y noté como negaba con la cabeza, pero a la vez puso su mano en mi cintura acercándome con cierta ansiedad. Casi podía sentir esas dos fuerzas luchando en su interior. Yo imploraba que ganara el sí.

Y por un momento así fue. Fue acercando su boca a la mía, a trompicones. Un paso para delante, dos para atrás, otros dos para delante.

Yo esperé para, de alguna manera, respetar su proceso, su lucha interna. Pero entonces noté como ese balanceo y la fuerza con la que me agarraba la cintura desapareció de repente. Mi corazón se paró, ya no llevaba el mismo timo que el de Daryl y supe que había ganado el No.

- No. No puedo. - susurró aun cerca de mi boca y se fue.

Estaba decepcionada, había abierto mi corazón y me había rechazado. Creo que habría preferido otro tipo rechazo, habría preferido un "No me gustas Beth, te veo como a mi hermana", que un "No veo más que tú edad, eres una cría".

Me quedé petrificada en el sitio mirando al horizonte. Pensando en cómo sería nuestra relación después de esto. Intentando pegar el pedacito de corazón que se me había roto con frases inútiles del tipo "No me importa tanto", "No siento tanto", "Ser amigos está bien" , para autoconvencerme de que el pedazo que se había desprendido no era tan grande.

Daryl llegó a la orilla, estaba desnudo, tapándose con las manos. Como yo habría preferido que hiciera él en mi lugar, no levanté la vista para mirarle mientras me disponía a salir también del lago. Respetaría su decisión, aunque me parecía una mierda, las cosas eran así y no podía hacer más.

Entonces salió un chico de entre los arbustos, justo delante de dónde estaba su ropa y con una pistola apuntó a la cabeza de Daryl.

- Te voy a matar. Infiel. - dijo. 

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En llamas [Daryl y Beth]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora